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El mundo|Sábado, 3 de abril de 2010
La terrorista suicida es de Dagestán y la policía rusa había matado a su marido

La “viuda negra” del subte ruso tenía 17 años

Dzhennet Abdurakhmanova se detonó en la estación de metro Lubyanka el lunes a la mañana, matando a más de veinte personas. Su marido era un líder terrorista. En su pueblo dicen que era tranquila y que “leía poemas maravillosamente”.

Por Shaun Walker *
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La “viuda negra” del atentado al subte de Moscú junto a su marido, el líder terrorista abatido por la policía rusa.

Desde Moscú

Los suaves rasgos faciales que surgen detrás de un pañuelo negro musulmán que le cubre la cabeza son los de una niña; casi un querubín. Pero es esta niña de 17 años la que fue señalada por las autoridades rusas como una de las dos terroristas suicidas “viudas negras” que causaron la matanza esta semana en el subterráneo de Moscú. Su nombre es Dzhennet Abdurakhmanova. En una foto suya obtenida por la prensa rusa, tomada en un momento desconocido y en un lugar desconocido, su rostro inocente no condice con el arma que sostiene en su mano. Está fotografiada con su marido. Su nombre es Umalat Magomedov, un líder terrorista que se cree que murió a manos de las fuerzas rusas en diciembre pasado. Con una camisa a cuadros y un jeans, él también porta un arma.

Se cree que Abdurakhmanova se detonó en la estación de metro Lubyanka el lunes a la mañana, matando a más de 20 personas. Cuarenta minutos después, otra bomba estalló en la misma línea del metro, en Parque Kultury. Las dos bombas fueron los primeros ataques terroristas en la capital rusa en seis años. Un hombre de 51 años que había sido herido en las explosiones murió ayer en un hospital de Moscú, elevando el número de muertos a 40.

Se dice que Abdurakhmanova es de Kostek, un pequeño pueblo en Dagestán, la región montañosa que comparte la frontera con Chechenia en el sur de Rusia. Una estación de radio rusa rastreó a un funcionario de su pueblo natal que dio algunos datos sobre los primeros años de la futura terrorista. Aida Aliyeva, la vicejefa de la administración del pueblo, recordaba a Abdurakhmanova como una niña “callada y tranquila”. “Vivió aquí hasta 2005 y estudió en la escuela desde el primero hasta sexto grado”, dijo Aliyeva. Luego su familia se mudó a Khasavyurt, el centro regional. Su madre a menudo estaba enferma, no tenía un trabajo fijo y tuvo que criar a sus dos hijas sola, sin marido. “Me dijeron que solía leer poemas sobre su madre en las fiestas de la escuela”, dijo Aliyeva. “Leía poemas maravillosamente.”

Poco se sabe de cómo Abdurakhmanova se involucró con el movimiento terrorista clandestino en el Cáucaso. Se cree que conoció a su futuro marido, uno de los principales combatientes en el Dagestán clandestino, por Internet cuando tenía sólo 16 años. Magomedov, conocido bajo el alias “Al-Bara” y considerado por los rebeldes como el “Emir de Dagestán”, fue abatido por la policía el 31 de diciembre de 2009 en Jasaviurt, en el oeste de la inestable república del Cáucaso.

Informes previos sugieren que las dos terroristas suicidas de Moscú pueden haber sido parte de una célula de hasta 30 mujeres que fueron entrenadas para ataques suicidas en Turquía y eran “manejadas” por Said Bryatsky, una importante figura del movimiento terrorista en el Cáucaso que fue muerto por las fuerzas rusas el mes pasado.

En un mensaje por video, Doku Umarov, quien se hace llamar Emir del Emirato del Cáucaso y es el terrorista más buscado en Rusia, dijo que los ataques fueron llevados a cabo por órdenes suyas y prometió que seguirían más ataques contra Rusia. Influenciada por esta retórica, Abdurakhmanova habría sido convencida por los “ideólogos wahhabíes” de “sacrificarse” para vengar a su marido. El wahhabismo es una corriente del Islam caracterizada por su puritanismo, que ha sido impuesta en Arabia Saudita. El martes, un día después de la matanza en Moscú, otros dos ataques suicidas tuvieron lugar en Kizlyar, una ciudad de Dagestán polvorienta en la frontera con Chechenia. Doce personas, incluyendo el jefe de policía de la ciudad, resultaron muertas.

Se cree que los terroristas de Moscú y sus cómplices viajaron a la capital en un ómnibus de una ciudad en el norte del Cáucaso, posiblemente Kizlyar. Los ómnibus transitan con frecuencia las largas rutas en mal estado a Moscú, y son utilizados principalmente por los comerciantes, porque son más baratos que el tren. También son más adecuados para los terroristas, porque a diferencia de los trenes locales, los pasajeros no necesitan mostrar sus pasaportes para comprar boletos.

El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia confirmó ayer por la tarde los informes de los medios que Abdurakhmanova era una de las terroristas suicidas. Varios funcionarios rusos indicaron que los organizadores del ataque también eran conocidos, pero no se dieron a conocer otros nombre, mientras prosigue la investigación.

Informes no confirmados señalaron que se sospecha que la segunda terrorista “viuda negra” podría ser una chechena de 20 años llamada Marja Ustarjanova, que también estuvo casada con un militante del Cáucaso Norte, según el diario Kommersant.

Alexander Bortnikov, el jefe del servicio de Seguridad de Rusia, FSB, dijo que se habían llevado a cabo varios arresto.

Tanto el presidente ruso Dmitri Medvedev como el primer ministro Vladimir Putin han expresado palabras duras desde el ataque. Putin prometió que los terroristas serían “tirados a las cloacas”. Medvedev, después de que inicialmente se enfocó más en las causas socioeconómicas del terrorismo, tomó una línea más dura a medida que pasaba la semana.

Ayer exigió que todos aquellos que ayudaran a terroristas fueran castigados. “Debemos crear un modelo para los crímenes terroristas para que cualquiera que los ayude –no importa lo que haga, ya sea cocinar una sopa o lavar la ropa– cometió un crimen.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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