Encarnando su rol de hombre de “línea dura” el flamante presidente Alvaro Uribe tomó el mando en persona del rastreo de los 26 turistas secuestrados el martes y se apersonó en el departamento del Chocó (nordeste) escenario del secuestro que efectuó la segunda guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), desde donde Uribe exhortó a los militares y a la población civil a hacer causa común y hallar con vida a las víctimas. A todo esto, quien fuera candidata a las presidenciales por el Partido Ecologista, Ingrid Betancourt, cumplió ayer seis meses de cautiverio en manos de la principal fuerza rebelde, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su marido pidió canjear su libertad por la de ella. Pero es improbable que las FARC acepten la oferta.