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Economía|Jueves, 22 de enero de 2004
LA REGULACION NO VA A PARAR LOS AUMENTOS, ADVIRTIO TORRES

“No hay quien controle a las prepagas”

Por Raúl Dellatorre
Rubén Torres, superintendente de Servicios de Salud, advirtió que “la regulación a las empresas de medicina prepaga no va a impedir los aumentos” de precios a sus afiliados. En cambio, permitiría controlar el servicio que prestan y exigir el cumplimiento de normas mínimas. “La legislación de los 90 estableció que las prepagas debían cumplir con el Programa Médico Obligatorio, al igual que las obras sociales, pero omitió decir quién debía controlarlas; por error o por olvido voluntario, se les dijo ‘cumplan’, pero no hay quien se los exija”, refirió el funcionario en la entrevista con Página/12.
–¿Se avanzó en la discusión sobre la regulación de la medicina prepaga?
–El motivo de mi participación en la reunión de ayer (por el martes) con las cámaras (de empresas prepagas) en la Subsecretaría de Defensa de la Competencia era precisamente discutir el tema de la regulación del sistema. Pero no se llegó a tratar, porque el debate sobre el aumento de las cuotas ocupó casi completas las tres horas de reunión.
–¿El gobierno trabaja en un nuevo proyecto de regulación?
–Hay dos proyectos en el Congreso. Uno, de la senadora (Alejandra) Oviedo (PJ-La Rioja), que está en comisiones. En su momento, fuimos consultados y pensamos que reúne las condiciones mínimas para regular el sistema. Se denomina Ley sobre el Contrato de Salud. Hay otro del senador Luis Falcó (UCR-Río Negro). Al proyecto de Oviedo lo conocen en la subsecretaría. Incluso hubo un par de reuniones con las asociaciones de consumidores para tratarlo. También se consultó a las tres cámaras, que expusieron sus objeciones. Pero no conozco que el Gobierno esté trabajando en otro proyecto distinto.
–¿Y qué capacidad podrá tener la regulación para impedir los aumentos de las prepagas?
–Una cosa es regular el funcionamiento de las empresas de medicina prepaga y otra el contrato entre el usuario y la empresa. Esto último, incluido el precio que cobra, escapa al proyecto.
–¿Qué aspectos del funcionamiento quedaría bajo control?
–Lo primero es definir qué es una empresa de medicina prepaga, entre las múltiples formas que se encuentran en el mercado, que no son sólo las seis grandes que atienden en Capital. Cualquiera ofrece salud por 30 pesos mensuales en la calle con un volantito. Se intenta generar un registro de empresas de medicina prepaga que hoy no existe. Esto es lo que permitirá, posteriormente, hacer un seguimiento. Y se podrá exigirles que cumplan los requisitos lógicos de un bien social como es la salud.
–Las prepagas invadieron, prácticamente, el sistema de obras sociales sin tener ningún tipo de control. ¿Esto también se contempla en el proyecto?
–La intromisión de las prepagas en el mercado solidario es nuestra mayor preocupación. Se dejó todo sin regular y la Superintendencia está muy limitada como órgano de control. Por ejemplo, si una obra social contrata con una prepaga, yo como superintendente no tengo poder de policía sobre el prestador.
–¿De dónde surge tanto descontrol del mercado prepago?
–La ley 24.754 dispuso, en la década de los ‘90, que las empresas de medicina prepaga debían cumplir con el Programa Médico Obligatorio (PMO), al igual que las obras sociales. Pero mientras a estas últimas las controla la Superintendencia, en el caso de las prepagas se omitió mencionar quién debía controlarlas. Por error o por “olvido” voluntario, lo cierto es que se les dijo “cumplan” y no hay organismo que tenga poder de policía o control sobre ellas.
Cuando el afiliado a una obra social deriva sus aportes a una prepaga y esta le dice directamente al afiliado “le doy el PMO pero en condiciones equis, y si quiere otras condiciones me tiene que pagar tantos pesos más”, la Superintendencia de Salud no puede intervenir. Tampoco para impedir quela prepaga segmente la prestación en diferentes planes según el monto del aporte, mientras la obra social está obligada a dar una prestación universal a todos los afiliados.
–Pero hay un enorme grado de desinformación sobre qué le ofrece la prepaga y qué no, cuando sustituye a una obra social.
–En el imaginario social todavía pesa la idea de que la empresa de medicina prepaga es mejor que la obra social. Y la realidad es que esto es así mientras usted esté sano. Porque en atención primaria, puede ser que muchas prepagas tengan mejor servicio. Pero frente a una complicación seria (tratamiento oncológico, HIV, diálisis, operaciones de alto riesgo, etc.), la obra social lo va a cubrir siempre, no así en la prepaga.

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