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El mundo|Sábado, 6 de junio de 2009
Más de veinte nativos y once policías murieron en choques para romper una protesta

Matanza indígena en Amazonia

El presidente Alan García respaldó la acción policial y culpó a los indígenas de lo ocurrido, a quienes acusó de estar “manipulados”, según él por enemigos políticos del gobierno y por “intereses extranjeros” que quieren explotar la selva.

Por Carlos Noriega
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El presidente peruano Alan García aplicó mano dura contra los indígenas amazónicos.

Desde Lima

Una protesta indígena que llevaba 54 días desembocó ayer en una matanza, cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra los nativos que bloqueaban una carretera en la Amazonia. Aunque las cifras oficiales reconocieron sólo tres indígenas muertos, todos los reportes de la zona coincidían en que los nativos muertos eran entre 20 y 25. También hay once policías fallecidos. Los indígenas denunciaron que la policía no los dejaba recoger a los muertos. Hay más de cien heridos, la mayoría de bala. El infierno de gases y balas alcanzó a los indígenas amazónicos en la Curva del Diablo. Ahí se habían concentrado unos cinco mil indígenas para bloquear una de las vías neurálgicas de la selva peruana. La policía los atacó ayer por la mañana para despejar la vía, lo que logró varias horas después, a un alto costo de vidas. El enfrentamiento se repitió en la cercana ciudad de Bagua, unos mil kilómetros al noreste de Lima, donde la población salió a las calles en apoyo a los indígenas. Ahí fueron incendiados locales de instituciones públicas y del oficialista partido aprista. Al momento del envío de esta nota, los nativos, según informó el gobierno, mantenían secuestrados a 38 policías. El gobierno impuso el toque de queda en Bagua.

El presidente Alan García respaldó la acción policial y culpó a los indígenas de lo ocurrido, a quienes acusó de estar “manipulados”, según él por enemigos políticos del gobierno y por “intereses extranjeros” que buscan que el Perú no explote sus recursos naturales (de la Amazonia). Alberto Pizango, líder de los indígenas amazónicos, acusó al presidente García de “ordenar un genocidio” y pidió la intervención de organismos internacionales para “detener esta matanza”. El opositor Partido Nacionalista, del ex candidato presidencial Ollanta Humala, anunció que pedirá en el Congreso la censura del gabinete ministerial. El ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006) también criticó duramente al gobierno. Por su parte, el primer ministro, Yehude Simon, acusó a Pizango y a la dirigencia indígena de “complotar contra la democracia”. “Las víctimas son los policías, no los indígenas. Nosotros hemos defendido la democracia”, dijo Simon, tratando de justificar la represión policial. La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, que calificó la represión policial como “serena y prudente”, pidió la captura del líder indígena Alberto Pizango, a quien llamó “delincuente”. La bancada parlamentaria oficialista salió a defender al gobierno y acusó a Humala, a dirigentes políticos de izquierda, a los líderes indígenas y a medios de comunicación de la Amazonia, de “haber azuzado actos de violencia para que los nativos ataquen a la policía” y amenazó con demandarlos por el delito de terrorismo.

Los indígenas denunciaron que la policía los atacó a balazos y con gases lacrimógenos desde helicópteros y desde tierra. El gobierno, por su parte, asegura que fueron los nativos quienes dispararon primero contra la policía. “El gobierno miente. Nosotros no hemos matado a los policías. No tenemos armas de fuego, solamente tenemos lanzas y flechas. Nos están metiendo bala como si fuéramos delincuentes o animales. Culpamos a Alan García de este genocidio”, denunció Alberto Pizango, en una conferencia con la prensa extranjera dada en la mañana de ayer, en el mismo momento que se producía el ataque policial contra los indígenas. Pizango señaló que denunciarán al gobierno de García por genocidio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos internacionales.

Las comunidades indígenas de la Amazonia, que reúnen a más de 300 mil nativos, se levantaron contra el gobierno el pasado 9 de abril exigiendo la derogatoria de nueve decretos leyes dados por el Ejecutivo que facilitan el ingreso a las tierras indígenas de la Amazonia a las compañías petroleras y la venta de bosques selváticos a empresas madereras y para la producción de biocombustibles.

El gobierno dio estas leyes en el marco de la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. En su protesta, los indígenas tomaron carreteras y algunos tramos de los ductos de gas y petróleo, lo que en los últimos días había originado problemas de abastecimiento de combustible, alimentos y energía eléctrica en varias ciudades de la Amazonia.

La situación se agravó el jueves, cuando en el Congreso el oficialismo se negó a debatir la derogatoria de una de las nueve leyes cuestionadas por los indígenas, a pesar de un dictamen de la comisión de constitución que declaraba inconstitucional esa ley. Los indígenas habían anunciado que si esa ley era derogada, ellos levantarían su protesta sin esperar la anulación de las otras ocho leyes que los afectan. Pero el oficialismo se negó a debatir el tema en el Congreso y al día siguiente el gobierno ordenó el ataque a los indígenas.

“Nosotros estamos luchando por defender nuestras tierras, nuestra vida, nuestros derechos. Nos quieren tapar la boca matándonos. Nuestros hermanos están muriendo por defender la Amazonia, que es el pulmón del mundo”, dijo Pizango en la conferencia con la prensa extranjera. A medida que avanzaba la conferencia de prensa, los cinco líderes indígenas presentes recibían constantemente llamadas telefónicas informándoles lo que ocurría en Bagua.

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