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El mundo|Martes, 21 de abril de 2009
Diplomáticos europeos se marcharon de Durban II durante el discurso del premier iraní

Boicotean una conferencia de la ONU

Estados Unidos, Israel y Alemania ya se habían negado a asistir a la conferencia sobre el racismo. El discurso antisemita de Ahmadinejad provocó la partida de diplomáticos británicos y de otros países europeos.

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Delegados de la Unión Europea abandonan la sala durante el discurso del premier iraní.

Desde Jerusalén

Diplomáticos británicos y otros europeos se retiraron de una conferencia de la ONU sobre el racismo, después de que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, menospreciara los sufrimientos judíos durante la Segunda Guerra Mundial y denunciara a Israel como “cruel y racista”. El discurso de Ahmadinejad en Ginebra, en la víspera del Día de la Memoria del Holocausto, cumplió los peores temores de los gobiernos occidentales, cuyos representantes habían decidido boicotear la reunión de Ginebra.

El presidente Ahmadinejad, quien previamente había dicho que el Holocausto era un “mito”, usó su discurso de 30 minutos de apertura de la conferencia para declarar que Israel había sido creado “bajo el pretexto del sufrimiento judío” durante la Segunda Guerra Mundial. Dos manifestantes judíos franceses disfrazados de payasos tiraron objetos rojos no contundentes a Ahmadinejad mientras recitaba una oración musulmana antes de comenzar a hablar, mientras otro manifestante con una peluca de los colores del arco iris fue arrastrado fuera de la sala de conferencias.

Con el aplauso de otros delegados, el presidente Ahmadinejad dijo que Israel había sido creado por emigrantes de Europa, de Estados Unidos y del mundo del Holocausto “para establecer un gobierno racista en la Palestina ocupada”, afirmó, en clara alusión a Israel. “Después del final de la Segunda Guerra Mundial, los aliados recurrieron a la agresión militar para privar de tierras a una nación entera bajo el pretexto del sufrimiento judío”, explicó. “Hay que hacer esfuerzos para poner fin a los abusos de los sionistas y de sus partidarios”, agregó el presidente iraní.

En cuanto resultó claro que el líder iraní estaba usando la plataforma antirracista de la ONU para dirigirse casi completamente a Israel, 23 representantes europeos presentes se retiraron bajo los abucheos de los participantes. Por el contrario, los representantes latinoamericanos, que optaron por acudir a la Conferencia, se quedaron donde estaban. El canciller David Miliband más tarde desestimó los comentarios del líder iraní como “ofensivos, inflamatorios y totalmente inaceptables”. “Tal retórica llena de odio es un abuso intolerable a la libertad de expresión y a la conferencia”, dijo. El embajador británico en la ONU en Ginebra, Peter Gooderham, que lideró la protesta, dijo más tarde: “Atribuyó todos los problemas relacionados al racismo en el mundo moderno a Israel y al Estado judío y eso me bastó para retirarme”.

Al término del discurso, de más de media hora, la ONU denunció sus palabras. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, “lamentó” en un comunicado “la utilización de esta plataforma por parte del presidente iraní para acusar, dividir e incluso provocar”. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien se reunió con Ahmadinejad antes de su discurso, dijo que le había rogado al líder iraní que evitara hacer una “amalgama entre sionismo y racismo” que dividiera la conferencia. Ban dijo que estaba desilusionado porque Ahmadinejad había usado la plataforma de la ONU para su discurso de apertura para proferir acusaciones antisemitas que iban en contra de los objetivos de la reunión.

La Conferencia de la ONU sobre el Racismo, destinada a continuar los trabajos de la que fuera organizada en Durban (Sudáfrica) en 2001, comenzó ayer en Ginebra en un clima de tensión debido a la ausencia de Estados Unidos, Canadá, Israel, Alemania, Italia, Holanda, Australia, Nueva Zelanda y Polonia. Estos Estados habían anunciado que boicotearían la reunión de esta semana porque un borrador de la declaración que se había aprobado el viernes se basaba en el supuesto racismo israelí y parecía aprobar las restricciones de la libertad de prensa en las naciones en desarrollo. Gran Bretaña y Francia decidieron asistir, pero advirtieron anticipadamente que se retirarían si los oradores hacían lo que para ellos eran injustos ataques a Israel.

Anteriormente, el ultranacionalista canciller israelí, Avigdor Lieberman, flexionó sus músculos diplomáticos al llamar al embajador israelí en Suiza como protesta por una reunión el domingo entre el presidente suizo, Hans-Rudolf Merz, y el líder iraní. Un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que el embajador en Suiza, Ilan Elgad, fue llamado para “manifestar nuestra indignación” por la reunión. “Los extremistas ven esto como una palmada en la espalda”, dijo. La decisión fue vista como un presagio de la nueva política exterior más agresiva por parte de Israel.

David Kimche, un ex director general de la cancillería israelí, criticó la decisión. “Esto no es un paso útil para Israel. Fue un gran error por parte del presidente suizo reunirse con Ahmadinejad, pero hay reglas de cómo comportarse hacia un país amigo”, dijo Kimche.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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