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El mundo|Miércoles, 4 de junio de 2008
El canciller de Venezuela se cruzó con un funcionario de EE.UU. en el cierre de la asamblea general

Sin paz entre Colombia y Ecuador en la OEA

Nicolás Maduro tildó de “funcionarillo” al número dos del Departamento de Estado, John Negroponte, quien había vinculado al gobierno de Hugo Chávez con la guerrilla de las FARC. Para el canciller, Washington busca dividir a Latinoamérica.

Por Katalina Vásquez Guzmán
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Tras representar a Venezuela en la asamblea de la OEA, Maduro criticó al funcionario norteamericano John Negroponte.

Desde Medellín

Con un dejo de sinsabor, terminó la Asamblea de la Organización de Estados Americanos, OEA, ayer en esta ciudad. Cancilleres y embajadores aprovecharon el último día para hacerse escuchar. Y el conflicto entre Ecuador y Colombia fue el tema de la tarde en la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores.

Muy temprano, Nicolás Maduro, canciller venezolano, salió del hotel a reunirse con los periodistas. Traía el bigote bien peinado y las palabras bien listas para asegurar que el número dos del Departamento de Estado de Estados Unidos, John Negroponte, es un “funcionarillo” y que, en vez de “moral” para hablar de América latina, “lo que tiene es un prontuario criminal”. Fue la reacción a las declaraciones del lunes: “No existen dudas de que las FARC han buscado refugio en territorio venezolano”, había afirmado el funcionario norteamericano.

Enojado, Maduro quiso dejar claro que, para Venezuela, esos comentarios confirman que Estados Unidos tiene un plan en marcha para dividir al continente y arreció en insultos para Negroponte, ex director de servicios de agencias de inteligencia que, entre otras, incluye a la CIA.

“Detrás del show que se está montando, detrás de todas las intrigas y las especies que tratan de acusar a factores externos a Colombia como guardianes de las FARC, está el gobierno de los Estados Unidos, está este funcionarillo llamado Negroponte, que no tiene currículum”, dijo Nicolás Maduro, quien además cuestionó las razones de la guerra en Colombia: “¿Cuántos años tiene la violencia guerrillera en Colombia? Por lo menos sesenta. Es un fenómeno colombiano. ¿Sí o no? Entonces, busquen una respuesta en Colombia”.

El canciller agregó que el presidente Hugo Chávez está dispuesto a cooperar con la comunidad internacional para ayudar a Colombia a alcanzar la paz. “Pero ya basta de la intriga”, agregó. “Ya basta de la campaña, ya basta de decir que la culpa de la violencia en Colombia es un problema histórico. Busquen una solución. Ojalá la encontremos de manera común.”

Al despedirse, Maduro dejó un mensaje al pueblo colombiano. Un llamado de “alerta a la conciencia del pueblo colombiano”.

Maduro señaló a continuación: “Detrás de toda esta especie, de toda esta campaña, hay un solo objetivo: dividirnos”.

La respuesta de Venezuela a las afirmaciones de Estados Unidos recorrió los pasillos de la sede de la Asamblea. Llegó a los oídos de los cancilleres y las caras se pusieron amargas. En pocas horas comenzó la reunión de consulta de ministros del Exterior, donde se entregarían informes sobre las gestiones para el restablecimiento de relaciones entre Ecuador y Colombia, emprendidas el 17 de marzo en la anterior reunión de consulta, en Washington.

Esto se dio tras las denuncias de violación a la soberanía que hizo el gobierno ecuatoriano por el bombardeo, el 1° de marzo, de parte de fuerzas militares colombianas a territorio ecuatoriano, en el operativo donde resultó muerto Raúl Reyes, el número dos de la guerrilla de las FARC. El balance que muchos esperaron del XXXVIII período de sesiones de la OEA, que Colombia y Ecuador se declararan, como antes, países hermanos, no llegó. Los avances en la superación del conflicto bilateral fueron pocos.

Fernando Araújo, canciller de Colombia y presidente de la Asamblea elegido el lunes en la noche, según la oficina de prensa de la Asamblea, “por aclamación por todos los jefes de delegación”, habló durante menos de media hora. Presentó, nuevamente, disculpas a Ecuador por la operación del primero de marzo, pero exhortó a ese país y a todos los de la región a “perseguir, capturar y sancionar a los perpetuadores y patrocinadores de actos terroristas”.

La canciller de Ecuador, María Isabel Salvador, tomó casi una hora la palabra para responder. Instó a la OEA a presentar un informe sobre el cumplimiento de los compromisos de ambos países tras la última reunión de consulta y a ejercer también tareas de monitoreo a los acuerdos pactados: no violación de soberanía y no auspicio del “terrorismo”.

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