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Economía|Jueves, 2 de octubre de 2008
Obama y McCain hicieron fuerza para que se apruebe el salvataje en EE.UU.

Fuerte lobby de los dos candidatos

Aunque dijeron entender la bronca de los votantes con Wall Street, se unieron al presidente Bush en el cabildeo de los legisladores indecisos y les dieron cobertura con apariciones públicas para promover el voto positivo.

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Obama dijo que entiende el enojo de la gente, lo mismo que McCain, pero ambos apoyan el rescate.

Los candidatos a la Casa Blanca hicieron campaña por el Sí. Mientras el mundo focalizaba su atención sobre la votación en el Congreso del plan de rescate financiero, Barack Obama y John McCain centraron sus esfuerzos en convencer a sus colegas para que apoyaran el proyecto del gobierno. Y coincidieron en que, de no aprobarse el plan, el escenario será caótico. “A los demócratas y republicanos que se han opuesto al plan les digo lo siguiente: pongan manos a la obra. Hagan lo que es correcto para el país, porque ahora es el momento de actuar”, dijo el senador por Illinois. Los últimos sondeos le otorgan al demócrata una ventaja de 7 puntos en la intención de voto.

Los dos senadores habían anunciado que estarían de vuelta en Washington para participar en la votación de la Cámara alta. Pero durante el día se sumaron a los esfuerzos del presidente George Bush de convencer a los congresistas para que apoyen la versión modificada del proyecto que el lunes fue rechazado en la Cámara baja.

“Aunque hay mucha culpa para repartir y muchos en Washington y Wall Street que la merecen, todos nosotros tenemos la responsabilidad de resolver esta crisis porque afecta al bienestar de cada estadounidense. Ya habrá tiempo para castigar a los que encendieron este fuego, pero ahora es el momento de unirnos y sofocarlo”, pidió Obama desde Wisconsin.

Más tarde, de vuelta en la capital, el candidato afroamericano pintó un panorama en el que la crisis financiera podría tener un efecto dominó en toda la economía nacional. Según explicó, si los negocios no consiguen préstamos, no podrán pagarle a sus empleados y, si éstos son despedidos, no podrán pagar sus cuentas. “Podríamos ver el cierre de miles de negocios, la pérdida de millones de empleos, a lo que seguiría una larga y dolorosa recesión. En otras palabras, ésta no es sólo una crisis de Wall Street, es una crisis estadounidense”, advirtió.

Obama dijo que entendía la reticencia de muchos legisladores en torno del plan de salvataje. Pero destacó que la versión modificada incluye protecciones para los contribuyentes. “No podemos darnos el lujo de correr el riesgo de que la economía de Estados Unidos y, por consiguiente, la economía mundial, se hunda en un hoyo muy, muy profundo”, sostuvo. En un intento de complacer al mayor número posible de senadores, los líderes demócratas y republicanos introdujeron en la iniciativa rechazada rebajas de impuestos para las empresas y mayores garantías para los depósitos bancarios.

Al igual que su rival, John McCain alertó a sus colegas que de no aprobar el plan de rescate, la crisis se convertiría en una “catástrofe”. “Confío en que habrá suficiente gente de buena voluntad en ambos partidos para procurar que Estados Unidos supere la crisis. Y cuando el último voto sea emitido, podremos estar agradecidos a todos ellos, demócratas y republicanos, por ayudar a resolver la crisis en lugar de simplemente explotarla”, dijo desde Independence, en Missouri.

Pero no todas fueron coincidencias entre los candidatos. En una nueva propaganda televisiva presentada ayer el senador por Arizona acusa a Obama de realizar un “fraude” en el debate migratorio, uno de los temas más ásperos de la contienda electoral. En el aviso se muestran imágenes de migrantes trabajando y se escucha a McCain decir que “Obama y sus aliados liberales” tildaron en una ocasión a México de “sociedad disfuncional”.

Pese a la agresiva publicidad republicana, el favorito en las encuestas sigue siendo Obama. Un sondeo realizado por el Pew Research Center le otorga al demócrata una intención de voto de 49 por ciento a nivel nacional, frente al 42 por ciento de McCain. El estudio indica que los tres factores que explican el avance de Obama son su desempeño durante el debate televisado del viernes pasado, la confianza que inspira para resolver la crisis financiera y el efecto negativo de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin.

A su vez, una encuesta de la Universidad de Quinnipac difundida ayer muestra que Obama tiene una clara ventaja en tres estados considerados clave: Florida (51 por ciento a 43 por ciento), Ohio (50 por ciento a 42 por ciento) y Pennsylvania (54 por ciento a 39 por ciento). Desde 1960, ningún candidato alcanzó la presidencia sin asegurarse dos de estos tres campos de batalla.


Duelo de vices

Los candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos se enfrentan hoy en un debate entre la imprevisible gobernadora republicana Sarah Palin y el senador demócrata Joe Biden, veterano de la política. De uno de los duelos televisados más esperados de la campaña, los analistas coinciden al menos en dos puntos: es difícil anticipar tanto el ganador como el impacto que tendrá el debate sobre el resultado de las elecciones del 4 de noviembre. Palin, quien suele desconcertar al establishment político y mediático, convirtió el duelo contra el experimentado senador de Delaware en una especie de “reality show” de probable alto rating. “El tiene una tremenda cantidad de experiencia y yo soy la nueva energía, la cara nueva”, advirtió la gobernadora de Alaska. Contraria al aborto y madre de cinco hijos, Palin adora las armas de fuego y es apodada desde su adolescencia “Sarah Barracuda” por su combatividad en los partidos de básquet. Palin demostró en entrevistas anteriores ser incapaz de explicar los efectos del paquete de rescate financiero discutido en el Congreso o de definir la “Doctrina Bush” de política exterior. Pero su rival también hizo agua algunas veces. A pesar de sus tres décadas como congresista, Biden demostró a lo largo de su carrera que a veces puede hablar de más. Tanto, que en un debate de las primarias el año pasado le preguntaron si se consideraba capaz de controlar su verborragia, un rasgo que él reivindica como franqueza. “Sí”, contestó lacónicamente, desatando la risa de toda la audiencia.

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