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El mundo|Sábado, 22 de enero de 2011
Irán negocia con las potencias su plan atómico

Cumbre nuclear turca

Ankara impulsa con optimismo el plan que acordó con Irán y Brasil para afianzar su liderazgo en la región, pero los analistas no creen que las potencias lo acepten.

Por Lucas Farioli
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El representante iraní visitó una mezquita antes de negociar.

Desde Estambul

Los representantes de la República Islámica de Irán y el grupo del P5+1 (los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad + Alemania) se reunieron ayer en Estambul para discutir el programa nuclear iraní, mientras las opiniones de los expertos internacionales se muestran divididas sobre los resultados de la cumbre. Turquía continúa mostrándose optimista y espera una solución que le reafirme su posición de factor regional determinante. Pero varios medios turcos señalan que, pese a las intenciones del Ejecutivo, la cumbre sólo tendrá un “valor simbólico”.

La delegación persa viene encabezada por Said Jalilí, mientras que al frente de la delegación del P5+1 se encuentra la comisaria europea de Exteriores Catherine Ashton.

Desde el P5+1 se cree que, si bien Irán podría haber intentado ganar tiempo desviando la reunión a Estambul para el 21 de enero (se esperaba una cumbre en Viena a principios de diciembre), lo cierto es que el hecho de que haya sido el propio Irán el precursor de los encuentros indica que el paquete de sanciones aprobado el pasado año por el consejo de seguridad podría estar surtiendo efecto.

Por otro lado, el líder del AKP (Partido para la Justicia y el De-sarrollo, de corte islamista moderado), Recep Tayyip Erdogan, se muestra particularmente optimista en relación a las conversaciones sobre el diferendo nuclear que mantienen Irán y los poderes mundiales. Asimismo, ha trascendido que Ankara espera una versión modificada de la declaración de Teherán que en su día fue apuntalada por Turquía y Brasil, y que el nuevo acuerdo desemboque en la resolución final de la disputa.

“Creemos que ‘La declaración de Teherán’ representa una estupenda oportunidad para construir lazos de confianza entre las partes implicadas”, comentó el ministro de Exteriores turco Ahmet Davutoglu a su colega ruso Sergei Lavrov, quien se mostró de acuerdo con las declaraciones.

Sin embargo, fuentes anónimas citadas por el diario opositor turco Hürriyet señalan que la nueva ronda de negociaciones tiene un carácter simbólico y tildan al Ejecutivo turco de ingenuo. “La solución de la disputa pasa por dotar de más transparencia al programa de enriquecimiento de uranio llevado a cabo por la república Islámica, lo que seguramente va para largo.”

Bruno Tertrais, experto de la Fundación para la Investigación Estratégica (organización basada en París), fue más allá. “Los poderes mundiales no necesitan negociar con Irán ni permitir que Turquía utilice este diferendo para establecerse como un poder regional capaz de mediar en un conflicto tan delicado. Lo que buscan las potencias es establecer mecanismos de presión más eficaces y contundentes”, citó Hürriyet.

La estrategia del ministro de exteriores turco Ahmet Davutoglu de “cero conflictos con los vecinos” ha proporcionado a Turquía una relación más cordial con los países colindantes en medio de un contexto geopolítico particularmente volátil. Asimismo, Turquía cuenta con varios acuerdos de cooperación energética con Irán. A lo largo de la frontera con la república islámica, Turquía sitúa varias fábricas textiles que se nutren de energía nuclear barata iraní. Estas fábricas textiles también comercian con firmas españolas.

Por otro lado, aun siendo miembro de la OTAN, Turquía no quiere verse en problemas con un vecino con capacidad militar y potencialmente nuclear como Irán, señalan varios expertos al diario oficialista Zaman. No es una coincidencia que Turquía siga siendo partidaria de mantener las aproximadamente 90 cabezas nucleares (se trata de misiles montados sobre aviones) que la Alianza Atlántica posee en territorio turco.

En este sentido, diplomáticos turcos ven la creciente tensión entre Irán e Israel, un factor de desestabilización que podría traerle serias consecuencias para el delicado contexto de Medio Oriente, por lo que apuntan a una resolución que consiga disminuir la tensión. Por esta razón los turcos se encuentran a disposición de todas las partes implicadas, aunque lo cierto es que carecen de peso en el diferendo nuclear.

Entre el optimismo del gobierno turco y la falta de expectativa de la oposición, las negociaciones empezaron ayer en el Palacio de Çigaran, sobre la ribera oeste del Bósforo, y continuarán durante el día de hoy y el domingo.

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