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El dirigente opositor venezolano Manuel Rosales, refugiado en Lima donde solicitó asilo político por considerarse un perseguido por el gobierno de Hugo Chávez, criticó ayer duramente al gobierno de Caracas. “Hoy con más fuerza y con más vehemencia que nunca le queremos decir al pueblo venezolano que seguimos en la lucha, que seguiremos trabajando para liberar a la patria de esas manos ensangrentadas de Hugo Chávez, llenas de odio, manipulación y destrucción”, gritó el ex alcalde de Maracaibo ante las cámaras de televisión, acusando al líder bolivariano de perseguir a todos los opositores en su país. “Venezolanos: ocupen sus puestos de lucha. Pronto estaremos allá”, agregó.
Pero sus palabras no les gustaron a las autoridades locales e inmediatamente después llegaron las reprimendas.
José Antonio García Belaunde, ministro de Relaciones Exteriores, interrumpió una reunión y, visiblemente contrariado, le prohibió al venezolano servirse de Perú para hacer política en Venezuela, por lo que le negó que hiciese más declaraciones de ese tipo, más aún si se encontraba solicitando algún tipo de asilo.
“Como canciller de este país quiero decirle al señor Manuel Rosales que el Perú no puede ser utilizado como plataforma política por ningún extranjero porque eso entonces violaría la naturaleza misma del refugio o asilo político que se pueda otorgar”, precisó el jefe de la diplomacia, quien le hizo notar la gravedad de haber insultado al presidente de su país.
Javier Valle Riestra, abogado de Rosales y congresista oficialista, coincidió con el canciller y le pidió a su cliente que no vuelva a abrir la boca. “El señor Rosales debe abstenerse de poner a prueba al gobierno peruano, pues, aunque es comprensible que en las actuales circunstancias él debe estar tenso, no es lo más sagaz ni lo más sabio ponerse a hacer pronunciamientos políticos de este tipo.”
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