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El mundo|Martes, 26 de mayo de 2009
El test subterráneo fue cuatro veces superior al anterior y suscitó el alerta mundial

Norcorea realizó otra prueba nuclear

Pyongyang anunció el ensayo en el marco de sus medidas destinadas “a reforzar sus capacidades de disuasión nuclear”. Al mismo tiempo, lanzó tres misiles de corto alcance. El Consejo de Seguridad de la ONU lo condenó.

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El gobierno norcoreano se jactó de haber logrado con este nuevo ensayo una capacidad de destrucción aún mayor.

Corea del Norte volvió ayer a provocar el rechazo de la comunidad internacional y suscitó la condena por parte del Consejo de Seguridad de la ONU luego de efectuar un ensayo nuclear subterráneo y probar tres misiles de corto alcance. “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condena unánimenente la prueba nuclear realizada este mismo lunes (por ayer) por Corea del Norte”, señaló el presidente del organismo, el ruso Vitali Churkin, en nombre de los 15 miembros. “En los próximos días emitiremos una dura resolución en contra de Pyongyang”, agregó el diplomático desde Nueva York.

Horas antes, las propias autoridades del régimen norcoreano se habían encargado de dar a conocer la noticia al mundo entero. “La República Democrática y Popular de Corea (RDPC) realizó con éxito un nuevo ensayo nuclear subterráneo el 25 de mayo en el marco de sus medidas destinadas a reforzar sus capacidades de disuasión nuclear”, había precisado en la madrugada de ayer la agencia de prensa oficial norcoreana KCNA.

Además, el gobierno norcoreano se jactó de haber logrado con este nuevo ensayo una capacidad de destrucción aún mayor que la que poseía hasta ahora. “La prueba nuclear se llevó a cabo de manera segura en un nivel mucho más alto en cuanto a potencia y tecnología”, señaló el texto.

En efecto, según el Ministerio de Defensa ruso, la fuerza de la explosión nuclear tuvo una potencia de entre 10 y 20 kilotones, en tanto que el mismo organismo gubernamental había estimado la fuerza del primer ensayo nuclear realizado por los norcoreanos en el 2006 entre 5 y 15 kilotones. Con similares estimaciones, la Agencia Meteorológica japonesa calculó que la prueba nuclear norcoreana fue cuatro veces superior a la anterior y Baek Seung Joo, experto del Instituto de Análisis de Defensa Coreano de Seúl, fue aún más lejos al declarar que la explosión era comparable a las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos sobre Japón. “La potencia de esta explosión es comparable con la de las bombas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945”, afirmó.

Pero en lo que la mayoría de los países coincidió ayer fue en condenar sin matices la acción llevada a cabo por el régimen comunista de la península coreana. El presidente estadounidense, Barack Obama, fue claro en sus palabras. “Estas acciones constituyen una grave amenaza para la paz y por eso ameritan una respuesta firme de la comunidad internacional”, sostuvo el mandatario. Al mismo tiempo, Obama señaló que su gobierno continuará trabajando con sus socios del Grupo de los Seis (China, Estados Unidos, Rusia, Japón y las dos Coreas) y con los otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para reanudar las negociaciones con Pyongyang interrumpidas por este gobierno para lograr el abandono de su programa nuclear. Sin embargo, Obama no dejó de remarcar las consecuencias negativas que acarrearán estos ensayos. “El comportamiento de Corea del Norte aumenta las tensiones mundiales y socava la estabilidad en el nordeste de Asia. Tales provocaciones sólo servirán para reforzar su propio aislamiento”, aseguró.

Por su parte, Takeo Kawamura, vocero del gobierno japonés, rechazó también el ensayo nuclear en duros términos. “Esto es absolutamente inaceptable. Japón tomará severas acciones”, advirtió. Y desde Seúl, país limítrofe particularmente preocupado por la actividad nuclear de su vecino del norte, las autoridades gubernamentales definieron las pruebas como una “gravísima amenaza para la paz regional”.

Incluso China y Rusia, dos países tradicionalmente reacios a criticar cualquier acción por parte de Corea del Norte en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, donde disponen de poder de veto, se sumaron ayer a la condena mundial. Desde Pekín, el reclamo fue para que Corea del Norte se abstenga de tomar cualquier otra medida que pueda empeorar la situación. “El gobierno de la República Popular China condena los ensayos realizados por el gobierno de Pyongyang e insta a sus autoridades a que pongan fin a cualquier acción que pueda enconar la situación”, detalló un comunicado emitido por la Cancillería china. En tanto, desde Moscú el tono fue similar al norteamericano. “Las acciones llevadas a cabo por el gobierno de Corea del Norte constituyen una escalada en el noreste de Asia y representan una amenaza para la seguridad en la región”, estimó el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

El 5 de abril pasado, Corea del Norte había disparado un cohete de largo alcance destinado, según las autoridades de ese país, a poner en órbita un satélite de comunicaciones. Sin embargo, según Estados Unidos y Japón, país cuyo espacio aéreo fue atravesado por el artefacto, lo consideraron como el ensayo encubierto de un misil.

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