Imprimir|Regresar a la nota
El mundo|Lunes, 2 de noviembre de 2009
El candidato terminó de despejar el camino al presidente Karzai, pese a que hubo fraude

Abdulá no irá a la segunda vuelta en Afganistán

Un gobierno afgano debilitado, sin ninguna legitimidad electoral, representa un problema mayúsculo para las potencias occidentales que, por estos días, debaten si enviar o no más tropas al país asiático. La Corte Electoral decide si hay ballottage.

Por Kim Sengupta *
/fotos/20091102/notas/na21fo02.jpg
“Tengo demasiadas dudas sobre la credibilidad del proceso”, anunció ayer Abdulá Abdulá.

Desde Kabul

Afganistán volvió ayer a hundirse en una profunda crisis política luego de que el candidato opositor a la presidencia, Abdulá Abdulá, anunciara ayer que se retiraba de la segunda vuelta electoral prevista para el próximo sábado. La jugada de Abdulá, en efecto, le terminó de despejar el camino al presidente Hamid Karzai para que éste permanezca en el poder cinco años más, a pesar del fraude masivo cometido en la primera vuelta. Un gobierno afgano debilitado sin ninguna legitimidad electoral, sin embargo, representa un problema mayúsculo para las potencias occidentales que, por estos días, debaten si enviar o no más tropas al país asiático.

El gobierno de Estados Unidos jugó un papel clave para forzar a Karzai a aceptar un ballottage que legitimara de una vez por todas un eventual segundo período. Ayer, frente a la decisión del candidato opositor, Washington afirmó que la retirada de uno de los dos candidatos de una segunda vuelta no afectaba en absoluto al ballottage. “No creo que lo sucedido le quite ninguna legitimidad al proceso electoral”, señaló la secretaria de Estado, Hillary Clinton. “Es una decisión personal del señor Abdulá”, agregó.

Lo cierto es que Abdulá desistió ayer de participar en la contienda luego de que fracasaran negociaciones de último minuto lideradas por diplomáticos estadounidenses y de las Naciones Unidas que buscaban sellar un acuerdo para que Karzai compartiera el gobierno con su ex ministro de Relaciones Exteriores. “Luego de reflexionar sobre el asunto, mi decisión es no participar. Tengo demasiadas dudas sobre la credibilidad del proceso”, anunció ayer el ahora ex contendiente en una conferencia de prensa desde Kabul.

Abdulá explicó que retiraba su candidatura debido a que sus exigencias para garantizar un ballottage con condiciones mínimas de transparencia no se habían cumplido. Fuentes gubernamentales aseguraban ayer, no obstante, que la elección no sólo se iba a llevar a cabo, sino que las boletas iban a llevar impresos los nombres de los dos candidatos.

Se suponía que la segunda vuelta iba a servir para mostrarle al mundo los progresos alcanzados en consolidar la democracia. Hasta ahora lo único que lograron es generar incertidumbre.

Ayer, tras ver cómo se destruían sus gestiones por lograr un acuerdo, lo único que les quedó a los diplomáticos occidentales en el país fue pedirle a Abdulá que en su anuncio enfatizara que “se retiraba de la contienda”, pero que no hiciera hincapié en el tema del fraude para no dañar aún más al actual gobierno.

No se logró ni siquiera ese objetivo. Al comienzo de la conferencia de prensa, Abdulá sólo dijo que “había decidido no participar” en el ballottage; pero luego, con el correr de los minutos, aclaró varias veces que el motivo de su decisión era que sus exigencias para garantizar la transparencia de la segunda vuelta no habían sido cumplidas. “En protesta contra las acciones ilegales del gobierno y de la comisión electoral, no participaré en un ballottage contra el actual presidente”, precisó.

En su discurso, Abdulá buscó presentar su decisión como un acto moral y llegó incluso a negar que hubiese estado en cualquier tratativa con Karzai para acordar un gobierno de coalición. Fuentes diplomáticas occidentales confirmaron, sin embargo, que hasta ayer a última hora hubo diversas negociaciones sobre cómo podrían repartirse los ministerios.

La idea de Abdulá era la de colocar a algunos de sus seguidores en el gabinete de Karzai, pero no la de figurar él mismo. A lo largo de todas las negociaciones, no hubo contacto directo entre los dos rivales. Kai Eide, el jefe de la misión de la ONU en el país, hizo las veces de mensajero de Abdulá. Karl Eikenberry, el embajador de Washington, mantuvo el contacto con Karzai.

Waheed Omar, el vocero de campaña del actual mandatario, expresó que la decisión de Abdulá era “muy desafortunada”, pero que el ballottage tenía que realizarse. “Las elecciones deben llevarse adelante. No se le puede negar al pueblo de Afganistán el derecho a votar”, aseguró.

Mientras tanto, Aleem Siddique, vocero de la ONU, contribuyó ayer a sembrar algunas dudas. “La pregunta obvia es cómo se hace un ballottage con un solo candidato”, deslizó. En principio, la ley afgana lo permite. Hoy la Comisión Electoral de ese país decidirá si se celebran o no los comicios.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.