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Es albañil y pintor y llegó a intendente de Maldonado, departamento que incluye a Punta del Este, el balneario que no suele recibir a los obreros de la construcción. Oscar De los Santos se convirtió en el favorito a ganar en las municipales del 9 de mayo: supera en 20 puntos a su contendiente del Partido Nacional (Blanco) y lidera la interna del Frente Amplio (FA), con seis puntos por arriba de Darío Pérez.
Personalmente su figura resulta un tanto rígida. Su rostro se suaviza cuando habla de su mujer, antigua compañera de militancia en el comunismo y hoy en la Alianza Progresista, corriente más moderada dentro de la coalición de centroizquierda que gobierna Uruguay.
–El electorado en Maldonado suele ser oscilante. ¿Por qué los votantes se inclinarían por su candidatura?
–Hubo un crecimiento ascendente y sostenido de la izquierda. Hoy las encuestas muestran que superamos en 20 puntos al Partido Nacional. El proyecto de país que impulsamos contó con ocho gobiernos departamentales que permitieron la aplicación del programa del FA: la apuesta fuerte al crecimiento y a la creación de mecanismos de distribución de la riqueza. En Maldonado dimos un salto de calidad, de generación de empleo y de combate a la pobreza.
–Se le cuestionó que no pusiera suficiente énfasis en mejorar los servicios. ¿Esto fue así?
–Cuando asumimos el gobierno, el déficit era de 29 millones de dólares, con una recaudación de 62 millones de dólares anuales. Es decir, un déficit de casi la mitad de la recaudación. Redujimos los gastos de administración a través de la incorporación de sistemas informáticos. Apostamos a un modelo de descentralización y consolidamos la capacidad y eficiencia de los gobiernos locales. Invertimos en policlínicas y hospitales. Con una nueva infraestructura instalada, a partir de 2007 empezamos a ocuparnos de una serie de servicios básicos. Invertimos en pavimento, en obras de saneamiento y en planes de vivienda de ayuda mutua promoviendo la autogestión. Somos el departamento con más relación de luminarias por habitante.
–Suena como si no hubiera nada urgente.
–Hay urgencias, como la emergencia habitacional. Si bien bajamos los indicadores de pobreza, desocupación y marginalidad, el sector que no bajó es el de los jóvenes. Para el próximo gobierno tenemos el objetivo de capacitar a las nuevas generaciones con la instalación de la Universidad de La República. Debe estar acompañado de una gran inversión en el área de la vivienda, para que haya un entorno urbano saludable. Y un fuerte combate a la distribución de droga, fundamentalmente de la pasta base.
–¿Cómo ve la elección en todo el país? En Artigas, bastión del Partido Nacional, el Frente Amplio podría ganar.
–En Uruguay la izquierda gobernaba hasta 2004 sólo en Montevideo. En 2005 ganamos 7 intendencias más del interior y hoy se está compitiendo por otras tres o cuatro con posibilidades de triunfar, entre ellas Artigas, Río Negro y Cerro Largo.
–Si surgiera la posibilidad de que una papelera se instale en una zona costera de Maldonado, ¿usted qué haría?
–Yo lo estudiaría como se estudió a Botnia en Fray Bentos. Allí se demostró que no hay contaminación, que el mundo va a seguir consumiendo papel y que América del Sur tiene un enorme potencial para producir papel. Se deben articular políticas junto a Argentina y Brasil de seguimiento para asegurar las condiciones medioambientales.
–Las papeleras generan de-sempleo. Río Negro, departamento en donde está Botnia, tiene uno de los índices más altos de desocupación. ¿Por qué seguir avanzando con este tipo de inversiones?
–Yo tengo mis dudas de que las papeleras generen desempleo. Cuando se construyó la planta de celulosa, buena parte de la población en el área de la construcción y de industrias conexas emigró hacia Fray Bentos. Hoy el empleo es superior a antes de que estuviera Botnia. Sin embargo, las plantas no solucionan todo el problema del desempleo. En Uruguay se está estudiando la creación de un segundo puerto de aguas profundas en La Paloma (Rocha) que nos va a permitir transformarnos en un gran centro logístico del ingreso y egreso de materias primas y bienes finales, para no sólo exportar celulosa sino instalar una planta que nos permita exportar el producto final.
–¿En dónde se instalaría esa planta?
–La segunda planta de celulosa se instalaría o sobre el río Uruguay o sobre el océano Atlántico.
–La senadora Lucía Topolanski dijo que el tratamiento de blanqueo del papel contamina...
–Antes de volcar el agua al río Uruguay es previamente tratada y se deja en condiciones no contaminantes. Tabaré quiso que Argentina participara del monitoreo de la calidad de las aguas en el río Uruguay.
–Mujica ayer desestimó un proyecto de ley que buscaba beneficiar con la prisión domiciliaria a presos mayores de 70 años, incluyendo represores (ver página 27) . ¿Qué opinión le merece?
–En lo personal coincido en que no se debe dar un tratamiento especial a aquellos que violaron los derechos humanos. Sin ningún tipo de rencor ni odio. Mi punto de vista coincide con el de la Alianza Progresista, que junto a otros sectores se opusieron al planteo de Mujica. Eso sí, reivindico la vocación humanista del presidente.
–¿Cree que el Congreso debería anular la Ley de Caducidad?
–Yo voté por su anulación en los dos referendos. El pueblo uruguayo quiere mantener esa ley. Me duele, pero es la voluntad popular.
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