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El mundo|Lunes, 23 de marzo de 2009
Dijo que el secretario del Tesoro no va a renunciar

Obama apoya a su hombre clave

El presidente y Geithner se encuentran ultimando los detalles del nuevo paquete de rescate de la economía estadounidense, cuyo eje será distribuir en el sistema financiero la suma de cien mil millones de dólares.

Por Guy Adams *
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El propio Obama salió a respaldar el nuevo plan señalando que es indispensable para evitar un escenario aún peor.

Desde Los Angeles

@Barack Obama intentó acallar una vez más las críticas sobre su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dándole ayer una contundente muestra de apoyo en momentos en que éste está a punto de presentar un nuevo plan para sacar a la economía estadounidense de la recesión en la que se encuentra.

En una entrevista en el popular programa de televisión 60 Minutos, el mandatario norteamericano dejó en claro que aun si su secretario le presentase su renuncia, su respuesta sería “lo siento amigo, pero el puesto sigue siendo tuyo”.

Es que Obama y Geithner se encuentran trabajando codo a codo: ayer pasaron el día entero en Camp David ultimando los detalles del nuevo paquete de rescate cuyo eje será distribuir en el sistema financiero la suma de cien mil millones de dólares. El objetivo declarado sería entregar este dinero a los prestamistas comprometidos con activos tóxicos para que puedan deshacerse de las pérdidas causadas por éstos y liberar así nuevamente el crédito, indispensable para poner en marcha la economía.

“Poner este plan a punto llevará un poco más de tiempo de lo que a nosotros nos gustaría”, precisó Obama. “Pero claro que luego vendrán las críticas. ¿Por qué les tomó tanto tiempo? ¡Han ocupado la Casa Blanca por cuarenta días y aún no han encontrado una solución para la crisis financiera más importante desde la Gran Depresión!”, ironizó.

Richard Shelby, el senador republicano más influyente en el comité sobre asuntos bancarios, señaló que el apoyo entusiasta de Obama hacia su secretario no lo reconforta en absoluto. “Mi confianza se desvanece día a día”, le dijo el senador a la cadena Fox News. “Si Geithner continúa por este camino, no creo que dure demasiado. A mi entender, para ser un secretario del Tesoro exitoso tendría que darle a su política un giro de 180 grados”, apuntó.

La credibilidad de Timothy Geithner se dañó desde el mismo momento en que asumió el cargo, cuando 34 senadores votaron en su contra tras las revelaciones de que había evadido algunos impuestos. Ahora, a medida que la crisis se agudiza, su nombre rara vez aparece en los periódicos sin el adjetivo “cuestionado” justo al lado.

Bill Maher, conductor del talk show de la cadena HBO, se sumó ayer también a esta ola de críticas. “Si Obama realmente quiere ser transparente con el público norteamericano debería reemplazar de inmediato a su secretario del Tesoro”, disparó en el horario central de la noche.

Y es que aunque muchos coinciden en que Geithner es un estratega brillante en materia de finanzas, así como un buen consejero sobre políticas públicas, éste no ha conseguido hacerse de una buena imagen ante la opinión pública. La semana pasada, durante el escándalo desatado por el pago de las primas extraordinarias a los ejecutivos de la aseguradora AIG (ver aparte), Geithner fue duramente criticado por lo que se consideró como un silencio inadmisible y una incompetencia aún mayor.

Christina Romer, la jefa del equipo de asesores económicos de Barack Obama, tuvo que salir a exponerse mucho más durante los últimos días, haciendo prácticamente un tour por todos los canales televisivos explicando el nuevo paquete de rescate. “El dinero estará destinado a inversores privados que estén dispuestos a comprar hasta 3000 millones de dólares en activos tóxicos”, especificó. “Estamos completamente seguros de que esto redundará en buenos resultados para la economía americana”, afirmó la funcionaria, al tiempo que remarcó que la administración del presidente Obama confía en que en este mismo año la economía tocará fondo para así empezar a recuperarse.

Sin embargo, todo parece indicar que se avecina otra semana muy dura para el equipo de Obama. Una verdadera furia se desató en estos días luego de que se supo que las primas pagadas a los ejecutivos de AIG serían mayores a lo que se pensó en un comienzo (ver aparte). La cifra publicada en un primer momento fue de 165 millones de dólares, pero de acuerdo a los nuevos datos disponibles, el monto ascendería en realidad a unos 218 millones, casi un tercio más. Se espera que mañana el señor Geithner testifique ante el Congreso sobre el caso de AIG.

Pero mientras se suceden distintas voces clamando por su renuncia, es muy poco probable que esto suceda, vista la verdadera falta de alternativas. Por su parte, el propio presidente salió a respaldar el nuevo plan señalando que éste es indispensable para evitar un escenario aún peor. “Resulta absolutamente necesario aprobar este paquete. En caso de otra gran quiebra, nos encontraríamos al borde del colapso financiero”, advirtió. Aun así, muchos comentadores que fueron leales y lo apoyaron en un comienzo están empezando a escrutar su política económica con ojos cada vez más críticos.

Para el caso, nos sirve un editorial del Washington Post de ayer. “Hasta ahora, lo único que ha hecho el presidente Obama es proponer gastar dinero en salud, educación, energías alternativas y recortes de impuestos para la clase media. Y para financiar todo esto no le ha pedido sacrificios a nadie excepto al 5 por ciento más rico de la población.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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