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El mundo|Viernes, 4 de diciembre de 2009
TAMBIEN FUE EL FINAL DECAMPAÑA EN SANTA CRUZ DEL OPOSITOR MANFRED REYES VILLA

En el cierre, Evo prometió integrar Bolivia

Morales dijo que estará cinco años más para industrializar el país. El mandatario deberá agradecer su inminente reelección a La Paz, donde viven 1,2 millón electores de los 5,1 millones. Allí, la aceptación a Morales ronda el 80 por ciento.

Por Sebastián Ochoa
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El vicepresidente Alvaro García Linera junto al mandatario Evo Morales, la fórmula del Movimiento al Socialismo.

Desde La Paz

Una marea de banderas azules, nacionales, wiphalas, sombreros de cholita y cascos de mineros llenaba el centro de la ciudad de El Alto. Según el gobierno, un millón y medio de masistas llegaron del interior de La Paz, de Oruro, Cochabamba y otros departamentos para ver la última intervención de campaña del presidente Evo Morales. El escenario se armó en la autopista que separa a El Alto de la ciudad de La Paz. En octubre de 2003 había sido campo de batalla de la Guerra del Gas, cuando la movilización de los alteños definió la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, luego de que mandara al ejército a asesinar a más de sesenta personas. En esta población, Morales obtendría más del 80 por ciento de los votos. Allí fue con decenas de promesas para cumplir hasta 2015. “Quiero ser presidente cinco años más para industrializar al país, también para integrar a Bolivia”, dijo.

Para Morales, las elecciones ya están resueltas. Cree que será reelegido por más del 50 por ciento y que dominará los dos tercios del Congreso. “Va a haber un trabajo con nuestros parlamentarios electos desde el sábado 12 de diciembre. He pedido a los ex constituyentes, ahora ministros, que nos ayuden a aprobar urgentemente dos normas: una con relación al tema de Justicia, pero por encima está la ley marco de Autonomías”, anunció en conferencia de prensa.

En 2006, en Bolivia se hizo un referéndum para que cada departamento decidiera si quería ser autónomo del gobierno central. Morales, con el argumento de que las autonomías eran un invento de la derecha para dividir al país, hizo campaña por el “No”. El “Sí” a las autonomías se impuso en los departamentos de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija). En el Occidente se impuso el No, como quería Morales.

La Media Luna tramó estatutos autonómicos al margen de la Constitución y el Congreso, que aprobó por referéndum el año pasado. Según Morales, esas autonomías “eran utilizadas por grupos que gritaban independencia y promovían la división del país. Son los mismos grupos que hoy se presentan como candidatos a la presidencia”.

Este domingo, Cochabamba, Potosí, La Paz, Oruro y Chuquisaca podrán pensarlo de nuevo, esta vez con las “autonomías constitucionales” que propone Morales. “Cuando estas propuestas nacen del consenso de los representantes del pueblo son bienvenidas. Pero cuando surgen de sectores latifundistas y oligarcas que solamente velan por sus intereses, de ningún modo servirá al bien del conjunto”, dijo el presidente. Sin embargo, en la consulta autonómica del domingo hay una aceptación velada a los estatutos de la Media Luna. A lo sumo, el gobierno podrá modificar los textos autonómicos elaborados por los “oligarcas”.

El cierre de campaña de la oposición se realizó en la plaza 24 de Septiembre, de Santa Cruz. El segundo en las encuestas, Manfred Reyes Villa, le respondió a Morales, quien en la víspera había amenazado con encarcelar al candidato de Plan Progreso Bolivia - Convergencia Nacional (PPB-CN) luego de las elecciones. “El presidente ha dicho que va a cambiar las leyes de Justicia para meter preso a Manfred. Entonces, ¿qué quiere decir? ¿Que a todos los que piensan diferente los van a meter presos como en Cuba? No piense igual que Fidel Castro”, dijo el ex capitán.

“Es importante recuperar la libertad, el estado de derecho y la democracia, donde todos podamos manifestarnos y expresarnos”, dijo el ex aliado de Sánchez de Lozada. En las encuestas, PPB-CN mide 21 puntos porcentuales.

Según las consultas, el Movimiento Al Socialismo (MAS) conseguiría entre el 52 y el 55 por ciento de votos. Pero en el partido evalúan que la cifra será mayor. “Tendremos una victoria aplastante e histórica. Un presidente que fue electo con 53 por ciento (en 2005) y es ratificado con un 67,3 por ciento (2008), ahora será reelecto con más del 70 por ciento”, dijo Jorge Silva, diputado y vocero del MAS.

Morales deberá agradecer su inminente reelección a La Paz, donde viven 1,2 millón electores de los 5,1 millones que tiene el país. Aquí, la aceptación a Morales ronda el 80 por ciento. Percy Amaru, venido de una comunidad aymara distante una hora de El Alto, dijo a Página/12 que votará a Morales “porque es el único. Los otros son unos mañudos. Nunca tuvimos un presidente como él. Hasta ahora siempre nos habían tocado presidentes, sólo pensaban en robar al pueblo”.

Max Pérez maneja un taxi. ¿A quién votará? “Al Evo, pues. Gracias a él tengo este auto”, dijo acariciando el volante de su Toyota. Lo pudo comprar hace tres años, mediante una línea de créditos del gobierno con poco interés. Cuando asumió Morales, las reservas del Banco Central apenas superaban los mil millones de dólares. Hoy superan los ocho mil millones. En gran medida, la crecida se debe a que el Estado aumentó el porcentaje que recibe de la explotación de hidrocarburos.

Durante su último discurso de campaña, Morales detalló sus planes para el próximo mandato. Hizo una cantidad de promesas: una laptop para cada uno de los 135 mil maestros de escuelas fiscales; el satélite Tupak Katari, industrializar el litio en el salar de Uyuni; crear un seguro universal de salud; un seguro agrícola para los campesinos; construir carreteras e hidroeléctricas, entre otros proyectos.

Morales reconoció el apoyo de las organizaciones sociales. “Este proceso revolucionario nunca fracasará. Este proceso de cambio siempre triunfará gracias a la conciencia del pueblo boliviano. Los movimientos sociales tienen la obligación de controlar al gobierno para garantizar esta revolución democrática. Es un proceso de cambio imparable, irreversible”, dijo para finalizar con su habitual arenga: “Patria o muerte. ¡Venceremos!”.

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