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El mundo|Sábado, 19 de abril de 2008
Partieron el voto entre Blanca y Oviedo, mientras Lugo lidera los sondeos

Los colorados paraguayos van por más

Es el desafío más grande que enfrentan en más de seis décadas, pero el oficialismo no se da por vencido. Confía en su aparato partidario y en su arraigo en zonas rurales. Los opositores no quieren que se produzca un fraude el domingo.

Por Mercedes López San Miguel
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La policía vigiló ayer una marcha de desocupados formando fila delante de carteles electorales de Ovelar y Lugo en Asunción.

Desde Asunción

Tenía que ser colorada la fachada de la sede del Partido Colorado en esta ciudad. En su entrada, en la calle 25 de Mayo, la lluvia caía incesante ayer sobre el busto del fundador de esa fuerza que se apellida Caballero. Los colorados buscarán prolongar en los comicios de mañana seis décadas de reinado ininterrumpido en donde hubo de todo: violencia, fraude, corrupción. Su candidata Blanca Ovelar, delfín del presidente Nicanor Duarte Frutos, va tercera en los sondeos de opinión, por lo que los colorados podrían no llegar al record de tiempo en el poder de 72 años del PRI mexicano. “Es una de las elecciones más difíciles que enfrenta el partido, pero confiamos en el aparato electoral y esperamos estar 60 años más”, dice sin ponerse colorado Adam Ledesma, un militante que se encargaba de recibir a los periodistas.

Casi a punto de entrar en una reunión, el presidente del Partido Colorado, José Alberto Alderete, acepta conversar con Página/12. Coincide con Ledesma en el diagnóstico reservado para estas elecciones. “Venimos de unas primarias complicadas y conseguimos una unidad en un porcentaje elevado, pero no puedo decir que hay una unión del ciento por ciento.”

–¿No tendrá que ver también con que Ovelar se enfrenta a un obispo carismático (Fernando Lugo) y al retornado general Lino Oviedo?

–En las internas hubo una participación del 50 por ciento del electorado, que son unos 840 mil votantes. Lugo en su interna partidaria (Alianza Patriótica para el cambio) no tuvo más de 9 mil y el Partido Liberal (aliado de Lugo) no logró que participaran más de 400 mil.

Blanca Ovelar dice representar el cambio, la renovación colorada. La ex ministra de Educación se hizo con la candidatura en una reñida primaria enfrentada al ex viceministro Luis Castiglioni. Este sigue afirmando que hubo fraude y se negó a apoyar en público a la aspirante.

En realidad, podría decirse que los colorados tienen dos candidatos: Ovelar y Lino Oviedo. El polémico general golpista fue históricamente colorado, aunque ahora se presenta con otra formación, Unace (Unión Nacional de Ciudadanos). Como señala a este diario la historiadora Milda Rivarola, “está la ultraderecha colorada y violenta representada por Lino Oviedo y la derecha clásica en la figura de Ovelar, asociada al aparato partidario”.

–¿Que qué tenemos nuevo para ofrecer que no hicimos en 61 años? –pregunta a modo retórico Alderete–. Y se contesta: “El Partido Colorado tiene la capacidad de renovarse. Hemos tenido aciertos y errores, claro”.

–¿Qué errores reconocen?

–Hay una deuda en lo social, en la salud, en dar más trabajo. Ha sido un partido con un discurso sectario. Pero en 19 años de transición democrática se avanzó (tras 35 años de dictadura del colorado Alfredo Stroessner).

Alderete define al partido como “agrarista”. Sus bastiones están en las zonas campesinas como Misiones, Caacuazú y Zaapá. Sin embargo, la historiadora dice que esto ya no es tan así. “El Partido Colorado se decía populista y que representaba al campesinado. Esto hoy está en crisis. El partido perdió el dominio cultural y se le está rompiendo la hegemonía.”

Rivarola compara y diferencia al Partido Colorado, hoy la formación que más años lleva en el poder en América latina, del PRI mexicano y el peronismo argentino. “Con el priísmo se parece porque ambos son partidos clientelistas y corruptos. El Partido Colorado tuvo alguna influencia fuerte en los ’50 del peronismo: el caudillo Epifancio Méndez Fleitas representó el ala peronista de los colorados y fue muy perseguido por el stronismo. Eso sí, el Partido Colorado no fue carismático, ni movilizó gente a la calle ni tuvo victorias tan contundentes en las urnas como el peronismo.”

Para estos comicios, en los que la oposición ha hablado de modo recurrente de la posibilidad de fraude, los electores deberán manchar su dedo con tinta indeleble para que no vuelvan a votar. Además, no habrá urnas electrónicas como en las elecciones de 2003. También habrá veedores internacionales, entres ellos, representantes de la OEA. Uno de los seis legisladores del PAN (Partido de Acción Nacional, oficialista) mexicano que llegó a Asunción de observador, Ramón Ceja Romero, habló con este diario. “Prevemos que ganará Lugo, su partido es afín al PAN, porque pertenecen ambos a la OTCA, Organización Demócrata Cristiana de América.” Paradojas de la vida, el diputado tiene la función de detectar irregularidades cuando su partido está acusado de haber cometido fraude en las presidenciales del año pasado, cuando por un poco más de un punto Felipe Calderón se proclamó ganador ante el candidato izquierdista, Andrés Manuel López Obrador.

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