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El mundo|Miércoles, 2 de julio de 2008
Montesinos defendió al ex presidente peruano ante la Justicia

El monje negro de Fujimori mostró su lealtad

Por Carlos Noriega
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Vladimiro Montesinos.

Desde Lima

Si todavía alguien podía tener alguna duda de que la complicidad entre Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos se mantiene firme, el lunes esas dudas debieron quedar despejadas, luego de que Montesinos pusiera todo su esfuerzo, y su histrionismo, por exculpar a su ex jefe (o no tan ex) de los cargos de violaciones a los derechos humanos por los que está siendo procesado. “Confirmado. Siguen siendo cómplices”, “Uña y mugre. Montesinos montó show para limpiar a Fujimori”, “El Doc limpia al Chino”, “Mientesinos”, “Montesinos mostró una actitud de cómplice durante el interrogatorio”, fueron los titulares de primera plana con los que los principales diarios peruanos informaron sobre la presentación de Montesinos como testigo en el juicio contra Fujimori.

Ocho años después de haber perdido el poder y fugado del país, los dos socios que gobernaron el Perú durante una década marcada por la corrupción y el autoritarismo se reencontraron el lunes. El ex presidente Alberto Fujimori y su brazo derecho, Vladimiro Montesinos, ambos en prisión, se volvieron a ver las caras en el Tribunal que juzga a Fujimori por los crímenes del escuadrón de la muerte Colina. Estuvieron frente a frente durante las cerca de tres horas que duró el accidentado interrogatorio a Montesinos, que se presentó a sí mismo como “un subordinado” de Fujimori. Desde un inicio, el ex hombre fuerte del fujimorismo dejó muy claro que había ido con una misión muy concreta: exculpar a Fujimori de los cargos por los cuales la fiscalía busca condenarlo a 30 años de prisión. “He venido para esclarecer que el presidente Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso”, fueron las palabras con las que el ex capitán del ejército que se encargaba del trabajo sucio en el régimen fujimorista inició sus declaraciones al Tribunal. Montesinos y Fujimori intercambiaron miradas cómplices y sonrisas.

Los cargos por los cuales Fujimori está siendo juzgado son el secuestro y asesinato de 25 personas, cometidos entre 1991 y 1992 por el grupo Colina, escuadrón de la muerte formado por miembros del ejército y que operaba desde los servicios de inteligencia con la protección del régimen fujimorista. Precisamente, Montesinos, quien manejó los servicios de inteligencia durante los diez años del gobierno de Fujimori, está acusado por haber creado el grupo Colina y dirigido sus operaciones criminales bajo las órdenes de Fujimori. Exculpando a su ex jefe, Montesinos también pretende exculparse a sí mismo, negando su propia participación en los asesinatos cometidos por el grupo Colina. El ex brazo derecho de Fujimori, de 63 años, fue condenado a 20 años de prisión, pero podría recibir una pena de 35 años por los crímenes del grupo Colina.

Altanero, desafiante y agresivo con el fiscal que lo interrogaba, luego de exculpar a Fujimori, Montesinos usó el resto del interrogatorio para atacar a la fiscalía, retar al Tribunal y presentarse como una víctima. Se negó reiteradamente a declarar sobre su relación con Fujimori, su trabajo en el Servicio de Inteligencia Nacional y las operaciones antisubversivas durante el gobierno fujimorista alegando razones de seguridad nacional, pero en un momento se le escapó una respuesta que lo dejó al descubierto: “¿Por razones de Estado se justifica cometer un delito?”, le preguntó el fiscal José Antonio Peláez. “Sí”, respondió, tajante, Montesinos. Luego decidió no seguir hablando. Cuando la Sala llamó a un receso, Montesinos sorprendió a todos anunciando que ya no respondería más preguntas.

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