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Después de cinco meses de negociaciones, la mayoría libanesa pro occidental y la oposición aceptaron integrar un gobierno de unidad nacional. El anuncio formal será recién el lunes, pero ayer el movimiento de resistencia Hezbolá adelantó la buena noticia. El gobierno estará liderado por el dirigente pro occidental Saad Hariri, el hijo del primer ministro asesinado Rafic Hariri, pero incluirá ministros de Hezbolá y de sectores cercanos a Siria.
Saad Hariri había intentado varias veces sin éxito formar un gobierno, pero Hezbolá y el partido minoritario del cristiano Michel Aoun y sus aliados chiítas lo acusaban de ser un satélite de los gobiernos de Washington y de las potencias de la Unión Europea. Por eso la idea del gobierno de unión nacional era una reivindicación que venía sosteniendo la oposición, cercana a Irán y Siria, las otras dos potencias regionales que aún conservan influencia en el país.
La noticia fue bienvenida por la comunidad internacional que seguía con preocupación la parálisis política en el Líbano. Las partes estaban de acuerdo con la fórmula de repartición de las carteras ministeriales: 15 ministros para la mayoría, 10 para la minoría y cinco ministros neutrales, elegidos por el presidente de la República. Pero hasta ayer las negociaciones estaban bloqueadas porque no se ponían de acuerdo con los nombres de algunos ministros y, especialmente, cuáles serían los ministerios que corresponderían a cada sector.
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