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La próxima cumbre del Grupo de los 20 será en septiembre en Nueva York, luego de la reunión anual de las Naciones Unidas. La elección de esa fecha y esa sede resultó un triunfo para Barack Obama, quien le “arrebató” la organización del evento al primer ministro de Japón, Taro Aso. Poco antes de terminar las deliberaciones de ayer, el británico Gordon Brown destacó la importancia de mantener activo el G-20. Aso aprovechó para postular a su país para la organización del evento. Argumentó que después de los encuentros en Washington, el año pasado, y Europa, en esta oportunidad, era momento de llevar las sesiones a Oriente. Obama pidió la palabra. Dijo que como él era el más nuevo entre todos los presidentes del grupo, le gustaría tener el honor de recibirlos en su país. Su moción fue respaldada por Nicolas Sarkozy, uno de los más duros adversarios de Estados Unidos en el marco de esta cumbre. El mandatario francés sugirió aprovechar que todos viajarían a la reunión de la ONU en septiembre para tener entonces la tercera cumbre del G-20. Aso tendrá que seguir esperando.
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