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El mundo|Martes, 16 de junio de 2009
Cientos de miles de iraníes se manifestaron en contra del presidente Ahmadinejad

Ira y muerte en las calles de Teherán

Al menos un manifestante murió y otros varios resultaron heridos cuando la multitud se encontraba en la céntrica Plaza de la Revolución, en apoyo al candidato reformista Mir Hussein Mussavi. El considera que hubo fraude electoral y pide nuevos comicios.

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El candidato reformista apareció por primera vez en público desde la elección del viernes que dividió al país.

La violencia y la muerte ganaron ayer las calles de Teherán, cuando cientos de miles de iraníes inundaron las calles de la capital por tercer día consecutivo en apoyo al candidato opositor Mir Hussein Mussavi, frente a lo que consideran un fraude electoral. Al menos un manifestante murió y otros varios resultaron heridos cuando la multitud se encontraba en la céntrica Plaza de la Revolución en abierto desafío a la policía que había prohibido cualquier tipo de protestas.

Debido a la tradicional cautela de la oposición en Irán a desafiar una orden del Estado islámico, nadie esperaba la presencia de Mussavi en la manifestación de ayer. Sin embargo, desde el techo de un auto y con megáfono en mano, el candidato reformista apareció por primera vez en público desde la elección que el viernes dividió profundamente al país al decretar la victoria en primera vuelta del mandatario Mahmud Ahmadinejad y dijo a sus seguidores que se encontraba preparado para participar nuevamente en los comicios, en caso de que éstos se realizaran nuevamente. “Estamos listos para participar en una nueva elección presidencial”, gritó Mussavi frente a lo que, según fuentes de la policía local citadas por agencias internacionales, fue una concentración de un millón y medio de personas.

Pero, por momentos, el ánimo de los manifestantes, que ocupaban completamente la avenida Azadi, una de las principales arterias de la capital y lugar tradicional de las manifestaciones de conmemoración de la revolución islámica de 1979 que derrocó al régimen imperial del sha, parecía desbordar las palabras moderadas de Mussavi. Frente al discurso del político, las consignas más escuchadas ayer en Teherán eran “muerte al dictador” –en alusión a Ahmadinejad– y “Se-shanbé, Se-shanbé, etessab, etessab” (martes, martes, huelga, huelga).

No obstante, consciente de las limitaciones existentes, Mussavi intentó una vez más calmar un poco los ánimos del pueblo iraní e insistió con un mensaje que pareció combinar la promesa de seguir con las protestas pero a su vez respetar cualquier clase de decisión que pudiesen tomar las máximas autoridades frente a su reclamo de anular las elecciones. “Si Dios lo quiere, retomaremos nuestros derechos”, señaló el político reformista. E insistió: “Estoy listo para ser candidato nuevamente”.

La vacilación de Mussavi, frente a las que comienzan a configurarse como las mayores protestas sociales en Irán en mucho tiempo, se había dejado entrever temprano por la mañana de ayer cuando, en un comienzo, uno de sus voceros había anunciado que el ex primer ministro no participaría de la manifestación. Sin embargo, y frente a la enorme cantidad de gente que fue colmando las calles poco a poco, horas después él mismo se pronunció y dijo que acudiría para hacer un llamamiento a la calma a sus partidarios. Y es que, según diversos analistas locales, de por sí su presencia en la manifestación constituyó un desafío al guía supremo de la República islámica, el ayatolá Ali Khamenei, quien el día anterior le había pedido a Mussavi que continuara con sus reclamos únicamente a través de medios legales, dejando en claro la vigencia de la prohibición de cualquier tipo de protestas.

Por medio de la alusión a los medios legales de reclamo el ayatolá se refería, en este caso, a la solicitud que Mussavi le hizo el último domingo al Consejo de Guardianes de la Revolución, máximo órgano electoral en Irán, para que anulara los comicios, instándolo de este modo a que aguardara el dictamen del Consejo. Este órgano, que había guardado silencio el día en que Mussavi hizo su reclamo, emitió ayer un comunicado apenas horas después de que éste le hablara a la multitud.

A través de un breve texto, el ayatolá Ahmad Janati, máxima autoridad del Consejo, prometió estudiar el asunto, al mismo tiempo que dejó en claro el orden de las jerarquías en la República islámica. “Espero que no transcurra demasiado tiempo hasta que el noble pueblo de Irán sea informado de que la cuestión ha sido examinada”, rezó el mensaje leído ante la televisión nacional iraní. “Espero que tanto Dios, como el guía supremo (de la revolución, el ayatolá Ali Khamenei) y el pueblo iraní queden satisfechos”, remató el clérigo.

Mientras tanto, el mensaje de Mehdi, un ingeniero de 40 años que ayer se encontraba en la avenida Mahdi, era claro. “Todo esto es una afrenta a los votos del pueblo iraní”, declaró desafiante. “No es la primera vez que protesto, no tengo miedo, sólo espero que Mussavi resista hasta el final”, precisó. A sus costados, decenas de miles de iraníes marchaban y lucían en la espalda una tela verde, el color de la campaña electoral del antiguo primer ministro, en la que podía leerse “¿Dónde está mi voto?”.

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