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El mundo|Lunes, 7 de septiembre de 2009
Un testimonio lo señala como el autor de un complot

De Villepin llega peor al banquillo

Por John Lichfield *

Desde París

El ex primer ministro francés Dominique de Villepin fue la figura clave en el armado de un complot que intentó, en el 2004, acabar con cualquier posibilidad de que Nicolas Sarkozy llegara a ser presidente. Eso fue lo que declaró uno de los principales imputados de la causa ante el juez de Instrucción a dos semanas de que comience en París lo que los franceses ya califican como “el juicio del siglo”.

De Villepin, primer ministro entre el 2005 y el 2007, comparecerá ante el tribunal en calidad de cómplice junto con otras cuatro personas acusado por los cargos de calumnias y falsificación de documentos en lo que se conoce como “el affair Clearstream”. Pero, según este nuevo testimonio que trascendió durante el fin de semana, Villepin podría dejar de ser catalogado como cómplice para pasar a ser el acusado principal en lo que constituyó una sucia maniobra por sacar a Sarkozy del medio considerándolo “un peligro para Francia”.

Olivier Metzner, abogado de De Villepin, desestimó ayer la acusación y se quejó duramente de que este testimonio, hecho ante el tribunal hace alrededor de nueve meses, haya sido ocultado a la defensa, por lo que sugirió que estaría en condiciones de impugnar o al menos posponer seriamente los plazos del juicio.

El “affair Clearstream” ya se sigue a diario en la prensa como un clásico thriller. Por lo demás, no hay precedentes en la historia de Francia de un ex primer ministro que se siente en el banquillo de acusados por querer destruir la carrera de un colega y/o rival.

El caso no se trata tanto acerca de sexo, mentiras y videos como de ambición política, mentiras y cd-roms. En mayo del 2004, un juez recibió una carta anónima que contenía una lista de cuentas bancarias no declaradas manejadas por el Clearstream International Bank de Luxemburgo. Y, entre las apenas disimuladas referencias a importantes hombres de negocios franceses, en la lista de nombres se hallaban los apellidos “Nagyi y Bocsai”, parte del apellido completo de Sarkozy.

Una breve investigación hecha por el juez demostró que la lista había sido falsificada. A una lista real de clientes del banco que había sido filtrada a un periodista se le modificaron algunas partes y se le agregaron nombres.

En el momento de los hechos, Sarkozy ya se perfilaba como el nuevo líder emergente de la derecha francesa. Jacques Chirac, presidente en ese entonces, prefería impulsar la candidatura de De Villepin.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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