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El mundo|Miércoles, 7 de julio de 2010
Señales de distensión en la relación entre EE.UU. e Israel

Netanyahu pisó la Casa Blanca

Los dos líderes enfatizaron la necesidad de moverse desde las conversaciones indirectas, o de “proximidad”, a negociaciones directas y de dar pasos concretos para lograr el proceso de paz entre los israelíes y los palestinos.

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Netanyahu y Obama en el jardín de la Casa Blanca.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se reunieron ayer en el Salón Oval de la Casa Blanca, en un encuentro destinado a despejar tensiones entre ambos tras meses de desavenencias diplomáticas. Ambos mandatarios acordaron cooperar para conseguir que se inicien lo antes posible las conversaciones directas de paz entre israelíes y palestinos.

Los dos líderes enfatizaron la necesidad de moverse desde las conversaciones indirectas, o de “proximidad”, a negociaciones directas y de dar pasos concretos para lograr el proceso de paz entre los israelíes y los palestinos. “Con la ayuda del presidente Obama, el presidente palestino Mahmoud Abbas y yo deberíamos involucrarnos en conversaciones directas para alcanzar un acuerdo político de paz, unido con seguridad y prosperidad”, afirmó Netanyahu. Los comentarios de Netanyahu fueron hechos en el Salón Oval después de una sesión de hora y media con Obama a su lado.

Esta reunión fue altamente simbólica, ya que ambos hombres esperaban que proyectara una imagen de unidad después de meses de tensión y discordia entre ellos. Hasta la fotografía de ellos era importante; la última vez que se reunieron en la Casa Blanca, el ánimo era tan agrio que no se permitieron fotografías. Esta vez los dos hombres se dieron la mano vigorosamente, mientras Obama declaraba que el vínculo entre ambos Estados es extraordinario e inquebrantable.

Obama elogió a Netanyahu por dar pasos a fin de aliviar el bloqueo en la Franja de Gaza y ambos desestimaron la noción de fisuras diplomáticas entre ellos, luego de que en marzo se anunciaran los planes israelíes de nuevas construcciones en territorio reclamado por los palestinos en Jerusalén Occidental, contrarios a la política estadounidense.

Obama dijo que cree que Netanyahu está comprometido con el proceso de paz respaldado por Estados Unidos mostrado con los pasos dados para mejorar la vida en Gaza. “Hemos visto un progreso verdadero en el terreno. Creo que se ha reconocido que se ha movido mucho más rápido y más efectivamente de lo que mucha gente anticipó”, añadió Obama. “El primer ministro Netanyahu quiere paz”, indicó Obama. “Está dispuesto a asumir riesgos por la paz. Y durante nuestra conversación, una vez más él reafirmó su disposición a involucrarse en negociaciones serias con los palestinos.”

Anteayer, se esperaba que este encuentro también sirviera de demostración de solidaridad entre los dos líderes tras una disputa diplomática en marzo por la espinosa cuestión de los asentamientos y la consiguiente tensa reunión en la Casa Blanca entre los dos hombres a finales de ese mismo mes. Unas semanas antes, Israel había irritado a la administración Obama al aprobar planes para asentamientos judíos en Jerusalén este, zona que los palestinos contemplan como la futura capital de un Estado palestino, mientras el vicepresidente Joseph Biden estaba en Israel.

Ambas partes han insistido en que la disputa ya quedó atrás y en que tienen intención de avanzar con las negociaciones. También fue la primera visita de Netanyahu a la Casa Blanca desde el abordaje israelí el 31 de mayo sobre una flotilla humanitaria turca que viajaba a Gaza, con el saldo de nueve muertos. Ese incidente aumentó la presión sobre Netanyahu para aliviar el bloqueo que se aplicó desde que militantes de Hamas ganaron el control de la Franja, hace tres años.

En otro orden, Obama y el premier israelí también hablaron sobre el programa nuclear de Irán –y su supuesto desarrollo de armas, que Netanyahu identificó como la “mayor nueva amenaza en el horizonte”– y las sanciones recientemente reforzadas contra Teherán.

Esta vez, Netanyahu está recibiendo, si no el trato de la alfombra roja, por lo menos la cordialidad habitual que Estados Unidos proporciona a amigables líderes del mundo. La Estrella de David estaba flameando ayer a la mañana sobre “Blair House”, la residencia oficial para huéspedes del presidente, una señal de que Netanyahu estaba parando ahí. La comida no fue un problema: Obama y Netanyahu compartieron un almuerzo de trabajo teras la reunión en el Salón Oval.

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