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El mundo|Martes, 1 de junio de 2010
Los analistas intentan explicar cómo fue que el fenómeno Mockus no se plasmó en la elección

La ola verde que no rompió a tiempo

La falta de presencia del candidato verde en las regiones, un programa de gobierno poco claro y el deseo de continuidad de las políticas de Alvaro Uribe determinaron, según los expertos, el triunfo de Santos.

Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Bogotá

Un día después de las elecciones presidenciales, Bogotá despierta desconcertada. Esa es la palabra que usan los empresarios que encuestaron y erraron sus proyecciones. Hasta el mismo candidato triunfador, Juan Manuel Santos, se declara sorprendido. En tempranas declaraciones a la radio nacional dijo que no esperaba sacarle tanta ventaja al ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus. Santos logró el 46 por ciento de los votos, y Mockus, el 21. La maquinaria uribista, quedó claro, arrasó con los independientes. Entre los mismos candidatos, medios de comunicación y analistas se intenta explicar cómo fue que el fenómeno político de las presidenciales, la ola verde, no se vio reflejado a la hora de sumar votos.

La falta de presencia de Mockus en las regiones, un programa de gobierno poco claro y el deseo de continuidad de las políticas de Alvaro Uribe determinaron, según los analistas, los resultados de los comicios del domingo. Miedo, fraude, presiones al elector, son razones que señala un sector. De todas formas, como Santos no superó el 50 por ciento de los sufragios, vendrá un ballottage, y el Partido Verde tendrá la oportunidad de mostrar su fuerza, tremenda en las redes sociales y las encuestas, pero pobre en las jornadas de votación.

En entrevista con Página/12, el político y físico Paul Bromberg explicó que sí había quienes creían en la ventaja del candidato oficialista sobre Mockus, pero no en una tan amplia. “Yo había vaticinado que ganaba Santos ambas elecciones (primera y segunda vuelta), pero no por una ‘pela’, que para todos fue sorprendente.” Dibujando una moderada sonrisa, Bromberg dice que “la gente no andaba pendiente de los parques y pajaritos como decían (los verdes)”. Según él, las proyecciones favorables a Mockus le hicieron daño. “El electorado de Mockus era nuevo y se juntó deseando un poco algo nuevo. Pero en las últimas semanas se decepcionó”, dice.

Hasta el fin de semana, el ambiente entre los verdes era de total optimismo. Ahora la tienen más difícil para coronar al excéntrico matemático y filósofo de presidente, pues los uribistas los superan en más de tres millones de votos, y las alianzas con partidos perdedores se inclinan más hacia Santos. El de Mockus es un partido nuevo que, a juicio de Blomberg, “es un fenómeno de espuma y funciona cuando hay burbujas; cuando la burbuja se desinfla, todas se bajan”, afirma a manera de alusión a lo que viene para la segunda vuelta el 20 de junio.

El Partido Verde, que conformaron tres ex alcaldes de Bogotá, entre ellos el académico de origen lituano, no aclaró durante la campaña a qué tendencia política representaba: ni derechista, ni de izquierda, ni de centro. Tampoco de oposición, aunque un amplio sector que rechaza las políticas de Uribe está con Mockus.

La oposición, a juicio del magíster en filosofía Julián Cubillos, aún no está madura. “Es preciso trabajar mucho en la construcción de maquinarias políticas si queremos derrotar al continuismo”, explica. “La emoción es sana, el entusiasmo es mejor, pero cuando en su mayoría proviene de jóvenes sin cédula, de votantes primíparos e inseguros, los votos no aparecerán nunca en el resultado final; no puede aparecer algo que nunca ha existido”, explica el joven analista, quien descalifica los argumentos de algunos que, aduciendo fraude, explican que Antanas no empató con Santos como se esperaba. “Es por eso que, ahora que lo pienso con cabeza más fría, no encuentro tan justificado el gran desconcierto y la sospecha de fraude electoral que se puede apreciar echando una rápida mirada a las redes sociales de Internet”, agrega.

El mismo Mockus dijo a los medios que una posible razón para la diferencia entre las encuestas y los resultados son los votos rurales. Según él, los sondeos se hicieron en las ciudades y Santos tenía gran apoyo entre el campesinado. Pero la verdad es que el ex ministro de Defensa ganó de sobra también en las principales ciudades. “Mockus se pierde a ratos en la realidad, como hoy (ayer) explicando el voto rural”, afirma a este diario Bromberg, quien fuera la mano derecha del candidato verde pero distanciado de su equipo político hace seis años. Este investigador de la Universidad Nacional asegura que las elecciones giraron en torno de las FARC. “Sí”, y se explica: “Los resultados son un logro al revés de este movimiento guerrillero, que logra unificar a los colombianos (en su contra)”. En su análisis sobre lo que pasó el 30 de mayo, Cubillos coincide con Bromberg. “Gran parte del aplastante triunfo del continuismo hoy debemos agradecérselo, de nuevo, a un actor infaltable y determinante en nuestro teatro democrático: las FARC.”

Lo que sigue son las alianzas. Santos repite que su gobierno, ya como triunfador, será de unidad nacional. “Santos los va a llamar, no tendría problema en decirles que ocupen cargos de alto nivel. ¿Cómo se comportará el partido? No sé”, dice Bromberg sobre los verdes. Varios conservadores, liderados por el ex ministro de Uribe Andrés Felipe Arias, ya se fueron con Santos. En el partido liberal se está dando algo similar. Aunque el candidato Rafael Pardo dice dejar los electores en libertad, los caciques políticos y congresistas apoyan al eventual ganador. De Germán Vargas Lleras, que es uribista y quedó en tercer lugar con un millón de votos, se espera que se vaya con Santos. En las nuevas votaciones se sabrá cuánto más suma el uribismo y qué más puede perder Antanas Mockus.

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