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El mundo|Lunes, 12 de octubre de 2009
Los activistas homosexuales reclaman no ser discriminados en el ejército norteamericano

Obama prometió igualdad a los gays

El presidente dijo que promoverá la extensión de los beneficios federales de la seguridad social a las parejas del mismo sexo y trabajará para eliminar todo tipo de discriminación basada en la sexualidad de las personas.

Por Stephen Foley *
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Miles de activistas gays se manifestaron el sábado en Washington DC para luchar por la igualdad de derechos.

Desde Nueva York

Barack Obama se comprometió a permitir que los hombres y mujeres gays que sirven en las fuerzas armadas de Estados Unidos puedan declarar su homosexualidad abiertamente; sin embargo, el mandatario dejó a la comunidad gay con una sensación de frustración tras negarse a fijar un calendario para derogar la controvertida política conocida como Don’t ask, don’t tell (“No preguntes, no lo digas”).

En un gesto de apoyo sin precedentes por parte de un presidente en ejercicio, Obama utilizó su discurso del sábado por la noche ante cientos de activistas por los derechos de los gays para anunciar no sólo que promoverá la extensión de los beneficios federales de la seguridad social a las parejas del mismo sexo sino que trabajará en pos de eliminar todo tipo de discriminación basada en la sexualidad de las personas.

El sábado, miles de activistas se habían manifestado en las calles de Washington DC para luchar por la igualdad de derechos para los gays y las lesbianas, con el objetivo de poner presión sobre la Casa Blanca para que se cumplan las promesas de campaña y así impulsar la legalización del matrimonio homosexual por todo el país.

La marcha se organizó, precisamente, para que coincidiera con la reunión anual de la asociación de derechos gays más grande del país, el Consejo por los Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés), donde el presidente pronunció su discurso.

El apoyo decidido de Obama a una legislación igualitaria y a una nueva política que les permita a los gays servir en las fuerzas armadas le valió al mandatario varias ovaciones, lo que no impidió que numerosos activistas denunciaran que, hasta ahora, el presidente no había podido pasar de las promesas a los hechos. “En estilo y pasión, Obama se saca un diez”, señaló Michael A. Jones, columnista del blog change.org. “Nadie puede dar un discurso como el presidente. Ahora, la pregunta es: ¿cuándo dejaremos de recibir discursos para observar hechos concretos?”, se preguntó Jones.

El discurso de Obama provocó la reacción de los grupos pro-valores familiares, con el derechista Consejo para los Estudios sobre la Familia al frente del pelotón. “Utilizar a las fuerzas armadas estadounidenses como un laboratorio para cambios sociales radicales demuestra un profundo desprecio por los hombres y mujeres que arriesgan sus vidas para garantizar nuestra libertad”, protestó Tony Perkins, presidente del Consejo.

Según Obama, “nuestro país no debería estar castigando a hombres y mujeres de gran patriotismo que decidieron servir en las fuerzas”. “Entiendo que muchos de ustedes creen que el cambio es demasiado lento, pero no duden ni por un instante de la dirección hacia la que estamos yendo y el lugar al que llegaremos”, afirmó el mandatario.

Los escépticos, sin embargo, insistieron en que no se les puso fecha concreta a las promesas. En estos momentos, tanto el Congreso como el Pentágono evalúan el asunto y se espera que emitan un dictamen.

Lo cierto es que el hecho de que Obama se haya metido en un terreno tan espinoso de la política doméstica ya puso nerviosos incluso a muchos demócratas del ala progresista del partido, que temen posibles reacciones desfavorables por parte del electorado de cara a las legislativas de mediados del año próximo.

A comienzos de su mandato, el ex presidente Bill Clinton también intentó acabar con la prohibición de ser abiertamente homosexual en las filas castrenses. Lo máximo que pudo lograr, después de mucho desgaste, fue el compromiso de la política Don’t ask, don’t tell. Los republicanos, por su parte, siempre utilizaron los temas de defensa del matrimonio para reagrupar a sus bases.

La posibilidad, justamente, de impulsar la derogación de otra ley de la era Clinton, el Acta en Defensa del Matrimonio –en la que se lo define como la unión entre un hombre y una mujer, y les prohíbe a los organismos estaduales extender los beneficios sociales a las parejas del mismo sexo–, por ahora está descartada. Según analistas locales, con suerte el tema sería tratado después de las legislativas de mediados de 2010. Y quizá ni siquiera.

Joe Solmonese, presidente del Consejo por los Derechos Humanos, ensalzó la disposición de Obama de mostrarse abiertamente ante un auditorio gay. “El presidente nos dejó en claro que él es nuestro aliado más fuerte en esta lucha, que nos comprende y que, de hecho, alienta nuestro activismo y nuestros reclamos, aun cuando estemos impacientes con el ritmo del cambio”, expresó Solmonese.

El senador Carl Levin, presidente del comité de asuntos militares en el Congreso, es optimista. “Creo que derogar la norma Don’t ask don’t tell es posible”, deslizó.

* De The Independent de Gran Bretaña especial para Página/12.

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