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El mundo|Domingo, 7 de junio de 2009
A 65 AÑOS DE LA LIBERACION DE EUROPA, RINDIO HOMENAJE A LOS QUE MURIERON LUCHANDO CONTRA EL REGIMEN NAZI

Obama recordó el desembarco en Normandía

Durante la semana, cientos de ex combatientes europeos y norteamericanos fueron llegando a las costas francesas y recordaron sus pasos durante los fríos y difíciles días de junio de 1944. Obama visitó un cementerio junto a sus aliados.

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Obama, junto a veteranos jefes de Estado, durante su visita al cementerio de los aliados muertos en la Segunda Guerra Mundial.

Miles de idénticas cruces blancas recortan el parejo césped del cementerio estadounidense de Colleville Sur Mer, en el noreste de Francia. Son la prueba de que a unos metros de allí, hace exactamente 65 años, 9368 soldados norteamericanos murieron intentando conquistar las costas de Normandía y liberar a Europa del reinado nazi. “Cuando el peligro era máximo, en las circunstancias más oscuras, hombres que pensaban ser ordinarios hallaron en ellos mismos lo necesario para lograr algo extraordinario”, dijo, emocionado, el presidente estadounidense Barack Obama. En la ceremonia lo acompañaron su esposa Michelle, sus dos hijas y los aliados de la Casa Blanca durante la Segunda Guerra Mundial, el presidente francés Nicolas Sarkozy y el primer ministro británico, Gordon Brown.

El 65º aniversario del Día D comenzó a principio de esta semana. Con el pasar de los días, contingentes de cientos de ex combatientes europeos y norteamericanos fueron llegando a las costas francesas y recordaron sus pasos durante los fríos y difíciles días de junio de 1944. Veteranos octogenarios británicos caminando de la mano de niños franceses relatando sus historias, recreaciones en las playas y reuniones de los sobrevivientes de los batallones que participaron de la invasión. Toda la antesala fue emotiva y ayer los mandatarios de los tres países aliados intentaron hacer un cierre acorde.

“La victoria permitió pisar tierra francesa y abrió el camino hacia Berlín. Gracias a ella, fueron posibles los éxitos que se produjeron después de que Europa fuera liberada: el plan Marshall, la OTAN, la prosperidad y la seguridad compartida”, aseguró, orgulloso, Obama. “Si los aliados hubieran fracasado aquí, la ocupación del continente por Hitler podría haberse prolongado indefinidamente”, agregó, y los más de 9000 invitados, entre veteranos, funcionarios y familiares de los caídos, se contagiaron del orgullo del mandatario norteamericano.

Entre los invitados a recordar la fecha que marcó el comienzo del fin para la expansión nazi en Europa se destacan figuras políticas como el príncipe Carlos de España y el primer ministro canadiense, Stéphen Harper, y caras famosas como el director de Hollywood Steven Spielberg y uno de sus actores inspiradores, Tom Hanks, que recorda- ron la filmación de Salvando al soldado Ryan en esas mis-mas playas.

Obama le puso una cuota personal a su discurso. “Mi recuerdo es para Stanley Dunham, que llegó a esta playa seis semanas después del Día D y marchó por Europa junto con el ejército de el general George Patton, contó el mandatario estadounidense. Stanley Dunham es su abuelo paterno y durante su infancia en Hawai, según relató Obama en uno de sus libros, fue su única figura paterna.

Cuando le tocó el turno frente al micrófono, el presidente francés reivindicó los ideales por los que los aliados lucharon hace 65 años. “El mejor homenaje que podemos hacerles es seguir luchando por los valores por los que ellos lucharon”, aseguró Sarkozy. Unas horas antes se había reunido con Obama y Brown y habían acordado trabajar juntos para detener los supuestos esfuerzos nucleares iraníes y la escalada militar y diplomática de Corea del Norte. “Las amenazas actuales son de otra naturaleza pero no menos graves”, había advertido Sarkozy, al llegar al cementerio Colleville Sur Mer.

Aunque ninguno de los mandatarios mencionó en sus discursos esos conflictos en la ceremonia, el mensaje podía ser traducido para los tiempos que corren. “Este día marca el triunfo de lo correcto sobre lo falso, la verdad sobre la mentira, la victoria de la decencia humana sobre el odio y el Holocausto”, aseguró Brown.

La ceremonia no fue larga, aunque sí impresionante. Las filas interminables de cruces blancas, que formaban un cuadriculado perfecto sobre las hectáreas del cementerio, los más de 1500 veteranos octogenarios con ojos nublados y los miles de familiares de los soldados que no lograron sobrevivir a la ya mítica invasión creaban una escena irrepetible.

“Estamos a mitad de camino de nuestro compromiso para crear la sociedad mundial por la que esos soldados dieron la primera batalla”, dijo Brown, antes de cerrar la jornada.

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