A Gran Bretaña se le dijo ayer que volviera a pensar cómo resolver su disputa de 300 años con España sobre Gibraltar, después de que un referéndum en el Peñón demostró que el 99 por ciento de los votantes se oponía a una soberanía compartida con Madrid. El jefe de ministros de Gibraltar, Peter Caruana, que llamó al referéndum, les advirtió a los gobiernos británicos y españoles que la cosoberanía era un “callejón sin salida” que no traería “nada salvo dolor”. Pero Londres insistió en las conversaciones entre España y Gran Bretaña sobre si la península continuaría con el nuevo ministro de Europa en Gran Bretaña, Denis MacShane, instando al gobierno de Gibraltar a que le ponga fin a su boicot a las conversaciones.
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