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Las reformas anunciadas por el presidente de Cuba, Raúl Castro, comenzaron a hacerse realidad. Luego de que los lujosos hoteles de la isla abrieran sus puertas el lunes a toda la población, los comercios se vieron abarrotados ayer ante la cola de cubanos que se acercaron a comprar o ver los precios de dvd, videos, bicicletas eléctricas, tv y microondas. Aunque los medios no difundieron la noticia, muchos se enteraron mediante el boca a boca de la venta de esos electrodomésticos, que desde 2003 había sido restringida tras una crisis energética. Como si nada pasara, el nuevo líder cubano asistió ayer a un congreso de intelectuales, luego de que el lunes por la noche la televisión nacional anunciara que el gobierno empezó a entregar tierras ociosas a productores privados.
Los cubanos están viviendo una secuencia de pequeños cambios impulsados por Raúl Castro con discreción y paso a paso. Las nuevas medidas están modificando sobre todo la vida cotidiana de aquellos que poseen las suficientes divisas para adquirir los costosos productos y servicios ahora permitidos. Sin embargo, fueron muchos los que ayer mostraron su asombro en las calles. Cautelosos, los transeúntes se pegaban a las vidrieras para ver los chiches recién llegados y un detalle no menor: sus precios.
Con la venta libre de aparatos electrónicos en divisas, Castro llevó a cabo la primera medida que anunció a finales de marzo en su discurso de investidura. Mientras abrían las cajas y pegaban etiquetas de precios, los empleados precisaban cuál era el stock del que disponían, ya que algunos equipos todavía no habían llegado a los negocios. Una cubana se mostró emocionada con su nueva adquisición. “Estoy muy contenta por la medida y también con mi ollita”, dijo Marlén Pérez. La universitaria compró uno de los tres modelos de ollas arroceras eléctricas. “Pagué por ella 35 pesos convertibles (37,80 dólares), casi la mitad de lo que me pedían en el mercado negro”, añadió.
Los cubanos pueden comprar, además de ollas arroceras, tres modelos reproductores de dvd, dos Philips, a 124,20 y 137,16 dólares, y uno Panasonic, por 162,32, y motocicletas eléctricas por 858,22 dólares. También pueden adquirir televisores LCD de 20 pulgadas por 1141,50 dólares y otro de 26 por 2117,88 dólares. La resolución oficial que autorizó la venta de los equipos incluye además computadoras y alarmas para autos y microondas, entre otros electrodomésticos.
Aunque en las tiendas se apreciaban filas hasta de diez personas, la mayoría de los posibles compradores llegaba al local para husmear y comprobar si eran ciertos los rumores que habían escuchado. “Vine para mirar, con los 200 pesos (cubanos) que gano de retiro difícilmente pueda comprar algo, pero veo muy bien que el que tenga su dinerito lo pueda hacer”, dijo una señora setentona que no quiso revelar su nombre. Lázaro Paneque, un albañil de 34 años que trabaja para el Estado, coincidió con la mujer. “Todavía esos precios están altos”, reconoció.
El salario medio en Cuba es de 408 pesos (17 dólares). Con esto, alcanza para pagar alquiler, transporte y servicios, así como una subsidiada pero insuficiente canasta básica que hay que complementar en los negocios que usan divisas o pesos convertibles. El valor de esta moneda es muy superior al de los pesos cubanos.
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