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Economía|Jueves, 30 de julio de 2009
El jefe de Gabinete almorzó con la cúpula de la UIA, en un encuentro de acercamiento pero sin acuerdos

Aníbal recibió 40 planteos y ninguna flor

Por Cristian Carrillo

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se reunió ayer con la cúpula de la Unión Industrial. Una cosa quedó en claro tras el encuentro: a partir de la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas del 28 de junio último, los representantes de las corporaciones se animan a todo. Ni siquiera disimulan por cortesía o cordialidad ante la presencia del invitado. El titular de la entidad fabril, Héctor Méndez, no tuvo tapujos ayer en contradecir al ministro y apuntar, con escasa lógica empresaria, contra los subsidios a los servicios públicos. “No es beneficio para las concesionarias ni para los trabajadores en sí mismos, sino para toda la fuerza laboral; de lo contrario, el sindicato estaría pidiendo un aumento mayor de salarios para acceder al transporte”, ejemplificó el ministro. Al término del almuerzo que mantuvo con unos 25 empresarios de la UIA, Aníbal Fernández brindó una conferencia de prensa junto a Méndez. El funcionario calificó de “positivo” el encuentro y aseguró que dio respuesta a los “cuarenta temas que fueron planteados”. También fue positiva la reunión para el empresario que, no obstante, señaló: “Hay cosas que no me gustaron”.

Nunca es fácil recomponer una mala relación y menos aún cuando alguno de los dos ya está pensando en alguien más. El Ejecutivo envió a sus emisarios a reconstituir lazos –primero fue el ministro de Economía, Amado Boudou, y luego el jefe de Gabinete–, pero la cúpula fabril se mostró indiferente y difícil de seducir. Su acercamiento a las asociaciones empresarias con pensamiento más liberal o noventista y a la dirigencia del campo alejó, en el último tiempo, a la entidad del sueño productivista de Carlos Pellegrini. Los popes industriales a estas alturas reclaman hasta en contra de sus propios intereses. Todo sea por continuar con el juego de desgastar.

Fernández llegó unos minutos después de la una a la sede industrial y antes de subir al primer piso, donde lo esperaban los empresarios para el almuerzo, realizó una breves definiciones. Con tono conciliador, dijo entender a los industriales en su “justo” reclamo, aunque hizo la salvedad de dejar en claro que su deber es velar por el bien de todos los argentinos. Evidenciando que fue uno de los temas ríspidos en el almuerzo, el jefe de Gabinete sacó a relucir la cantidad de recursos que el Gobierno vuelca en ayudas al sector productivo. El Estado invirtió en subsidios a las empresas 41.000 millones desde el 1º de enero de 2008, en gastos sociales otros 41.000 millones y, de manera indirecta, 5000 millones. “Por ejemplo, para tomar subtes son 430 millones de pesos que, si no pusiéramos esos fondos, implicaría una suba del cospel de 1,10 a 2,45 pesos”, consideró el ministro Fernández. Señaló que esa inyección beneficia no sólo a un sector, sino a la fuerza laboral en su conjunto, debido a una menor presión salarial. A lo cual Méndez contestó: “No soy muy adepto a los subsidios”.

La respuesta no esperó un off con periodistas ni un encuentro posterior sin la presencia del invitado, como hizo el vicepresidente de la UIA y titular de FIAT Auto, Cristiano Rattazzi. Méndez puso en tela de juicio la efectividad de los subsidios, aunque evitó pronunciarse sobre el programa de Reconversión Productiva (Repro). A través de este plan, el Ministerio de Trabajo solventa 70.000 salarios de empresas con problemas financieros, de acuerdo con lo que afirmó más tarde la presidenta Cristina Fernández en un acto en el que anunció cambios en los poderes delegados por el Congreso.

Durante el encuentro se habló además de la conformación del Consejo para el Diálogo Económico y Social, el fortalecimiento del sistema estadístico nacional, el proyecto de ley sobre Riesgos del Trabajo, la política de apoyo a las pymes, cuestiones de política fiscal, medidas para el fortalecimiento de las inversiones y la relación comercial con Brasil y su importancia estratégica. “Me voy satisfecho porque tocamos todos los temas”, dijo el jefe de Gabinete.

Antes de retirarse confirmó que, en breve, estarán listos los cambios en el Indec. “Vamos a concluir en el tiempo más corto en el número que corresponde, en la forma de calcular que corresponde y en la canasta que corresponde para que quede fortalecido el instituto”, agregó. Respecto de la ley de Riesgos del Trabajo, manifestó haber hablado con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien le aseguró que, luego de cerrar el Consejo del Salario “se seguiría con el estudio de la ley de ART”. “Nos pusimos un plazo muy corto para construir un proyecto que en principio está prácticamente consensuado, con lo cual hay que permitir que se reúna la comisión de técnicos”, opinó. Finalmente, reiteró que el Gobierno seguirá invitando al campo a negociar, aunque sea necesario “n veces” hasta que asistan. Durante la reunión, Fernández ofreció al comité ejecutivo de la UIA iniciar una serie de encuentros con él, Boudou y la ministra de Producción, Débora Giorgi, para hacer un seguimiento de la actividad.

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