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Economía|Jueves, 17 de enero de 2002

¿Hacia dónde rema el equipo de Remes?

El establishment financiero presiona para cercar al gobierno de Duhalde. Y asegura que “esto termina en la dolarización a 2 o 3 pesos”. Mientras tanto, el equipo de Remes Lenicov se enreda en sus propias contradicciones.

Por Maximiliano Montenegro
“Están a la deriva. Esto termina en la dolarización a 2 o 3 pesos. Se podría hacer ahora mismo. Pero antes hay que dejar decantar que se termine este gobierno, porque Duhalde se jugó a muerte con que no va a dolarizar.” La frase pertenece a un ejecutivo de uno de los bancos extranjeros líderes, quien está convencido de que más temprano que tarde la bomba, que Eduardo Duhalde dice estar desactivando, explotará en las manos del Presidente. Nadie puede predecir el futuro, ni siquiera el establishment financiero, en especial, cuando está lanzado en cercar a un gobierno. Pero hasta el más fiel de los funcionarios duhaldistas reconoce en privado que el equipo del ministro Jorge Remes Lenicov parece estar a la deriva. Veamos.
u Ayer se confirmó el incumplimiento de la promesa de Duhalde que más expectativa concitó al momento de asumir la presidencia ante la Asamblea Legislativa. “A todos los que hayan depositado en dólares se les va a devolver en dólares”, había dicho el Presidente atemorizado porque un cacerolazo de los depositantes de clase media acabe súbitamente con su gestión. “Los bancos no van a entregar más dólares de las cajas de ahorro porque no tienen los dólares”, se despachó ayer por la mañana en radio el viceministro Jorge Todesca. Y, como si se tratase de una Secretaría del Ministerio, dijo que por la tarde el Banco Central debía sacar una circular autorizando a retirar mensualmente de las cajas de ahorro en dólares hasta 500 dólares pesificados a un tipo de cambio de 1,40; es decir, 700 pesos. Vale aclarar que esos pesos sólo permitirán al ahorrista comprar en el mercado libre –a la cotización de ayer– 359 dólares.
La mencionada circular, que se demoró para hoy, rectificaría otra circular del Central del viernes pasado que obligaba taxativamente a los bancos a entregar mensualmente hasta 500 dólares billete a los depositantes en cajas de ahorro en dólares que lo requirieran. Esta circular, a su vez, contradecía una resolución del Ministerio de Economía de un día antes (el jueves), que sólo autorizaba extraer dólares –hasta 500 mensuales– de las cuenta corrientes en dólares, y no especificaba qué hacer con las cajas de ahorro.
Entre el viernes y ayer, varios bancos entregaron dólares a los depositantes de caja de ahorro, pero otros se hicieron los distraídos con la excusa de que no estaba permitida esa operatoria o, directamente, que no disponían de los dólares. Pero lo más patético de todo es que el acotado retiro de dólares billete se había pensado en un principio no sólo como una forma de cumplir con la promesa de Duhalde –pequeño detalle– sino también como una forma de descomprimir la demanda de dólares billete en el mercado libre.
u Hace poco más de una semana, el viceministro Todesca le aseguró a este diario que no se permitiría la compra de dólares con cheque ni mediante ninguna otra transacción financiera. De esa forma, argumentaba el funcionario, se limitaría la demanda de dólares libres a los pocos pesos billete sobrantes en el bolsillo de los argentinos. Sin embargo, nadie sabe explicar bien cómo ocurrió, lo cierto es que la compra de dólares con cheque no sólo está autorizada sino que entre el martes y el miércoles esa operatoria hizo furor, elevando la cotización hasta la barrera de los 2 pesos, la cual hubiera sido superada largamente si no fuera porque el Banco Central vendió dólares para frenar la corrida. Dicho sea de paso, la circular 3433 del Central del lunes por la noche, que establecía el ajuste de los créditos no pesificados por el dólar libre –la cual tuvo que ser rectificada al día siguiente, aclarándose que serían actualizados por el oficial–, también disparó la cotización del dólar al crear la expectativa entre los especuladores de una gran demanda futura.
u Por estas horas, Economía estudia la “flexibilización” del corralito. En concreto, significa que se podrán pasar una cantidad aún indeterminada –pero seguramente pequeña y secuenciada en el tiempo– de dólares de los plazos fijos a pesos a 1,40 en cajas de ahorro y cuentas corriente. En el equipo de Remes quieren pesificar –por ahora, “voluntariamente”– los depósitos y a la vez desatar el chaleco de fuerza en el que está metido la economía. La idea es que sobre esas cuentas a la vista se podrían girar cheques o hacer transferencias para operaciones que habitualmente se realizan en dólar –compra de inmuebles o autos– y que actualmente están paralizadas por la prohibición de realizar esa clase de operatoria sobre las cuentas en dólares. Sea como fuere, antes de flexibilizar el corralito, ahora sí, el Central tendría que dictar una circular prohibiendo taxativamente la compra de dólar con giros sobre esas cuentas, porque de otro modo el dólar libre despegaría como un cohete hacia la estratosfera.
u Para tener una idea de las dudas que envuelven al equipo de Remes, basta citar por caso las idas y venidas para tomar una medida que suena elemental desde el sentido común. Se trata de permitir cancelar un crédito en dólares con fondos de un depósito en dólares en la misma u otra entidad bancaria. Primero dudaban si se podría hacer dentro de un mismo banco hasta que decidieron que sí se podía, y todavía siguen analizando si se podrá hacer entre distintos bancos, teniendo en cuenta el desbalance de fondos que existen entre las entidades nacionales y extranjeras. Hasta anoche la intención era también autorizar esta elemental operatoria. Pero, para no perjudicar a los bancos, descontaban que no se podrá cancelar el total del crédito pesificado con un depósito en dólares del mismo titular al cambio 1,40.
u La Ley de Emergencia económica preserva el párrafo de la ley de Convertibilidad que prohíbe la indexación de contratos privados por el índice de inflación. Sin embargo, no hay economía en el mundo que funcione con un tipo de cambio flotante sin estas cláusulas indexatorias. Los ejemplos más cercanos son Chile y Brasil, con distinto mecanismos indexatorios que no dispararon la inflación, ni mucho menos. Obsesionados al principio por el fantasma híper, ahora los economistas del duhaldismo no saben cómo salir de la trampa. Por lo pronto, consiguieron que desapareciera el crédito comercial y cuasibancario, en tanto que propician involuntariamente la dolarización: hoy nadie acepta cheques en pesos a más de 30 días, por temor a la licuación, y las tarjetas de créditos cortaron las compras en cuotas, sean 3,6 o hasta 12, como ofrecían hasta días antes de la devaluación. Más parate en la economía.
u Tampoco hay cláusulas de indexación por inflación en las cuotas de los créditos pesificados. Sin embargo, encontraron una manera de compensar a los bancos que se encargará de matar cualquier germen de reactivación. Mediante la famosa circular 3433 los autorizaron a seguir cobrando a los deudores pesificados las tasas de interés exorbitantes pactadas originalmente, cuando existía el riesgo país y las entidades pagaban tasas altísimas a los depositantes para retenerlos. En tanto, que para descubiertos en cuenta corriente fijaron un “tope”: la tasa de descubierto al 30 de noviembre –el día del colapso–; es decir, más de 100 por ciento. Estas tasas le fijarán un piso a cualquier crédito futuro, si es que existe algo así en el futuro, ya sea para inversión o consumo.
Duhalde insisten con que está desactivando una bomba y algún otro funcionario metaforizó que si se cortaba mal un cable todo estallaba en pedazos. Pero el reloj de la bomba sigue corriendo y, así como van, corren el peligro de que estalle sola.

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