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El mundo|Jueves, 15 de mayo de 2008
Según su ministro Larrea, Europa entendió el rol de Ecuador en el conflicto con las FARC

Correa sedujo hablando en perfecto francés

La breve gira del presidente ecuatoriano por Europa le permitió explicar la postura de su gobierno en el conflicto que mantiene con Colombia, las ventajas del Plan Ecuador y el compromiso con los rehenes de la guerrilla.

Por Eduardo Febbro
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El presidente ecuatoriano se reunió en París con el ex marido de la rehén Ingrid Betancourt.

Desde París

Rafael Correa terminó su breve gira por Europa con una promesa: Ecuador hará todo cuando está a su alcance para que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) liberen a sus rehenes. El jefe del Estado viajó al Viejo Mundo con el objetivo de contrarrestar lo que Quito considera como una campaña de desprestigio lanzada por Colombia contra Ecuador, luego de que Bogotá matara en territorio ecuatoriano al Nº 2 de las FARC, Raúl Reyes. Luego de ese episodio le siguieron las muy a menudo disparatadas revelaciones que provienen del computador de Reyes y que tienden a implicar tanto a Quito como a Caracas en una suerte de red de apoyo a las FARC. De ese famoso computador salieron las versiones según las cuales las FARC financiaron la campaña de Rafael Correa. El presidente ecuatoriano, que el martes se reunió con Nicolas Sarkozy, habló el miércoles con el hijo y el ex marido de Ingrid Betancourt, Lorenzo y Fabrice Delloye, respectivamente. Correa se felicitó de que Francia comparta “el compromiso” de “buscar una salida pacífica al conflicto colombiano” y repitió que Ecuador va a “seguir intentando contactar por motivos humanitario con las FARC”, porque no ve “voluntad política” por parte del presidente colombiano, Alvaro Uribe, o su gobierno para la liberación de los rehenes. Correa también presentó aspectos del llamado Plan Ecuador, un esquema muy distinto al Plan Colombia. Según explicó en París, “se trata de concentrar recursos para que haya presencia del Estado del bienestar en la frontera norte, porque uno de los gérmenes para estos grupos insurgentes es el abandono de esas regiones por parte de los Estados nacionales, en este caso Colombia y Ecuador”. Correa también confirmó haber propuesto a la Unión Europea el despliegue de una fuerza junto a la frontera ecuatoriana en el sur de Colombia.

Correa sedujo a sus interlocutores sin grandes esfuerzos. Su perfecto francés y las frases fuertes como “en ciertas partes de la frontera Ecuador no limita con Colombia, sino con las FARC” le permitieron hacer la pedagogía de la posición de su país, al que presentó como una víctima del conflicto colombiano y no como un actor. En la delegación ecuatoriana se encontraba el ministro de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Gustavo Larrea, un responsable fuertemente atacado por Bogotá. Larrea fue uno de los hombros políticos latinoamericanos que se reunió con Raúl Reyes antes del operativo colombiano y ello le valió una avalancha de entredichos y hasta una grosera manipulación: el gobierno de Alvaro Uribe, en su afán por probar los vínculos de amistad entre las FARC y Ecuador, hizo circular una foto –sacada supuestamente del computador de Reyes– en la que se veía a Gustavo Larrea junto a Reyes. Pero, en realidad, no se trataba de Larrea, sino del secretario general del Partido Comunista Argentino, Patricio Etchegaray. En esta entrevista con Página/12, Larrea evoca la verborragia de ese computador así como su encuentro con Raúl Reyes.

–Interpol presenta este jueves sus conclusiones sobre la veracidad de las informaciones contenidas en el computador del Nº 2 de las FARC, Raúl Reyes. Ese computador se está volviendo una catarata de presuntas revelaciones que involucran cada vez más tanto a Caracas como a Quito en una supuesta red de apoyo masivo a las FARC.

–La información que ha sacado Colombia a través del computador de Raúl Reyes es una información manipulada y, en muchos casos, falsa. Por ejemplo, la fotografía que Bogotá divulgó en la OEA en la que se me veía a mí junto a Raúl Reyes no corresponde con la realidad. El que estaba en la foto no era yo, sino el secretario general del Partido Comunista argentino, Patricio Etchegaray. Ahí hay una prueba clara de que esas computadoras producen falsedades. Otra falsedad es, por ejemplo, la afirmación de que yo me he reunido con Raúl Reyes el 18 de enero. Sin embargo, el 18 de enero yo estaba haciendo actividades en la ciudad de Quito, actividades públicas. Por consiguiente, no podía estar en dos partes a la vez.

–Pero usted sí se reunió con Reyes.

–Claro. Yo participé, juntamente con una comisión internacional, en la liberación de los rehenes Clara Rojas y Consuelo Perdomo. Esa liberación fue un hecho público. Pero, también, es obvio que para liberar secuestrados uno tiene que hablar con los secuestradores. No hay otra forma de hacerlo. Así que yo me reuní con Reyes y conversé con él sobre la liberación de estas dos personas, la de Ingrid Betancourt, la de tres ciudadanos estadounidenses, la liberación de cuatro soldados y tres policías que están en muy mal estado de salud y, por último, la liberación de un ciudadano ecuatoriano. Se trató, en definitiva, de una acción humanitaria que el gobierno colombiano trató de desvirtuar intentando calumniar a nuestro gobierno. Incluso hubo un ministro colombiano que dijo que el Ecuador era un santuario de las FARC. Si algún grupo guerrillero pasa la frontera ecuatoriana y tiene un campamento en esa selva de 500 kilómetros, hay, del otro lado, 200 campamentos en Colombia. Es Colombia la que tiene un problema, es Colombia la que tiene un conflicto interno en el que están implicadas miles de personas. Colombia tiene el problema del narco cultivo y el narco tráfico, que nosotros no tenemos porque somos un país líder en la lucha contra el narcotráfico. Nosotros no tenemos ni una sola hectárea ilícita y somos líderes en captura de droga. Y también somos líderes en derecho humanitario. Somos el país que más refugiados tiene en todo el occidente. Y nosotros no hemos cerrado nunca nuestras puertas al hermano pueblo de Colombia, hay decenas de miles de refugiados colombianos en nuestro país.

–¿Cuáles fueron las condiciones de su encuentro de Raúl Reyes y qué le transmitió él como intención política?

–Yo me reuní con Reyes en los primeros días del mes de enero, me reuní en un tercer país, en una ciudad y en un hotel. Nosotros le hicimos un planteamiento claro al que las FARC respondieron con la liberación de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo y con el compromiso de liberar, al menos, a Ingrid Betancourt. Nosotros podemos afirmar que era un proceso que se estaba dando y que estaba en curso.

–¿Cuáles son las condiciones para que se reestablezcan las relaciones con Colombia?

–Una condición básica. El respeto a la dignidad de nuestro país. También el respeto a nuestro gobierno. El ministro de Defensa colombiano, José Manuel Santos, no puede salir a calumniar al presidente o a los ministros cada vez que le da la gana.

–Correa dijo en Francia que el presidente Sarkozy comprendía muy bien quién era quién. En ese contexto, se puede decir que el viaje fue exitoso.

–Sí. El objetivo era la comprensión de Europa sobre la situación que se generó el 1º de marzo. La visita ha rebasado nuestras expectativas, tanto por la acogida y la comprensión del gobierno español como la del francés. La comunidad internacional comprendió que el 1º de marzo lo que hubo fue una agresión a la soberanía del Estado ecuatoriano. La campaña mediática que desató el gobierno colombiano en estos dos meses no ha calado en la comunidad internacional, ni en la Unión Europea ni en el gobierno español o en el francés.

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