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El mundo|Sábado, 27 de noviembre de 2010
Diplomáticos estadounidenses intentan reducir el impacto de nuevas informaciones de Wikileaks

Un caso de filtraciones muy comprometedoras

Ante la noticia de que el sitio especializado en filtraciones de documentos oficiales planeaba publicar cables diplomáticos en los que se hablaba mal de ciertos aliados de EE.UU., los embajadores de ese país salieron a calmar las aguas.

Por Jerome Taylor *
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Julian Assange, fundador del sitio de filtraciones Wikileaks.

Una lucha frenética se de-sarrollaba anoche mientras 15 funcionarios trataban de contener los tres millones de comunicados diplomáticos que se esperaba que Wikileaks diera a conocer. Durante las últimas 48 horas, los embajadores estadounidenses tuvieron la poco envidiable tarea de informar, a algunos de los aliados más fuertes, que una serie de embarazosos cables probablemente fueran revelados en los próximos días.

La última tanda de documentos, descriptos por Wikileaks como siete veces mayor en tamaño que su última revelación –los 400.000 diarios secretos de la guerra de Irak que fueron publicados el mes pasado– se cree que son cables sacados de SIPRNet, la red de computación global secreta del Pentágono que es accesible sólo para aquellos autorizados.

Los funcionarios estadounidenses dicen que la publicación de esos informes, que a menudo contienen cándidas evaluaciones del personal de la embajada y de los embajadores sobre gobiernos extranjeros y líderes, tiene el potencial para dañar las relaciones entre Washington y sus aliados. Downing Street confirmó ayer que el embajador de Estados Unidos en Londres ya le había informado al gobierno sobre lo que podrían contener esos archivos. Reuniones semejantes tuvieron lugar en Turquía, Israel, Canadá, Dinamarca, Noruega y Australia.

Wikileaks no hizo ninguna confirmación oficial, salvo a través de breves mensajes publicados en su página Twitter, afirmando que el Pentágono estaba “hiperventilando nuevamente por temor a tener que rendir cuentas”. No resulta claro si el website denunciante ocultará los nombres de las personas que pueden enfrentarse a la persecución si se supiera que cooperan con las embajadas estadounidenses en el exterior. Una fuente de Wikileaks dijo que el sitio web “estaba procediendo con cautela, como siempre” con respecto a los detalles que pudiera dar a conocer al dominio público, sugiriendo que se usaría alguna forma de redacción.

No obstante, los funcionarios estadounidenses reaccionaron airadamente, sosteniendo que cualquier publicación de los cables dificultaría mucho la diplomacia en las partes del mundo más sensibles.

“Wikileaks es un terrible impedimento para mi negocio, que es poder tener discusiones en confianza con la gente”, dijo James Jeffrey, el embajador de Estados Unidos en Bagdad. “No entiendo el motivo para divulgar esos documentos. No ayudarán, simplemente dañarán nuestra posibilidad de hacer nuestro trabajo aquí.”

Las primeras indicaciones sugieren que los comunicados –que se cree que son de los últimos cinco años– podrían ser una fuente de mayor embarazo para Washington y sus aliados, iluminando el tipo de opiniones y políticas cándidas que los gobiernos quieren mantener en secreto.

Citando al “administrador” de Wikileaks, el diario árabe Al-Hayat con sede en Londres dijo que algunos de los cables sugieren que Turquía había hecho la vista gorda a combatientes del grupo de Al Qaida en Irak que se escurrían a Turquía desde el sur. Según el mismo informe, cables separados también revelan que Washington ha estado permitiendo que combatientes del grupo separatista kurdo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, se oculten en el norte de Irak para preparar ataques a Turquía.

Fuentes familiarizadas con los informes del Departamento de Estado de Estados Unidos dijeron que algunas de las misivas contenían acusaciones contra políticos en Rusia, Afganistán y otra naciones de Asia Central. El diario de negocios ruso Kommersant dijo que los cables contendrán evaluaciones generales de la situación política en Rusia y “características poco halagüeñas” de los líderes rusos.

El canciller italiano, Franco Frattini, también admitió ayer durante una reunión de gabinete en Roma que los documentos de Wikileaks podían tener “repercusiones negativas” sobre el ya problematizado país del primer ministro Silvio Berlusconi.

Que Wikileaks está en posesión de comunicaciones secretas es algo sospechado por los funcionarios estadounidenses desde que el analista de inteligencia del ejército, Bradley Manning, fue arrestado hace seis meses bajo los cargos de filtrar información confidencial sobre el sitio web denunciante.

En un chat del ex hacker Adrian Lamo, quien eventualmente entregó a Manning a las autoridades, el analista con sede en Irak se ufanaba sobre cómo le había entregado una serie de documentos secretos de política extranjera que revelaba “tratativas políticas casi delictivas” por parte de los funcionarios políticos y diplomáticos estadounidenses.

En el chat que Lamo facilitó, Manning añadía: “Hillary Clinton y varios miles de diplomáticos alrededor del mundo van a sufrir un infarto cuando se despierten una mañana, y encuentren que están disponibles al público documentos de política exterior clasificados, en formato accesible para realizar búsquedas.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, siempre negó recibir alguna información de Ma-nning, aunque el sitio web ha estado haciendo campaña para su liberación desde que fuera detenido.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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