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El mundo|Lunes, 22 de septiembre de 2008
El presidente de Sudáfrica acató la decisión del partido Congreso Nacional Africano

Mbeki se va y viene una mujer

Con la salida del mandatario, Baleka Mbete podría convertirse en la primera presidenta (interina) en la historia de ese país. El rival de Mbeki, Jacob Zuma, es favorito para ganar en los comicios presidenciales.

Por Claire Soares *
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“Tengo confianza en que la próxima administración mejorará el trabajo que hicimos”, dijo ayer Mbeki (centro).

El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, anunció su renuncia por cadena nacional de televisión y quedó fuera del ring, después de una pelea sangrienta por el poder contra su enemigo, Jacob Zuma. Tras nueve años y medio de gobierno, el mandatario aseguró que su dimisión tendrá efecto desde el día en que el Congreso lo decida. Se espera que la vocera del Parlamento, Baleka Mbete, sea nombrada presidenta hasta abril, cuando se realicen las nuevas elecciones y Zuma logre su esperada coronación.

El pulido aunque tenue mensaje televisivo de Mbeki, en el que prometió devoción a su partido y dijo estar confiado en el futuro del país bajo un nuevo liderazgo, fue claramente elaborado para acallar los rumores sobre una posible división del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés).

El South Africa’s Sundays Times había publicado ayer que los seguidores de Mbeki planeaban romper con el partido y crear uno nuevo para participar en las próximas elecciones, una movida que podría destrozar los cimientos de la política nacional. “No estoy en posición de discutir esto en esta etapa, pero en algunos días o en una semana van a saber los detalles”, dijo el segundo del Ministerio de Defensa, Mluleki George, al diario.

Mbeki fue elegante en su derrota –al menos en su discurso público– al referirse a su archirrival con un deferente “camarada Zuma”. “He sido un miembro leal del ANC por 52 años”, dijo. “Sigo siendo miembro del ANC y por lo tanto respeto sus decisiones. Tengo confianza en que la próxima administración mejorará el trabajo que hicimos”, agregó.

El ANC, dividido por la fría contienda personal entre el populista Zuma y el distante e impasivo Mbeki, votó el fin de semana por “retirar” al presidente, alegando que había conspirado para debilitar a su rival. Un juez había sugerido que hubo una intromisión de alto nivel en un caso contra Zuma, quien el año pasado le arrancó a Mbeki el liderazgo del partido y se perfila como el favorito para ganar las próximas elecciones presidenciales.

El saliente líder sudafricano fue rápido para enfatizar que tanto él como su gobierno jamás comprometieron la independencia del Poder Judicial. “Nunca hemos comprometido el derecho de la Autoridad Fiscal Nacional de decidir quién debe ser procesado y quién no procesado”, dijo.

Además habló sobre los logros de su administración, poniendo el foco sobre el crecimiento económico sin precedentes que presidió, el honor de organizar el Campeonato Mundial de Fútbol de 2010 y los tratados de paz que negoció a lo largo del continente. También admitió que había más trabajo por hacer en la lucha contra el crimen y la corrupción, así como en acortar la brecha entre ricos y pobres.

Vestido con un traje negro y una corbata con lunares, Mbeki tragó fuerte en varias ocasiones durante su discurso de 15 minutos. Pero mantuvo la compostura y sorprendió con un curioso final optimista. “Nunca deberíamos desanimarnos porque el clima es malo, ni volvernos optimistas cuando brilla el sol”, dijo, tal vez en una advertencia en código al victorioso Zuma.

Por su parte, Zuma mantuvo el perfil bajo durante el fin de semana, lejos de las cámaras y los diarios. Pero hoy los reflectores le van a apuntar directamente, cuando dé una conferencia en Johannesburgo.

Con la renuncia de Mbeki, Baleka Mbete podría convertirse en la primera presidenta en la historia de Sudáfrica y la segunda en el continente. Vocera del Parlamento y líder del ANC, maestra de profesión, la mujer de 58 años y cinco hijos debió exiliarse durante los oscuros días del apartheid. En 1976 dejó su país y se movió por Swazilandia, Tanzania, Kenya y Botswana. En 1991 volvió a Sudáfrica y trabajó por el restablecimiento de la Liga de las Mujeres. Como una de las más importantes figuras femeninas en el ANC, tomó parte de las largas negociaciones que trajeron la democracia y fue electa parlamentarista en las primeras elecciones tras el apartheid, en 1994.

Ahora los shoqueados sudafricanos tendrán que ver si el bando de Zuma puede prevenir un éxodo masivo en el gabinete, que podría disparar elecciones anticipadas.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

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