Durante la rueda con los periodistas, Jorge Remes Lenicov dejó expuestas las presiones a las que fue objeto el Gobierno en las últimas horas, después de tomar la decisión de dejar atrás la paridad uno a uno entre el peso y el dólar. El ministro admitió que recibió llamadas telefónicas de parte de los presidentes de las empresas privatizadas y de las petroleras. “No los atendí”, comentó el ministro, dando cuenta de la situación crítica por la que atraviesa la Argentina y de la enorme presión ejercida por los poderosos grupos económicos extranjeros para no perder beneficios. “A la única persona que atendí fue al ministro de Economía español. Pero fue por cortesía. Le dije que hablaríamos recién cuando estuviese aprobada la ley”, confesó Remes Lenicov. “Yo sé cuándo se puede o no se puede atender el teléfono”, añadió. Justamente, la estrategia del Gobierno fue obtener un fuerte respaldo del Congreso para imponer las nuevas medidas antes de sentarse a negociar con los conglomerados extranjeros.
Durante el encuentro con la prensa, los periodistas españoles se mostraron muy interesados por el futuro argentino. “¿Hay alguna posibilidad de cambiar algunas de las medidas?”, quiso saber una de las corresponsales. “No. La ley no se cambia”, fue la escueta pero precisa declaración del flamante ministro.
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