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Economía|Viernes, 11 de noviembre de 2005
PIZCA DE HETERODOXIA Y GUIÑOS AL ESTABLISHMENT

Paquete con varios mensajes

Por Maximiliano Montenegro
Con las medidas anunciadas, Roberto Lavagna envía varios mensajes. Primero: no está paralizado frente a la inflación. Segundo: tiene un oído sensible a los reclamos de Washington y de los empresarios. Tercero: después de las elecciones, el presidente Kirchner está dispuesto a tomar decisiones antipopulares y conflictivas con sindicatos u otros actores sociales, como jubilados y empleados públicos.
El “paquete para estabilizar los precios”, como lo denominan en la Rosada, debe dividirse en dos partes. Por un lado, las medidas antiinflacionarias propiamente dichas, que siguen mostrando una pizca de heterodoxia.
En lugar de “enfriar” la economía y dejar caer el dólar, como sugiere el Fondo Monetario, prefiere disciplinar, sector por sector, a los que remarcan sus precios en el mercado interno en línea con el salto de la demanda externa.
La eliminación del reintegro del 5 por ciento promedio a las exportaciones de alimentos (carne, leche, queso, aceites, etc.) es algo que debió haberse implementado hace tres años. Con una maxidevaluación (el dólar subió 200 por ciento) era ridículo que se otorgaran subsidios adicionales para estimular las exportaciones, los cuales habían sido creados en la época del 1 a 1. Sólo se explica que hayan perdurado en el tiempo por un poderoso lobby empresario.
Ahora, al suprimir esos reintegros, Lavagna transmite la señal de que quiere que se priorice el mercado interno, al menos, mientras la producción no se expanda lo suficiente para abastecer simultáneamente las exportaciones. Es una medida casi idéntica a elevar las retenciones, pero que torna menos legítimas las protestas empresarias: no es lo mismo aumentar un impuesto a las exportaciones que quitarles un subsidio.
Por otro lado están las políticas a pedido del establishment económico, que conllevan costos políticos y postergaciones sociales. La primera señal poselecciones llegó con el congelamiento del gasto público hasta abril próximo, que se traduce en que no habrá aumentos de jubilaciones, salarios públicos o planes sociales hasta esa fecha.
Ayer, Lavagna anunció la reducción de la doble indemnización por despido y que la nueva ley de accidentes de trabajo no será tan favorable a los sindicatos, que habían negociado con el Ministerio de Trabajo un proyecto duramente cuestionado por las asociaciones empresariales.
Ambas decisiones apuntan a favorecer la inversión abaratando costos empresarios. Y también eran requeridas por el Fondo Monetario.
Así parece consolidarse un nuevo estilo en esta segunda etapa de la administración Kirchner. La derecha ya no podrá hablar del “populismo” de Kirchner.

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