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El mundo|Sábado, 10 de julio de 2010
El gobierno cubano afina detalles para liberar a los presos de la Primavera Negra

Más cerca de las excarcelaciones

En la oficina del Arzobispado se vivía un clima frenético, entre los llamados incesantes de los familiares de los detenidos favorecidos por el anuncio del jueves y las negociaciones para sacarlos del país lo antes posible.

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La familia del detenido Lester González espera su excarcelación en la ciudad de Santa Clara.

La decisión política ya está, pero ahora el gobierno cubano debe afinar los detalles de la liberación de los primeros cinco presos políticos. Ayer en la oficina del Arzobispado se vivía un clima frenético, entre los llamados incesantes de los familiares de los detenidos favorecidos por el anuncio del jueves y las negociaciones para sacarlos del país lo antes posible. Según el diario madrileño El País, los primeros cinco podrían llegar a la capital española el miércoles. Mientras tanto, en la sala de terapia intensiva del hospital de Santa Clara, Guillermo Fariñas comenzó a ingerir líquidos por vía oral, después de más de tres meses de ser alimentado vía intravenosa. Su madre, Alicia Hernández, contó a los medios que su hijo se encontraba bien, aunque los médicos seguían considerando crítico su estado, debido principalmente al trombo que le detectaron recientemente en la yugular, en la misma zona donde tenía el catéter por donde recibía el alimento.

Mientras Fariñas comenzaba un largo y difícil proceso de rehabilitación, las negociaciones para concretar las liberaciones de sus compañeros hacían estallar los teléfonos de la embajada española, la sede del Vaticano en La Habana y las prisiones. Aunque los primeros cinco presos políticos ya fueron contactados e informados de su liberación, el consulado español y los funcionarios de la Iglesia aún deben reunirse con ellos para que acepten dejar el país y hagan todos los trámites, de forma voluntaria. Recién cuando se cumpla esa etapa, los llevarán ante sus familiares para que se despidan.

“Estoy con las maletas hechas, esperando que me avisen”, le dijo a El País Oleivis García, esposa del periodista opositor Pablo Pacheco, condenado a 20 años. Su esposo, junto a otros 74 disidentes, fueron detenidos en 2003 en los arrestos masivos conocidos como la “Primavera Negra”. La ofensiva provocó una ola de repudio entre los opositores y marcó el nacimiento de la organización de esposas de presos políticos más influyente de la isla, las Damas de Blanco. Veintitrés de los 75 detenidos ya habían sido liberados por motivos de salud, cuando el jueves pasado el gobierno de Raúl Castro se comprometió a excarcelar a los 52 restantes en los próximos cuatro meses.

Como la familia de Pacheco, los amigos y parientes de los otros cuatro presos que viajarán en las próximas horas a España intentaban ayer calmar la impaciencia como podían. “Estamos desesperados, esta situación es insoportable”, relató ayer Mireya Pentón, madre de Lester González, el miembro más joven del llamado Grupo de los 75. Su hijo tenía 28 años cuando lo condenaron y ella creyó que pasaría muchos más años en su celda, ya que su estado de salud no era tan malo como el de sus compañeros. En medio de alegría y sorpresa, Mireya Pentón ya decidió que ella y toda su familia viajarán a España para acompañar a su hijo, que llegará al Viejo Continente con un visado de residencia permanente.

La oposición en la isla sólo tuvo palabras de alegría ayer. “Para nosotras ha ocurrido un milagro porque las liberaciones han sido precisamente nuestro objetivo político”, aseguró la líder de Damas de Blanco, Laura Pollán, desde su casa en el centro de La Habana. Las congratulaciones también llegaron del exterior. Desde Sudáfrica, el canciller brasileño Celso Amorim se mostró muy conforme con la decisión del gobierno cubano. “Estamos muy felices con las liberaciones. La Iglesia medió sin ser acusada de injerencia”, destacó el diplomático.

En Berlín, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, dio el guiño que Castro esperaba desde Europa. “Las excarcelaciones son un paso en la dirección correcta que debe ir acompañado de otros gestos”, señaló. El jueves, su par español Miguel Angel Moratinos había reclamado a sus compañeros de la Unión Europea y al gobierno de Estados Unidos que reconocieran lo que llamó una “nueva etapa” en Cuba.

La Casa Blanca optó por esquivar la invitación de Moratinos. Oficialmente la respuesta del gobierno norteamericano fue una tibia “bienvenida” de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Ayer el diario The Washington Post fue menos moderado. “El régimen de Fidel y Raúl Castro, que ha gobernado con puño de hierro desde 1959, tiene un largo historial de concesiones tácticas en materia de derechos humanos cuyo propósito es ganar tiempo para el régimen más que reformarlo”, sentenció en su editorial.

Sin embargo, y a pesar de las dudas plantadas desde Estados Unidos, Moratinos se fue a Cuba el jueves a última hora satisfecho y esperanzado. “Se abre una nueva etapa, con el deseo de zanjar de forma definitiva la cuestión de los presos”, auguró de nuevo el canciller español.

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