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El mundo|Lunes, 2 de junio de 2008
La visita del iraní a la cumbre mundial de la alimentación

Italia lidia con Ahmadinejad

Entre los jefes de Estado que participarán en la conferencia en Roma de mañana se encuentra uno que genera incomodidad: el presidente de Irán. El negador del Holocausto y promotor de la destrucción de Israel pidió una reunión con el Papa.

Por Peter Popham *
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El mandatario Mahmud Ahmadinejad emprendió su primer viaje a Europa Occidental.

Desde Roma

Italia lidiaba ayer con el problema de qué hacer ante la visita de una pesadilla diplomática conocida como el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, quien está llevando a cabo esta semana su primer viaje a Europa occidental. El defensor de la idea de que el Holocausto nunca sucedió, y más de una vez promotor de la destrucción del Estado de Israel, volará a Roma junto a otros 40 jefes de Estado, para participar de una cumbre de la ONU que comienza mañana en la que se debatirá el alza de los precios de los alimentos. Responsables de la organización de alimentos y agricultura (FAO) insistieron que no tuvieron otra opción más que invitarlo junto a los mandatarios de los otros 190 miembros de Naciones Unidas.

El gobierno de Israel se indignó. “Imaginar a un líder que llama a la destrucción de un Estado miembro de la ONU en el podio de una organización de la ONU –la FAO– es una desgracia para los que defienden la democracia”, dijo al diario La Repubblica el embajador israelí en Roma, Gideon Meir. La presencia de Ahmadinejad también ha sido criticada en la prensa local y una coalición de grupos seculares, con el slogan “Estamos hambrientos de libertad”, protestará hoy afuera del municipio de la ciudad de Roma, en rechazo a su visita.

Para el gobierno italiano, la tarea de evitar la indeseable foto junto al visitante iraní era más simple. El canciller dijo que una reunión entre el líder de Irán y el premier Silvio Berlusconi sólo sucederá si Ahmadinejad está preparado para rectificar sus dichos sobre Israel y el Holocausto, o para hacer una oferta sustanciosa con respecto al programa nuclear iraní, fuertemente cuestionado por Estados Unidos y Europa. Como nada de eso probablemente ocurra, Berlusconi puede esquivar el bulto sin dificultad.

La posición del Vaticano fue más ingeniosa, porque las entrevistas del Papa con los jefes de Estado no respetan la lógica del toma y daca de los líderes políticos. En principio, Benedicto XVI está dispuesto a reunirse con cualquier mandatario, y Ahmadinejad era uno de la media docena que lo había solicitado, incluido el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, la argentina Cristina Kirchner y el boliviano Evo Morales.

El Papa considera importante el diálogo con el Islam y el presidente iraní, quien en el pasado escribió a Benedicto XVI acerca de la necesidad de la interacción entre religiones, y describe al Vaticano como “una fuerza positiva para la justicia y la paz”. Ahmadinejad tenía interés en cimentar esta semana esa incipiente relación amistosa, pero el Vaticano estaba desesperado para evadir el hecho vergonzoso de una simpatía entre la Iglesia romana y Teherán.

Sin embargo, un rechazo en seco para recibir al líder iraní era inaceptable. Al final, el Vaticano decidió que la única salida era dejar en claro que el Papa no iba a recibir a ningún jefe de Estado extranjero mientras dure el encuentro de líderes internacionales. El presidente iraní es el miembro más inoportuno entre el elenco que comenzó a llegar a la capital italiana, donde se ubican las oficinas principales de la FAO.

Otros líderes invitados al evento son el mandatario francés Nicolas Sarkozy, el premier japonés Yasuo Faluda y el presidente egipcio Hosni Mubarak.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

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