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El primer ministro de Grecia, Giorgos Papandreu, pidió ayer activar el paquete de rescate diseñado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar al país a superar la grave crisis financiera que atraviesa. “Tenemos por delante un camino difícil (...) Es imperativo que pidamos la activación del mecanismo”, dijo Papandreu desde la pequeña isla de Megisti en un discurso transmitido por televisión. “Ya he dado la instrucción pertinente al Ministerio de Finanzas”, anunció.
Con un discurso emotivo, Papandreu consideró que los griegos afrontan una “nueva odisea” en medio de la crisis que atraviesa el país. “Pero sabemos el camino hacia Itaca”, continuó.
La Comisión Europea confirmó la solicitud griega y anunció que la tramitará por la vía rápida. “Los análisis no durarán semanas, sino días”, dijo en Bruselas el portavoz del comisario de Economía, Olli Rehn. “El mecanismo ahora avanza de forma automática.” También el FMI confirmó la recepción: “Estamos dispuestos a actuar de inmediato”, dijo en Washington el director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn.
Alemania, uno de los países más reacios al plan y su mayor contribuyente, reaccionó advirtiendo que la ayuda se dará sólo bajo “estrictas condiciones”. Atenas tendrá que presentar “un plan de austeridad creíble”, pidió la canciller Angela Merkel tras conversar por teléfono con Papandreu.
La ministra española de Economía, Elena Salgado, aseguró por su parte que España va a “acelerar los procedimientos” para prestar los fondos. “Por nuestra parte podremos prestar la ayuda enseguida”, declaró en Washington. La también vicepresidenta segunda española negó una vez más que haya peligro de contagio de la crisis griega a países como España o Portugal. “Grecia es un caso especial al que tenemos que hacer frente de manera coordinada entre todos”, sostuvo Salgado.
En un primer paso, la Comisión examinará ahora la solicitud griega junto con el Banco Central Europeo (BCE) y emitirá una recomendación. En base a ella, los países del euro decidirán en un segundo paso el pago de las ayudas, ya sea en una reunión presencial o en un encuentro por videoconferencia. El rescate sería por un monto de entre 52.000 y 58.000 millones de dólares.
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