Imprimir|Regresar a la nota
El mundo|Lunes, 16 de noviembre de 2009
El presidente derrocado de Honduras envió una carta a Obama criticando el cambio de postura de EE.UU.

Zelaya no acepta volver encubriendo el golpe

“A partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de regreso a la presidencia para encubrir el golpe de Estado”, dijo el mandatario desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa. Faltan dos semanas para las elecciones.

/fotos/20091116/notas/na21fo01.jpg
El presidente refugiado en la embajada de Brasil intentará boicotear los comicios.

Para Manuel Zelaya no tiene sentido volver a la presidencia de Honduras mediante un acuerdo con los golpistas. A dos semanas de las elecciones previstas por la dictadura, el mandatario derrocado le envió una carta al presidente estadounidense Barack Obama en la que dejó en claro que retornar a su cargo en estas condiciones sería legitimar al régimen de facto. “En mi condición de presidente electo por el pueblo hondureño, reafirmo mi decisión de que a partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia para encubrir el golpe de Estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de los habitantes de nuestro país”, aseguró el presidente legítimo el sábado por la noche desde su refugio en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.

En su carta a Obama, Zelaya denunció el cambio de posición del gobierno de Washington luego que se anunciara su decisión de apoyar las elecciones del próximo 29 de noviembre. “Cuando me reuní por primera vez, el 8 de julio, con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se había dejado en claro ante mí y ante el mundo la posición de su administración de condenar el golpe de Estado, desconocer sus autoridades y exigir el retorno del estado de derecho con la restitución al cargo de presidente electo por el pueblo”, recordó el hondureño. Y, sin más, le advirtió a su homólogo norteamericano sobre las consecuencias de legitimar un proceso electoral convocado por los golpistas.

“El futuro que su país hoy nos muestra al alterar su posición en el caso de Honduras, y favorecer así la intervención abusiva de las castas militares en la vida cívica de nuestro Estado, no es más que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana. Presidente Obama: cada vez que se derroca un gobierno legítimamente electo en América, la violencia y el terrorismo nos ganan una batalla, y la democracia sufre una derrota. Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de Estado militar. El estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana a todos los hondureños”, denunció Zelaya.

Con todo, los días pasan y las elecciones se acercan. La estrategia zelayista, ahora asumida explícitamente por el presidente constitucional, es boicotear los comicios. La idea, sin embargo, no parece haber prendido entre los aspirantes a la presidencia. Salvo Carlos Reyes, quien retiró su candidatura independiente por el Movimiento Popular hace algunos días, los principales contendientes con posibilidades reales se mantienen en carrera: Elvin Santos, por el oficialista Partido Liberal (el mismo partido de Zelaya); y Porfirio Lobo, del Partido Nacional y favorito según las encuestas. Además de los dos candidatos de los partidos tradicionales, por si fuera poco, César Ham, el candidato de Unificación Democrática (izquierda), también decidió mantenerse en carrera, alegando que no hacerlo sería entregarles aún más espacios de poder a los sectores golpistas en el próximo Congreso.

Como si nada hubiera pasado, a su vez, el Congreso adicto a la dictadura anunció ayer que, pese a los tiempos electorales y la carta de Zelaya, los legisladores seguirán debatiendo acerca de si corresponde o no restituir al mandatario legítimo. Esa misión, en efecto, le fue encomendada al Poder Legislativo por el acuerdo firmado entre los delegados zelayistas y michelettistas el pasado 29 de octubre, pero hasta ahora, a la espera de dictámenes de otros órganos del Estado, el asunto ni siquiera se empezó a debatir en el recinto. “Estamos obligados a seguir”, señaló Ramón Velázquez, vicepresidente del Legislativo. “El Congreso tiene un compromiso, y es el de apoyar lo que se acordó en el acuerdo San José/Tegucigalpa”, apuntó el congresista de la Democracia Cristiana.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.