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El mundo|Sábado, 26 de abril de 2008
Delegados del Dalai Lama se verán con autoridades chinas

Beijing recibe a los monjes

El gobierno chino cedió a presiones de Occidente y accedió a dialogar con representantes tibetanos para evitar problemas durante la realización de los Juegos Olímpicos, en agosto. El Dalai Lama saludó la iniciativa dialoguista.

Por José Reinoso *
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Estudiantes tibetanos en huelga de hambre ayer gritaron slogans antichinos en Katmandú.

Desde Beijing

Beijing cedió el viernes a las presiones occidentales e hizo un gesto de buena voluntad para intentar reconducir la crisis en Tíbet, que amenaza con ensombrecer los esperados Juegos Olímpicos de Beijing, el próximo agosto. El gobierno anunció que está dispuesto a reunirse con representantes del Dalai Lama, tras semanas de haberse negado a ello y haber endurecido sus críticas contra el líder espiritual tibetano, a quien acusa de estar detrás de las revueltas que tuvieron lugar el pasado marzo en la capital de Tíbet (Lhasa) y otras regiones vecinas, y en las cuales murieron veinte personas, según las autoridades chinas, y más de 140, según el gobierno tibetano en el exilio.

Beijing afirmó, a través de la agencia oficial Xinhua, que ha accedido al encuentro, que tendrá lugar “en los próximos días”, en respuesta a “las repetidas peticiones efectuadas por el Dalai Lama”. Pero dejó bien claro que espera que el líder budista “cree las condiciones necesarias para las conversaciones y dé pasos creíbles para poner fin a las actividades que pretenden dividir China, deje de conspirar e incitar a la violencia y zanje los intentos de interrumpir y sabotear los Juegos Olímpicos”.

Tenzin Takla, portavoz del Dalai Lama, saludó la iniciativa y dijo que es “un paso en la dirección adecuada, ya que sólo las reuniones cara a cara pueden conducir a la resolución de la cuestión tibetana”. Ambas partes han celebrado seis rondas de negociaciones desde 2002, pero el proceso se encuentra estancado desde finales de 2006. El Ejecutivo del presidente chino, Hu Jintao, había puesto como condición para dialogar con el Premio Nobel de la Paz que renuncie de forma clara a la independencia y reconozca que tanto Tíbet como Taiwan son parte de China. El líder religioso aseguró repetidas veces que no persigue la escisión de la región sino una “autonomía real” y el respeto a la cultura tibetana y la libertad religiosa. El ejército chino entró en el territorio del Himalaya “para liberarlo” en 1950. Nueve años después, el Dalai Lama huyó a India, tras fracasar un levantamiento popular. Desde entonces, vivió en el exilio.

La oferta china de diálogo supone un cambio de táctica. Tras estallar los disturbios, el máximo responsable del Partido Comunista en Tíbet llamó al venerado líder religioso “chacal con hábito de monje” y “espíritu diabólico con cara humana y corazón de una bestia”. Pero cuando quedan poco más de tres meses para el inicio de los Juegos Olímpicos, Beijing ha visto cómo su imagen internacional ha caído en barrena y sus intentos de presentar un rostro de país moderno, desarrollado, potente y pacífico se encaminaban al fracaso si no desactivaba la crisis. Así que optó por escuchar las llamadas de numerosos gobiernos extranjeros para dialogar.

Estados Unidos advirtió esta semana sobre el riesgo de que el enconamiento del conflicto pueda conducir a un endurecimiento de la posición de los grupos tibetanos moderados. “Si Beijing no conversa con el Dalai Lama ahora, sólo servirá para reforzar a quienes defienden posiciones extremas”, dijo el subsecretario de Estado John Negroponte. Tras la dura represión de las violentas protestas tibetanas, algunos radicales en el exilio han pedido que se revise la tradicional campaña pacífica por la autonomía del Dalai Lama y están demandando ahora la independencia. El jueves pasado la comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), Benita Ferrero-Waldner, volvió a urgir a Beijing a que reanudara los contactos con el dirigente budista.

El anuncio de diálogo coincide con la visita que una numerosa delegación de la Unión Europea (UE), encabezada por el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y nueve comisarios, está realizando a la capital china. Tras entrevistarse con Hu Jintao, Barroso calificó de esperanzadora la futura reunión entre China y los representantes tibetanos y dijo que Beijing parece dispuesto a hablar sobre cualquier tema excepto la soberanía de Tíbet.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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