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El mundo|Martes, 13 de octubre de 2009
Luego de que Calderón decretara el cierre de la eléctrica mexicana

El sindicato de luz anunció una protesta masiva

Por Gerardo Albarrán de Alba

Desde México, D. F.

Mientras la administración de Felipe Calderón justifica la extinción de la empresa pública descentralizada Luz y Fuerza del Centro (LFC), decretada en los primeros minutos del domingo pasado, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) advirtió que promoverá un frente nacional de defensa que puede llevar a una movilización masiva de trabajadores en todo el país. La administración de Felipe Calderón “se va a descarrilar”, anticipó ayer el líder de los electricistas Martín Esparza.

La víspera, el dirigente electricista había solicitado la derogación del decreto del Ejecutivo que extingue LFC, la reinstalación de todos los trabajadores en su empleo, el retiro de la fuerza pública y la instalación de una mesa de trabajo. La respuesta oficial fue inmediata: “El gobierno sostiene que el decreto es legal y no existen condiciones para su derogación”, dijo el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont.

El vocero del sindicato, Fernando Amezcua, deslindó a los trabajadores de “fallas o caídas” del servicio, sobre todo en horas pico, y auguró que este problema va a ir “escalando”.

En tanto, más de 4000 policías federales resguardan las 104 instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LFC) en el Distrito Federal y en los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos. Grupos de ingenieros militares se hicieron cargo de la operación del control del flujo eléctrico en el centro del país desde la medianoche del sábado hasta que fueron relevados por unos tres mil empleados de la Comisión Federal de Electricidad entre el domingo y ayer. El edificio principal de LFC, en la Ciudad de México, está rodeado por una valla metálica de más de dos metros de altura y más de 1000 efectivos policíacos controlan los alrededores.

La noche del domingo, el presidente Felipe Calderón apareció en la televisión repitiendo las supuestas causas en las que fundamentó su decisión de extinguir a la empresa que surte de electricidad al 40 por ciento de la población nacional: ineficiencia, corrupción y privilegios desmedidos de los trabajadores.

La respuesta vino de donde menos la esperaba: Cuauhtémoc Cárdenas, tres veces candidato presidencial por el PRD, hijo del ex presidente Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó el petróleo y creó la Comisión Federal de Electricidad en 1937.

“Hace más de cuatro décadas que se nacionalizó el servicio de energía eléctrica; hace 35 años que se acordó la liquidación de LFC. Ha transcurrido tiempo más que suficiente para que el gobierno, principal responsable de la marcha de los organismos del sector público y de los servicios que éste presta, hubiera hecho de LFC un ente productivo, eficiente, modernizado en sus mecanismos de trabajo y de atención al público, y para que hubiera unificado en un solo organismo la prestación del servicio público de energía eléctrica”, escribió Cárdenas en un artículo publicado ayer en el diario La Jornada.

Cárdenas incluso acusó veladamente de traición a Calderón, pues a través de su secretario particular le había ofrecido al SME “atender su asunto”, luego de que la Secretaría del Trabajo negó el reconocimiento a la dirigencia sindical recién electa.

El fundador del PRD cuestionó a Calderón: “¿Por qué los golpes bajos? ¿Por qué la puñalada trapera? ¿Por qué no se dio paso, con la oportunidad debida, a un diálogo franco entre SME y gobierno?”.

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