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El mundo|Sábado, 25 de octubre de 2008
A horas del plazo para formar gobierno, Livni no tiene apoyos

Se acercan las elecciones en Israel

El rechazo del partido ortodoxo Shass, tercero en importancia en el país, dejó a la ex canciller de Olmert al filo de llamar a elecciones anticipadas. Sólo cuenta con los votos del laborismo y Kadima.

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Livni lleva semanas negociando, pero no pudo convencer al Shass.

Israel se acercó a unas elecciones anticipadas ayer cuando el partido ultraortodoxo Shass anunció que rechazaba las condiciones puestas por Tzipi Livni para formar un gobierno de coalición. Jefa del partido Kadima, en el poder en Israel, Livni fijó ayer un ultimátum a sus potenciales aliados y mantuvo el plazo hasta el domingo para formar gobierno. Si ese día no hay acuerdo, se celebrarán elecciones anticipadas a comienzos de 2009.

Tras la dimisión del primer ministro Ehud Olmert, acusado de corrupción, Peres encargó a Livni, el 22 de septiembre pasado, la formación de un nuevo gobierno. Hasta ahora la líder del oficialismo sólo consiguió el apoyo del Partido Laborista, del ministro de Defensa Ehud Barak, y ambas formaciones sólo reúnen 48 de los 120 diputados. Con los seis diputados del Partido de los Jubilados y cinco más de la formación de izquierda Meretz, en teoría Livni podría formar un gobierno en minoría, que podría recibir el apoyo eventual de los diputados árabes o de los ultraortodoxos Torá-Judaísmo. Este modelo de coalición, sin embargo, se topa con las reticencias o incluso el rechazo tanto de Livni como de algunos miembros de su facción.

La noche del jueves, Livni presentó una última oferta de acuerdo que incluía un incremento en las ayudas a las familias, aunque no se mostraba dispuesta a poner fin a las negociaciones de paz. El rechazo del líder espiritual del partido, el rabino Ovadia Yossef, de 87 años, al ultimátum presentado el jueves por Livni deja al país al borde de la convocatoria a elecciones anticipadas.

Las negociaciones fueron difíciles desde el comienzo. Shass tenía dos exigencias claves: un aumento sustancial en la ayudas a las familias que beneficiaría a sus partidarios, que tienden a tener familias más pobres y más numerosas, y una promesa de que en cualquier negociación con los palestinos el gobierno israelí no aceptaría la división de Jerusalén.

“A lo largo de las negociaciones, hemos insistido en dos puntos: la ayuda sustancial a la población más desfavorecida y la defensa de Jerusalén”, subrayó el comunicado del Shass, tercer partido de Israel, con 12 de los 120 diputados del Parlamento.

“Si no se refuerza el estatuto de Jerusalén, y se da la impresión de que se puede regatear con la capital de Israel, eso podría tener repercusiones en todas las negociaciones futuras”, advirtió el partido, que tiene cuatro de las carteras en el gobierno saliente de Ehud Olmert. En estas condiciones, indicó el Shass, “no podemos participar en el gobierno de Livni”.

“En teoría, Livni puede formar gobierno minoritario con menos de 60 diputados de un total de 120 en la Knesset. Pero en la práctica, eso le será muy difícil”, dijo el politólogo Gideon Doron. “En ese caso necesitaría contar con los votos de los diputados árabes, a lo que se opone una parte del Kadima”, subrayó este profesor en ciencias políticas de la Universidad de Tel Aviv. Según él, el anuncio del Shass “no es necesariamente la última palabra”, pues la fórmula elegida no cierra totalmente la puerta a la negociación.

“Ese partido está dividido entre el deseo de seguir en el poder y las simpatías de su base hacia la derecha dirigida por Benjamin Netanyahu”, subraya el analista. Para él, el jefe espiritual del Shass, Ovadia Yossef, quiere probar a su electorado popular que “el partido defiende sus intereses”. El Shass pide un aumento de 400 millones de dólares en las ayudas a familias, que fueron reducidas de manera draconiana por los anteriores gobiernos de derecha. La oposición de derecha en Israel, que según las encuestas avanza, ha aumentado sus esfuerzos desde hace varios días para impedir un acuerdo entre Livni y el Shass.

El jueves Netanyahu acusó a Livni de “querer dividir Jerusalén”, dispuesta a renunciar a los barrios árabes de Jerusalén Este. Pese a todo, un artículo del diario de gran tirada Yediot Ahronot consideró que aunque “se obligó a Livni a aceptar todo tipo de compromisos y a recibir golpes en serie, sigue siendo la política más seria, la más aplicada y la más sincera”.

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