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El mundo|Martes, 18 de marzo de 2008
El gobierno chileno apuntará a reforzar la agenda social

Segundo tiempo para Bachelet

La mandataria socialista cumplió dos años movidos al frente de La Moneda. Será fundamental que se ponga en marcha su proyecto estrella: la reforma de pensiones. Según fuentes gubernamentales, ésta comenzará a regir en julio.

Por Christian Palma
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“Cuidemos el lenguaje y la conducta política”, pidió la presidenta chilena a la oposición.

Desde Santiago de Chile

No ha sido fácil. Claro que no. El gobierno de Michelle Bachelet cumplió en estos días dos años en medio de fuertes críticas por la lenta implementación del plan de transportes de Santiago, el Transantiago, movilizaciones en diferentes sectores productivos y una oposición que se ha dado un festín con cualquier decisión cuestionable que emane de La Moneda. A ello súmele un presidente del Senado ingobernable, con agenda propia (tanto es así que renunció a su partido, la Democracia Cristiana, y es respaldado ahora por la derecha) y una ministra (Educación) en tela de juicio por desórdenes financieros en la cartera.

Así, en lo que se ha denominado el segundo tiempo de la primera presidenta mujer de Chile, no hay espacio para el error y la improvisación. La idea de Palacio es ahora reforzar la columna vertebral de la administración de aquí al 2010: la agenda de protección social, crecimiento económico y el perfeccionamiento de la democracia. Para ello, la misión de los ministros será clave: diálogo permanente con la gente para “aterrizar” los logros, profundizar las apariciones en los medios y, por ende, hacerse cargo de las demandas ciudadanas. Fundamental será la reforma previsional –que según los planes gubernamentales comenzará a regir el 1o de julio–, el proyecto estrella de Bachelet, pues mejorará las pensiones de gran parte de los chilenos.

Otro punto crucial serán las reformas políticas –elaboradas por el potente ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma–, que incluye un viejo anhelo que asusta a la derecha: el ajuste al sistema binominal.

Sin duda uno que tiembla con esto es el candidato a la presidencia, el multimillonario Sebastián Piñera, una de las cartas de la derecha para las próximas elecciones. El dueño de Lan Chile se comprometió con los comunistas (los más interesados en las reformas, pues con el actual sistema han quedado fuera del Congreso por años) a presentar prontamente un proyecto que mejore la oferta de su partido, Renovación Nacional, para que accedan a un escaño parlamentario los partidos que obtengan al menos el 6 por ciento de los votos. De prosperar esto, Bachelet ganaría importantes réditos políticos.

Por otro lado, lograr consensos con la derecha respecto a: el financiamiento estatal permanente a los partidos políticos; la regulación del sistema de primarias en el interior de los partidos políticos e inscripción automática en el Registro Electoral; el voto de los chilenos en el extranjero y la elección directa de los consejeros regionales. Todos temas claves para ir avanzando en una democracia que aún muestra debilidades y que Bachelet sueña con cambiar.

En este teatro de operaciones y mientras celebraba en La Moneda los dos años de gestión, Bachelet entró en el tono duro de declaraciones que ha impuesto la derecha. “No deja de sorprenderme que algunos insistan en crear la impresión de que el país se encuentra erosionado por irregularidades. Es una manera de hacer política a pequeña escala que busca dividendos electorales, pero que además le hace daño a Chile, a su imagen nacional e internacional y a sus perspectivas”, fue el recado a la oposición. “Chile es un país decente, tiene sólidos cimientos en materia de moral funcionaria y no sólo lo decimos nosotros, cuidemos el lenguaje y la conducta política, porque la ciudadanía espera eso de todos sus dirigentes”, agregó.

En sus propias palabras, la presidenta destacó la recién promulgada Ley de Reforma Previsional y la creación de más de 1700 salas cuna gratuitas a lo largo del país, aunque no mencionó la palabra Transantiago, la jefa de Estado reconoció que el sistema de transporte capitalino partió mal, pero garantizó que mejorará cada día. Además, mencionó el proyecto que perfecciona y amplía el Sistema de Alta Dirección Pública, como los que apuntan a lograr un sistema ambiental moderno y una matriz energética estable y eficiente. Desde ahora se podrán ver los frutos de estos dos años llenos de comisiones para sacar proyectos de corte social. Si bien eso de armar grupos para gobernar le ha costado numerosos cuestionamientos por la manera de conducir el país y su “poca capacidad de mando”, Bachelet tiene en sus manos revertir eso.

La derecha también se siente con una oportunidad única para que la posta pase a sus filas esta vez. Mientras tanto Piñera, Lagos, Lavín e Inzulza miran de reojo. Total, el 2010 está dos años más cerca y La Moneda sí que seduce a muchos.

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