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Desde Berlín
La coalición gobernante que encabeza la canciller Angela Merkel quedó seriamente debilitada después de que su partido sufriera anoche una derrota humillante en una elección clave en el estado de Renania del Norte-Westfalia, un feudo minero e industrial que gobernaron los socialdemócratas 39 años. El gobierno perdió su mayoría crucial en la cámara alta del parlamento.
La votación en Renania del Norte-Westfalia, el estado más populoso de Alemania, fue opacada por la crisis de la deuda griega. El apoyo para los conservadores de la Unión Demócratacristiana (CDU) cayó más de un 10 por ciento, obteniendo el 34,4 por ciento, mientras que sus socios liberales lograron un 6,6 por ciento, con lo que la coalición perdía la mayoría que tenía en la anterior legislatura. El conservador Wolfgang Bosbach describió el resultado como una “gran decepción” para su unión, que había intentado mantener el control del estado más poderoso económicamente y que alberga a 18 de los 80 millones de habitantes del total de Alemania.
La derrota dufrida por el partido de Merkel fue la peor en el estado. El resultado fue atribuido a la decisión gubernamental de aprobar el viernes pasado el impopular salvataje de 22 mil millones de euros para Grecia. Los sondeos de opinión arrojaron que cerca de un 80 por ciento de la población se oponía a la iniciativa. La popularidad de la canciller cayó en las últimas semanas del 70 al 48 por ciento.
Las primeras proyecciones sugieren que la oposición socialdemócrata obtuvo 34,8 por ciento de los votos, emergiendo como el partido más fuerte del estado y superando a los Verdes, que alcanzaron un 12 por ciento. El Partido La Izquierda (antiguos comunistas), de Oskar Lafontaine, obtuvo el 6 por ciento de los votos. La Izquierda obtiene por primera vez representación en la cámara legislativa renana, algo impensable en el territorio para un partido con ese perfil ideológico desde la caída del Muro de Berlín.
Kraft, líder socialdemócrata en Renania, declaró tras conocer los resultados que “el SPD ha vuelto”. El secretario general de su partido, Sigmar Gabriel, celebró también el ajustado triunfo y aprovechó su intervención para felicitar al partido de los Verdes, posible aliado de un gobierno de coalición junto a La Izquierda.
Y es que el resultado dejó planteado el interrogante acerca de qué constelaciones de partidos formarán gobierno a nivel estatal. La mayoría absoluta necesaria para formar gobierno, de 91 escaños, sólo parece factible a partir de la unión de conservadores y socialdemócratas o a través de la coalición entre los socialdemócratas, los Verdes y el partido La Izquierda.
La caída de los votos conservadores constituyó un grave golpe para la coalición de Merkel con los demócratas liberales, que hace seis meses llegó al poder tras las elecciones de septiembre último. De hecho, los comicios de este “land” eran el primer test en las urnas para la coalición gobernante que lidera Merkel desde su reelección como canciller.
El gobierno de Merkel perderá ahora su mayoría en el Senado. Por ende, su administración se verá forzada a negociar con otros partidos en la cámara alta para implementar algunas de sus promesas de campaña, como el recorte de impuestos, la extensión del programa nacional de energía nuclear y la reforma de salud.
Claudia Roth, parlamentaria por el Partido Verde, describió la nueva coyuntura: “La mayoría en la cámara alta cambiará ahora, ésa será la consecuencia para el partido de Merkel”, dijo la legisladora al canal de televisión ARD.
La elección estatal estuvo dominada por el plan de rescate a Grecia. A pesar de la impopularidad de la medida, Merkel recorrió la región insistiendo en que el paquete de ayuda era esencial para sostener a Atenas, al euro y a Alemania.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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