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El mundo|Sábado, 2 de enero de 2010
Frei demanda más cambios para ganar el ballottage en Chile

Terremoto en la Concertación

Bajo la foto de su padre asesinado, el ex presidente Eduardo Frei Montalva, postulante a La Moneda, exigió que los dirigentes políticos de todos los partidos actúen con más transparencia y sean más democráticos y participativos.

Por Christian Palma
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Frei obtuvo dos renuncias clave, pero todavía no consiguió las más importantes.

Desde Santiago

La crítica la lanzó el martes el candidato presidencial de la Concertación, Eduardo Frei, y fue con todo: “Hay descontento ciudadano con la forma en que se hace política. He escuchado el mensaje de la gente y en mi administración estarán los que tengan méritos y no los que tengan contactos”, dijo.

“Si la Concertación ha obtenido menos votos (en la primera vuelta), no es porque (los electores) prefieran otra alternativa sino porque la gente está molesta con las prácticas políticas que deben superarse en el próximo tiempo. He escuchado el mensaje para que se produzcan cambios verdaderos. Quien no reconozca lo legítimo de esta aspiración ciudadana y no se haga cargo de ella no tendrá un lugar en la política del pueblo”, insistió el candidato que aglutina a las fuerzas progresistas chilenas.

Con un telón de fondo que incluía una bandera chilena e imágenes de su padre, el asesinado ex presidente Eduardo Frei Montalva, el actual postulante a La Moneda, exigió que los dirigentes políticos de todos los partidos actúen con más transparencia y sean más democráticos y participativos.

Como corolario de una tarde inspirada, Frei advirtió a los presidentes de los cuatro partidos que dan vida a la Concertación (Socialista, Radical y Por la Democracia, más la Democracia Cristiana) que durante lo que queda de campaña hasta el ballottage, y en su eventual gobierno, “tomaré con absoluta libertad, autonomía e independencia las determinaciones que me competen”. Dijo además que impulsará un recambio profundo en los cargos públicos “para que gente capaz y preparada sea designada por sus méritos y condiciones por sobre cualquier otra consideración”.

Las palabras de Frei, que en las pasadas elecciones del 13 de diciembre apenas logró el 29 por ciento de las preferencias, buscan dar una señal a la ciudadanía que quiere ver un recambio de las viejas caras políticas y a captar parte de los sufragios obtenidos por los otros dos candidatos afines al progresismo: Marco Enríquez-Ominami (20%) y Jorge Arrate (6%).

Con todo, los efectos del rayado de cancha no se hicieron esperar.

El primero en acusar recibo fue el presidente del Partido Radical, el senador José Antonio Gómez, quien el miércoles temprano anunció su dimisión. “Atendido que Marco Enríquez-Ominami ha dicho en muchas oportunidades que él espera gestos por parte de la Concertación, yo en particular he tomado la decisión de presentar mi renuncia a la presidencia del Partido Radical.”

Aclaró además que la decisión es justamente para que Enríquez-Ominami entienda que “llegó el momento de unirse a la candidatura de Frei; Marco no puede seguir diciendo que necesita gestos. El dice que representa el cambio, que representa el progresismo y por lo tanto lo llamo, lo emplazo a que se una a la candidatura de Eduardo Frei, que es la única que representa en Chile un cambio real y profundo”.

“Hoy la unidad es más importante, y es por eso que hemos tomado esta decisión con la finalidad de lograr que la unidad del progresismo, que la unidad de todos aquellos que votaron por una u otra candidatura, Arrate, Marco Enríquez y Frei, sean una sola para lograr ganar la presidencia el 17 de enero, lograr que Chile siga progresando por el camino que la presidenta Bachelet ha pavimentado durante estos años”, sostuvo.

Con escasas horas de diferencia, Pepe Auth, líder del PPD, oficializó su paso al costado. “Actualizo mi renuncia indeclinable a la presidencia del Partido Por la Democracia en este mismo instante”, afirmó el recientemente electo diputado. Junto a ello, sostuvo que “esto es porque las responsabilidades son colectivas, no son individuales; nosotros somos los presidentes de los partidos de la Concertación y por lo tanto debemos asumir nuestra responsabilidad”.

Tras la salida de los timoneles de los dos partidos de menor calado del conglomerado, las miradas se posaron en los líderes de la DC y el PS, Juan Carlos Latorre y Camilo Escalona, respectivamente.

Bien entrada la tarde, el vicepresidente de la Democracia Cristiana, Renán Fuentealba, confirmó que Latorre seguirá en su cargo, pues la tienda oficialista se encuentra embarcada en la campaña del abanderado de la Concertación y en un itinerario ya trazado en temas internos, por lo que eventuales cambios en la directiva serán vistos en las “instancias partidarias” que correspondan.

Por el lado de Escalona, la vicepresidenta de su partido, Isabel Allende, convocó a una reunión extraordinaria de la mesa para el jueves con la idea de discutir la situación que enfrenta la directiva del partido.

“Corresponde una mesa extraordinaria, porque con los hechos ocurridos hoy no podemos esperar hasta el lunes”, dijo la diputada al explicar el adelanto de la cita. Acto seguido explicó que no se le pedirá la renuncia a Escalona, ya que debe ser él quien voluntariamente presente su dimisión. “Ojalá las renuncias (de Escalona y Latorre) sean voluntarias”, insistió la hija del ex presidente Salvador Allende. La reunión se llevó a cabo, pero Escalona no renunció.

Desde la otra vereda, el candidato de la derecha, el inversionista multimillonario Sebastián Piñera, sostuvo que tales gestos de sus adversarios no le importan a la ciudadanía.

“¿A quién le importa si renuncian o no? Yo les quiero decir a los amigos de la Concertación que no están escuchando la voz de la gente, y da la impresión de que están atrapados en sus propios problemas. En mis largos y profundos recorridos por Chile, nadie me ha preguntado ni se ha preocupado por quién es el presidente del PPD, del PR, de la DC o del PS. La gente lo que nos ha pedido es más y mejores trabajos, menos delincuencia y más seguridad ciudadana.”

Más allá fue el secretario general del partido de ultraderecha, Unión Demócrata Independiente (UDI), Víctor Pérez, quien sostuvo que se trata de “actos desesperados” de la Concertación.

“Es un hecho político más de los muchos que va a tener la candidatura oficialista de aquí al 17 de enero, con contradicciones, con estas ambigüedades, y son actos desesperados para evitar que la candidatura siga estancada”, indicó.

A su juicio, los dirigentes del conglomerado oficialista “no han escuchado bien a la gente, la gente no quiere que se vaya un dirigente de la Concertación, quiere que se vayan todos”.

Otro que opinó ayer, y que dada la coyuntura es relevante, fue el senador Carlos Ominami, padre adoptivo de Marco Enríquez-Ominami. “Lo peor que le puede pasar a este país es llegar a ser gobernado por la derecha”, dijo el ex militante socialista, en un gesto que fue considerado clave de cara a la segunda vuelta.

El parlamentario –quien abandonó la Concertación para seguir a su hijo en su aventura presidencial– señaló además que aún hay tiempo para que la candidatura de Eduardo Frei impulse una renovación al interior del bloque oficialista.

“Espero una rectificación profunda; se puede generar una nueva coalición, se puede generar una nueva mayoría, confluir todas las corrientes democráticas. Quiero creer que no es demasiado tarde”, señaló Ominami.

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