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El mundo|Miércoles, 4 de agosto de 2010
Gustavo Petro renunció al Polo y estudia crear un nuevo partido en Colombia

De opositor a posible ministro de Santos

El ex presidenciable de izquierda anunció que podría participar en el gobierno de unidad que propone el uribista Juan Manuel Santos. A éste, su primo –el vice saliente– le recordó que mantenga la línea dura contra las FARC.

Por Katalina Vásquez Guzmán
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A Gustavo Petro algunos lo acusaron de traidor por dar señales de acercamiento a Santos.

Desde Medellín

Como “la culebra todavía puede morder”, el vicepresidente de Uribe y primo de Santos le pidió al próximo presidente no detener la lucha contra la guerrilla “hasta que se le corte la cabeza”. Juan Manuel Santos recibió el lunes la credencial de nuevo jefe de Estado de Colombia, cargo que recibe de Alvaro Uribe el próximo sábado, acompañado de 13 mandatarios del continente y en medio de la polémica confrontación con Venezuela porque este país, según denunciaron ante la OEA funcionarios del saliente gobierno, protegería la guerrilla colombiana en su territorio. Entre tanto, la oposición se divide y el ex candidato presidencial Gustavo Petro amenaza con armar un toldo aparte levantando sospechas de que quiere colarse en el entrante gobierno de derecha.

Ayer el vicepresidente Francisco Santos llamó la atención del nuevo gobierno para que no “caiga en la trampa” de abrir las puertas al diálogo con las fuerzas armadas de Colombia (FARC), principal grupo armado rebelde que ya participó en negociaciones armadas con el presidente Andrés Pastrana en 2001. Estas fracasaron y en los años siguientes la guerrilla continuó con prácticas como secuestro, narcotráfico y masacres que Uribe aprovechó para tildarlos de “terroristas” y comenzar una lucha a muerte contra los rebeldes que ahora su vicepresidente se niega a terminar.

Para Santos, el vice, un diálogo con la guerrilla sólo será posible cuando cese el fuego. Hasta el último día “iremos tras ellos”, afirmó convencido de que la política de mano dura de Uribe contra las FARC debe continuar. “Esperamos que esta política se mantenga; si en algún momento va a haber una negociación, que sea bajo un parámetro en el que paren absolutamente todos los hechos de violencia y no vayamos a caer en la misma trampa en la que se ha caído siempre”, le dijo Santos a su primo, elegido presidente de Colombia el 20 de junio pasado con más de nueve millones de votos. En ballottage, Santos arrasó votos contra Antanas Mockus, candidato del Partido Verde, quien tampoco apoyaba el diálogo con las FARC a menos de que, en definitiva, terminaran la lucha armada. “La mejor política de paz es continuar tras ellos”, remató el vicepresidente.

El vice que llega el 7 de agosto, el ex comunista Angelino Garzón, dijo desde la ciudad de Cali que “la palabra y el balón están en la cancha de la guerrilla de las FARC”, en alusión a una posibilidad de salida negociada al conflicto con participación de guerrilla y gobierno. “Mientras no haya esas manifestaciones (de paz), nosotros mantendremos la acción constitucional que nos toca: la obligación del gobierno es combatir los grupos armados”, anunció Garzón durante la celebración de una ceremonia religiosa católica, cuya presencia sorprendió a más de uno de sus ex compañeros sindicalistas y militantes de izquierda que se mantuvieron alejados de la religión.

A Garzón, como hoy por hoy a Gustavo Petro, algunos lo acusaron de traidor al unirse al gobierno de derecha de Santos, ex ministro de Defensa de Uribe que prometió dar continuidad al estilo y las políticas del presidente saliente, el más popular en la historia de Colombia con 70 por ciento de imagen favorable. Ayer, nuevamente, Petro fue blanco de críticas por sus “actitudes personalistas”, según dijo a la radio nacional la presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López.

Petro fue el candidato presidencial de este partido en las pasadas contiendas, y tras su derrota anunció que sería posible su participación en el gobierno de unidad nacional que propone el presidente electo Juan Manuel Santos. En las directivas del Polo, el anuncio causó rechazo pues no fue consultado con ellos y, según reafirmaron ayer, este grupo político será opositor al gobierno, en vez de un funcionario más. “Con sus actitudes personalistas, Petro no ha podido ganarse la confianza del grueso del partido”, declaró López cuando fue consultada sobre por qué un sector lo rechaza en el Polo. Con el otro, el de sus colaboradores más cercanos, Petro estudia crear un nuevo partido tras renunciar al Polo. Algunos consideran que la decisión le facilitaría el camino para aceptar un ministerio u otro cargo de manos de Santos, quien desde la campaña manifestó que invitaría a Petro a unirse a su equipo.

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