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El mundo|Sábado, 17 de enero de 2009
EL MARTES TODOS MIRARAN A LA PRIMERA DAMA

Estilo Michelle Obama

Por David Usborne *

Llámese el peso de una primera dama. Mary Todd Lincoln, la mujer del 16º presidente estadounidense, solía quejarse de que, porque todo el mundo la examinaba, estaba obligada a usar los trajes más caros que hubiera. Rosalynn Carter, por el contrario, como recordarán los historiadores de la moda, no se preocupaba por la etiqueta de su guardarropa.

Sin embargo, durante las generaciones hubo primeras damas que han sobresalido en sus deberes como modelos para los diseñadores estadounidenses, entre ellas, por supuesto, Jackie Kennedy y Nancy Reagan. A medida que se acerca la asunción el martes, las especulaciones sobre el traje que elegirá Michelle Obama para el baile inaugural llegan al paroxismo. Porque mientras el martes es el gran día de Barack Obama, el martes a la noche todos los ojos se volverán hacia su mujer. Michelle es consciente de que ésta es una elección de moda que establecerá su tono para los próximos cuatro años. Los guardarropas de las asunciones y en particular los trajes de baile han llegado a ser vistos como un reflejo de Estados Unidos. “Como el historiador Carl Sferrazza Anthony le dijo al Boston Herald la semana pasada: ‘Son símbolos de nuestro país. Reflejan en todo el mundo una imagen de nuestro país’”.

Muchas ex mujeres presidenciales lo lograron la noche de la asunción, incluyendo a Florence Harding (la mujer de Warren), que en 1921 se puso un número de flapper iridiscente hecho de tul y cubierto de lentejuelas y cuentas. Todavía se puede ver en el Museo Smithsonian. Jackie Kennedy dibujó lo que ella quería –un vestido marfil y una capa– y le llevó el diseño a Bergdorf Goodman en Manhattan para que se lo hiciera. Causó sensación. La señora Carter cometió el “faux pas” de aparecer con un vestido que había usado en ambas asunciones de Jimmy Carter como gobernador de Georgia.

Nancy Reagan usó un vestido brillante con un hombro descubierto que muchos criticaron como “demasiado hollywoodense” y demasiado opulento para la recesión de 1981. Hillary Clinton se esforzó, pero a nadie le gustó mucho su tafeta morado de 1981. Tampoco fue muy elogiado, en 2000, el vestido de encaje rojo de Laura Bush, obra de un diseñador texano. Para Michelle Obama el truco será equilibrar el glamour con la atmósfera apagada de la época. “Estoy segura de que no usará un vestido sin breteles incrustado con diamantes –dijo la experta en etiqueta Letitia Baldrige, ex secretaria social de Jackie Kennedy–. Será algo adecuadamente tranquilo para la época.”

Desde que apareció en las páginas de Vogue en 2007, nadie pudo negar el estatus de Michelle como icono de la moda. No importa que nadie estuviera encantado con su vestido negro salpicado con rojo marciano la noche que Obama ganó las elecciones el año pasado. Women’s Wear Daily, la biblia de la moda, lanzó recientemente un sitio web en el que los diseñadores están invitados a contribuir con esbozos de cómo creen que debiera lucir ella. Bobbi Queen, la principal editora de Women’s Wear Daily, dice que Michelle será la primera mujer de un presidente, desde Jackie Kennedy, que “tiene la presencia y la elegancia que intrigarían a las mujeres”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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