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El mundo|Martes, 4 de enero de 2011
Mañana asume el Congreso de EE.UU.; la oposición controla la Cámara baja

Con la reforma de salud en la mira

Los estrategas republicanos quieren ver el proyecto de ley sanitaria revocado por la Cámara de Representantes antes de que Obama llegue al Capitolio para dar su discurso del estado de la Unión.

Por David Usborne *
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Un nuevo Congreso asume mañana, con una oposición más dura para el mandatario demócrata.

De vuelta a la ciudad como el partido de la nueva mayoría en la Cámara de Representantes, los republicanos no perderán tiempo en reafirmar su agenda en el Capitolio, introduciendo como primer paso un proyecto de ley que rechace el logro más peleado por Barack Obama hasta ahora: la reforma de salud. La nueva mayoría republicana de 241-194 en la Cámara baja, que surgió de las elecciones de mitad de término en noviembre, significará una oposición más dura para el mandatario cuando regrese de sus vacaciones de Navidad en Hawai y se embarque en la segunda mitad de su gobierno, con la mira puesta en la reelección del año que viene.

Los próximos días serán algo teatrales en el Capitolio, especialmente el jueves, cuando el próximo presidente de la Cámara baja, John Boehner, de Ohio, hará una lectura pública de la Constitución de Estados Unidos, el documento que los del Tea Party ritualmente citan cuando acusan al gobierno de Obama de excederse.

Los estrategas del partido quieren ver el proyecto de ley de la reforma de salud revocado por toda la Cámara antes de que Obama llegue al Capitolio más adelante este mes para dar su discurso anual del estado de la Unión. Puede no salir, sin embargo, ya que los demócratas todavía tienen mayoría en el Senado. Aun si los republicanos pudieran mandar la ley a la Cámara alta, Obama seguramente la vetaría en cuanto tuviera que firmarla en la Oficina Oval.

Mientras el Congreso se reúne por primera vez mañana, las apuestas para ambos lados son

inusualmente altas. Los republicanos pueden al principio saborear su nueva fortaleza, pero también sabrán que viene de la mano de más responsabilidad. Es improbable que los votantes demuestren mucha paciencia si el Congreso cae víctima del rencor partidario. Pero el Partido Republicano también debe encontrar formas de cumplir los deseos de los votantes del Tea Party: un grupo de conservadores que pide achicar el gobierno, reducir el gasto federal, bajar los impuestos y regresar los derechos a los estados.

Mientras que recitar la Constitución será algo simbólico, la serie de investigaciones que el partido probablemente lance casi inmediatamente no lo será. Al frente de ese esfuerzo estará el nuevo presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara baja, Darrell Issa, de California. Tendrá el poder de ordenar investigaciones sobre diversos programas federales. Podrá citar a los miembros de la administración Obama al Capitolio y defender las acusaciones de derroche federal.

La mayoría de la nueva Cámara también buscará formas de deshacer todas las iniciativas hechas por la administración a la que se oponen los republicanos, básicamente los pasos anunciados por la Agencia de Protección Ambiental antes de Navidad para frenar las emisiones de los grandes complejos industriales y plantes energéticas. “No permitiremos que la administración regule lo que no ha sido capaz de legislar”, advirtió Fred Upton, un republicano de Michigan, durante el fin de semana.

Si los líderes del partido saben que el proyecto de ley de Obama sobre la reforma de salud probablemente muera en el Senado, todavía piensan que el mensaje será escuchado por los votantes. Y buscarán otros medios para desmantelar el programa de reforma del presidente. “Si conseguimos aprobar esta medida habrá muchísima presión para que el Senado haga lo mismo –dijo Upton–. A continuación, atacaremos esta legislación punto por punto.”

Algunos demócratas dicen que están listos para reabrir la lucha sobre la reforma de salud porque creen que van a ganarla. El partido del presidente ya preparó una campaña para recordar a los votantes lo que han ganado con la reforma, incluyendo una prohibición a las compañías de seguros de rechazar a pacientes con enfermedades preexistentes.

“Durante meses los republicanos han estado alimentando al público estadounidense con hipocresías y mentiras”, dijo el representante Joseph Crowley, demócrata de Nueva York.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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