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Economía|Martes, 19 de octubre de 2010
Boudou rechazó la intervención del FMI

“Las decisiones las tomamos acá”

La Argentina no participará de la discusión en torno de la llamada “guerra de monedas” en la próxima cumbre del G-20, que se desarrollará en Seúl. Así lo afirmó el ministro de Economía, Amado Boudou, quien adelantó que el país llevará una posición propia. La caracterización de guerra alude a los desequilibrios que existen en el mundo a partir de movimientos bruscos en la cotización de las principales divisas y fue presentada durante la asamblea anual del Fondo Monetario y el Banco Mundial. Estos organismos habían solicitado que se tomaran medidas al respecto. “Argentina podrá mantenerse al margen de esa discusión porque tiene mucha solidez fiscal, existe gran cantidad de reservas en el Banco Central y también hay superávit comercial”, indicó Boudou, tras participar en el lanzamiento del Programa 2010-2014 del Museo de la Deuda Externa.

En el encuentro del FMI y BM, realizado en Washington, se coincidió en que Estados Unidos y China son los principales responsables del actual desbalance de monedas. Sin embargo, las recomendaciones del Fondo fueron dirigidas a todos los países, a los que instó a trabajar en conjunto. El Fondo, incluso, reconoció la necesidad de aplicar controles de capitales para evitar futuras crisis, una medida que siempre criticó la entidad que conduce Dominique Strauss-Kahn. En el encuentro la Argentina había adelantado su negativa a cualquier intervención en la política económica interna.

La discusión en torno del tema tuvo un nuevo capítulo en Shanghai, en una reunión en la que participaron directivos de los principales bancos centrales del mundo, a partir de una convocatoria formulada por el FMI. “Lo que necesitamos es más cooperación en el lado monetario y en el sistema internacional”, dijo allí Strauss-Kahn. “Las decisiones de Argentina se toman en Argentina; por suerte durante el gobierno de Néstor Kirchner le pagamos al FMI, o sea que chau FMI, tus recomendaciones no las queremos”, enfatizó ayer Boudou.

Los desbalances cambiarios serán el eje central de las discusiones en la próxima cumbre del G-20. “El país tiene la capacidad de aislarse de la guerra de monedas”, reiteró ayer Boudou. El ministro agregó en ese sentido que “el Gobierno va a seguir administrando el tipo de cambio para que sea competitivo, y que al mismo tiempo permita robustecer el mercado interno”. Boudou viajará mañana a la capital coreana para llevar esa posición a la reunión del ministros y autoridades de bancos centrales preparatoria a la cumbre del G-20, que se llevará a cabo entre el 11 y 12 de noviembre próximos.

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