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El mundo|Jueves, 27 de enero de 2011
El presidente ya enfrenta oposición ante el ofrecimiento de congelar el gasto

Fría recepción al plan de Obama

El mandatario dio un giro hacia el centro en su discurso del estado de la Unión en un gesto hacia los republicanos que dominan la Cámara de Representantes. Para la oposición, el recorte “es insuficiente”.

Por David Usborne *
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En el podio, Obama insistió en que sólo trabajando juntos sería posible el progreso en Washington.

Un día después del discurso del estado de la Unión en que pidió compromiso y conciliación, el presidente Obama se enfrentó a una instantánea oposición ante el ofrecimiento de congelar el gasto público durante cinco años. Según las nuevas proyecciones, el déficit federal estaba creciendo a 1,5 billones de dólares.

Obama hizo un giro hacia el centro en un discurso de una hora de duración a una sesión conjunta del Congreso, con gesto hacia la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes, incluyendo promesas de trabajar en recortar impuestos corporativos y reformar el código impositivo. “Estas son las cosas en las que el pueblo estadounidense quiere que trabajemos y yo espero que podamos trabajar juntos”, dijo ayer un importante republicano, Eric Cantor.

Pero la recepción a la propuesta de Obama, en la que decía que se podría ahorrar 400 mil millones de dólares en 10 años comparados con el plan republicano que buscar recortar dos veces esa cifra, fue mayormente fría. El congelamiento se aplicaría a un quinto del gasto gubernamental de Estados Unidos y no tocaría los financiamientos para defensa o la Seguridad Social.

En el podio, el martes a la noche, Obama insistió en que sólo trabajando juntos sería posible el progreso en Washington. “Avanzaremos juntos o no lo haremos, ya que los desafíos que enfrentamos son más grandes que el partido y más grandes que la política”, le dijo a la Cámara donde por primera vez los republicanos y los demócratas se sentaron unos junto a otros y no en bloques.

Obama buscó enunciar de manera franca la dirección que debe tomar Estados Unidos en este nuevo siglo, en medio de una recuperación económica del país más lenta de lo previsto. “Las reglas han cambiado. En una sola generación, las revoluciones en tecnología han transformado la manera en que vivimos, trabajamos y hacemos negocios”, dijo Obama, señalando que las potencias emergentes como India y China ahora son altamente competitivas. “Ese mundo ha cambiado, y para muchos, el cambio ha sido doloroso.” “En Estados Unidos, la innovación no sólo cambia nuestras vidas. Es la manera como vivimos”, dijo Obama, quien llamó a la oposición republicana a apoyar la inversión en educación, innovación e infraestructura.

Pero Obama, quien viajó ayer a Wisconsin para visitar tres fábricas de nueva tecnología, también usó el discurso para mantener vigilado su propio terreno en la pelea que se avecina sobre los niveles de gastos. Especialmente insistió en que el gobierno debería invertir en áreas que prometieran empleos para el futuro, incluyendo el transporte ferroviario, la educación y la energía renovable.

Estados Unidos, declaró el presidente, estaba enfrentando un “momento Sputnik” en su historia, refiriéndose al final de la década de 1950, cuando los soviéticos parecían dispuestos a ganar la carrera espacial de Estados Unidos. El país, dijo, debe invertir en innovación si no quiere quedar atrás de los competidores. “Con sus votos, los estadounidenses determinaron que gobernar ahora será una responsabilidad compartida entre ambos partidos –señaló–. Nuevas leyes serán aprobadas solamente con apoyo de republicanos y demócratas.” Y agregó que “está en juego no sólo quién gana la próxima elección sino si los nuevos empleos y las industrias echan raíces en nuestro país o en otra parte”.

Eso, sin embargo, fue interpretado por el lado republicano como o bien insuficientemente serio sobre la crisis del déficit o como mero doble discurso. Los republicanos revelaron esta semana planes para cortar el gasto en por lo menos 800 mil millones de dólares. Algunos del ala del Tea Party creen que eso es muy tímido y quieren cortar aún más.

La pelea saldrá al aire a mediados de febrero, cuando Obama debe poner hechos en sus compromisos de recorte del déficit cuando someta el próximo presupuesto federal al Congreso y cuando los republicanos aparezcan con un borrador del presupuesto propio. Aún más peligro existirá en marzo, cuando la Casa Blanca se verá forzada a pedirle al Congreso un aumento en la ya inmensa deuda del país, para asegurarse de no caer en default. Los republicanos pueden objetar a no ser que Obama baile al compás de sus exigencias respecto del déficit.

“Un congelamiento parcial es inadecuado en un momento en que estamos pidiendo prestado 41 centavos por cada dólar que gastamos y la administración está rogando por otro aumento en el límite de la deuda”, respondió el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: C. D.

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