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Economía|Jueves, 24 de enero de 2008
tras RECUPERARSE LOS MERCADOS VOLVIERON A SUFRIR TURBULENCIAS

Qué poco les duró la tranquilidad

Dudas sobre la solvencia de grandes bancos en el día después. El efecto de la baja de tasas de la FED duró muy poco. Las bolsas europeas se desplomaron y Wall Street recién tuvo un repunte al filo del cierre. Consultas de Redrado a sus pares en el mundo.

Por Claudio Zlotnik
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Un día de preocupación en Wall Street. La jornada pintaba para otra caída histórica.

Algunos le dicen efecto hotdog, otros hamburguesa y Cristina Fernández lo bautizó efecto jazz. Son los nombres con los que se empieza a denominar a la crisis financiera internacional con epicentro en los Estados Unidos. En otra jornada de fuerte convulsión en los mercados, se desplomaron las bolsas europeas mientras que en Nueva York, el índice Dow Jones, que iba camino a una nueva caída, tuvo un rally alcista de 600 puntos en la última hora de operaciones y terminó con un signo positivo del 2,5 por ciento. El derrumbe en Europa estuvo relacionado con la improbable baja de tasas en esa región y con las dudas sobre la solvencia de los bancos. La versión de que el alemán Deutsche registraría un quebranto de 10 mil millones de dólares hizo desbarrancar el precio de la acción. En este contexto, Martín Redrado profundizó los monitoreos sobre los bancos españoles que operan en la Argentina, el BBVA Francés y el Santander Río.

Redrado se comunicó ayer con Miguel Fernández Ordóñez, su par del Banco Central de España. Le preguntó sobre la situación de las entidades españolas instaladas en la Argentina y el banquero central volvió a transmitirle que la situación es de total normalidad. Le aseguró que ni el BBVA ni el Santander están expuestos a los créditos basura (subprime), y que están a salvo de la crisis. Por la delicada situación crediticia originada en los Estados Unidos, Redrado intensificó los contactos iniciados en julio del año pasado, cuando estallaron los problemas.

En las últimas horas, Redrado mantuvo línea directa con distintos banqueros centrales. Además de Fernández Ordóñez, dialogó con sus pares de Suiza, Italia y Holanda. La evaluación de la situación financiera derivó en un diagnóstico sobre la realidad de los bancos internacionales. En el mundo esperan que se profundice la tendencia compradora de entidades financieras por parte de fondos soberanos de Asia y de Emiratos Arabes.

En su recorrida diaria, Redrado presta especial atención a aquellos grupos financieros con presencia en la Argentina. Además de los ya citados españoles, la lupa está puesta en el sudafricano Standard Bank (20 por ciento de su paquete ya fue adquirido por un fondo chino y no se prevén mayores sorpresas) y en el HSBC, que ya reportó pérdidas millonarias y no se descarta que vuelva a hacerlo.

El comportamiento en los recintos bursátiles es un registro fiel de lo que suele suceder durante las crisis financieras. Un dato conocido a la mañana puede perturbar a los operadores y provocar un derrumbe de las cotizaciones y una noticia divulgada algo más tarde, endulzar a los mismos corredores y empujar un rally alcista. Es lo que sucedió ayer en los mercados con algunas horas de diferencia. En Buenos Aires, el índice MerVal cerró antes de la recuperación en Wall Street y cayó 2,7 por ciento. Se espera que las bolsas de Asia y de Europa abran esta madrugada con fuertes subas.

Ayer por la mañana, el Banco Central Europeo (BCE) se diferenció de la Reserva Federal (banca central estadounidense) y dio señales concretas de que no bajará la tasa de interés, que se encuentra en el 4 por ciento anual. Es una tradición de los bancos centrales de ese continente, antes con el Bundesbank a la cabeza que ahora prosigue con el BCE, privilegiar una inflación baja a impulsar el ciclo económico.

Los inversores habían apostado a que Europa seguiría los pasos de Estados Unidos, que anteayer había reducido la tasa en tres cuarto de punto en un anuncio fuera de agenda. El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, enterró esa posibilidad cerca del mediodía europeo. “No tenemos dos agujas en nuestra brújula, una que sería la de la economía real y otra la de la inflación. Tenemos una única aguja, la que nos indica cómo hacer para lograr la estabilidad de los precios”, declaró. Trichet insistió en que la misión fundamental del Banco es garantizar la estabilidad de los precios y ser un guardián del euro. La declaración provocó caídas en dominó de las bolsas de Europa. Alemania cayó 4,9 por ciento; París, el 4,3; Madrid, el 4,6; y Londres bajó el 2,3 por ciento.

La tendencia se contagió rápidamente a los Estados Unidos y de allí a América latina. Ni siquiera las declaraciones optimistas de la secretaria de Estado Condoleezza Rice lograron modificar el clima. “Nuestra economía seguirá siendo el motor que dirige el crecimiento económico mundial”, aseguró durante su discurso en Davos, que sirvió para inaugurar el foro en Suiza que está dedicado a debatir los alcances de la crisis.

El Dow Jones llegó a perder 2,5 por ciento en el peor momento del día. Un papel líder del mercado neoyorquino como Apple caía nada menos que el 25 por ciento porque su balance decepcionó a los inversores. Esa desvalorización también habla de la extrema volatilidad y de la nula racionalidad con que se mueven los operadores. Después de todo, Apple obtuvo una ganancia neta de 1581 millones de dólares en el último trimestre de 2007, un 58 por ciento más que en igual período del año anterior. El lapso analizado, octubre-diciembre, fue el más redituable en la historia de la compañía.

La recuperación del final en Wall Street se apoyó en la noticia de que, a pedido del Estado de Nueva York, un pool de bancos estadounidenses saldrá al salvataje de algunas aseguradoras dedicadas específicamente al mercado financiero. Son las que venden pólizas a los inversores que apuestan en bonos y acciones y quieren asegurarse de que recuperarán su capital en caso de que la empresa o el país en el que invirtieron caiga en default. Como en las últimas horas había corrido el rumor de que la principal de estas aseguradoras, llamada Ambac, podría quebrar, la posibilidad de un salvataje entusiasmó a los inversores.

El cierre positivo en Wall Street augura una buena jornada para los recintos asiáticos. El mismo recorrido tendrían las bolsas europeas. Esto no significa que la crisis desaparezca. Su virulencia quedó manifestada ayer: la mayor rebaja de la tasa de interés en Estados Unidos en los últimos 24 años no alcanzó para mantener la calma. El próximo test tendrá lugar esta mañana, cuando el gobierno de George W. Bush anuncie la cantidad de solicitudes de seguros por desempleo de la última semana. Un nuevo incremento sería evidencia de que la economía se sigue enfriando.

La Argentina tuvo ayer una mala noticia adicional: la nueva caída en los precios de los commodities. El maíz bajó 3,9 por ciento (142 dólares la tonelada); el girasol descendió 2 por ciento (420) y la soja lo hizo en un 2,6 por ciento (286 dólares).

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