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El Indec dará a conocer mañana el índice de pobreza e indigencia del primer semestre en un clima de tensión. Trabajadores del organismo preparan un acto para denunciar la manipulación de los resultados que, afirman, mostrarán una caída de los niveles superior a lo real. Esto es porque el indicador toma el Indice de Precios al Consumidor (IPC) como insumo. El dato tiene una fuerte trascendencia política en medio de la campaña electoral.
La comisión interna de ATE en el Indec aprobó ayer seguir con los actos de protesta por la alteración de los indicadores. El martes de la próxima semana harán otra manifestación en coincidencia con la difusión del índice de inflación nacional. Los trabajadores aseguran que el Gobierno envía señales contradictorias frente a la crisis en el organismo. Mientras la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía buscan una solución consensuada con los empleados, las autoridades del Instituto siguen produciendo hechos que agravan el conflicto.
Ayer fueron desplazados otros dos técnicos del área del IPC, que en su momento adhirieron al paro en repudio a los cambios en la medición de la inflación. Cuando la comisión interna fue a protestar ante el jefe de Personal, Roberto Martínez, el funcionario se trenzó en una fuerte discusión que, según la versión sindical, incluyó insultos y amenazas. “Si vuelven al tercer piso no les puedo garantizar nada”, habría dicho el funcionario. En el tercer piso es donde funciona la dirección del IPC. Cuando los delegados preguntaron si los estaba amenazando, Martínez les contestó –siempre según las mismas fuentes– que debían tomarlo como quisieran. “En el tercer piso están los afiliados a UPCN que no participaron del paro”, comentaron desde la comisión interna de ATE.
El Ministerio de Economía, en tanto, recibió anteayer el informe que había pedido a esos representantes sindicales con todas las irregularidades en el Indec desde el verano a la fecha. Ese documento será la base para negociar una solución de fondo al conflicto. El próximo viernes habrá otra reunión entre funcionarios de esa cartera y de la Jefatura de Gabinete con dirigentes gremiales.
Los trabajadores incluyeron en el listado de índices cuestionados el de pobreza e indigencia. Lo hicieron porque, al subestimar la inflación, también se calculó con un costo más bajo las canastas que definen las líneas de ingresos para no ser considerado pobre o indigente.
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